sábado, abril 19, 2025
InicioVisiónCulturalHomenaje a Eduardo Galeano: Las venas abiertas de Colombia

Homenaje a Eduardo Galeano: Las venas abiertas de Colombia

El libro Las Venas abiertas de América Latina de Eduardo Galeano contribuyó a que varias generaciones abrieran los ojos sobre la realidad de la región, sometida a la explotación del capital y del imperialismo yanqui.

Las Venas abiertas de América Latina de Eduardo Galeano contribuyó a que varias generaciones abrieran los ojos sobre la realidad de la región.
Eduardo Galeano

Renata Cabrales

En días pasados circulaba en las redes un “emotivo” mensaje de paz en la tumba de Galeano de parte de la ex candidata a la presidencia de Colombia, del Partido Conservador, Martha Lucía Ramírez, quien manifestó que la obra de Galeano Las venas rotas, dejando claro que no había leído nunca ni siquiera el título, era una obra fallida, pues América Latina estaba mal, no por culpa de las “potencias”, sino por culpa de la mediocridad. “QEPD Eduardo Galeano. Su libro Venas rotas AL trae reflexiones útiles pero no podemos seguir echando culpa de mediocridad AL a potencias!”.

Expresiones estas son típicas de la derecha y la ultraderecha. No olvidemos que esta mujer fue ministra de Defensa (guerra) durante el gobierno de la “seguridad democrática”, por lo tanto no difiere mucho de la opinión de uribistas acérrimas como María Fernanda Cabal, quien hace unos años mandó al infierno al premio Nobel de literatura colombiano, el día de su muerte, debido a su ideología de izquierda.

Pero el mismo Galeano, a sabiendas de que su obra mostraba la realidad de los pueblos de Latinoamérica, sabía de antemano que la razón se la daría la censura de su obra en su momento, y advierte: “De la misma manera, los comentarios más favorables que este libro recibió no provienen de ningún critico de prestigio sino de las dictaduras militares que lo elogiaron prohibiéndolo. Por ejemplo, Las venas no puede circular en mi país, Uruguay, ni en Chile, y en Argentina las autoridades lo denunciaron, en la televisión y los diarios, como un instrumento de corrupción de la juventud”. Y afirma, así mismo, orgulloso de haber obtenido el resultado deseado “que hay vanidad en la alegría de comprobar, al cabo del tiempo, que Las venas no ha sido un libro mudo”.

Una región condenada a la humillación y a la pobreza

Y por supuesto que no es un libro mudo. Las venas nos ha ayudado a despejar ciertos interrogantes sobre esa realidad de que América Latina no solo era en el momento de la publicación de la obra, sino que aún sigue siendo, en gran medida, una región condenada a la humillación y a la pobreza y, como se interroga el mismo autor, por ¿culpa de Dios, culpa de la naturaleza?

Tomemos por ejemplo, para no ir más lejos, a nuestra querida patria, Colombia, la cual, en medio de un proceso de paz entre las FARC y el gobierno, debe enfrentar a los enemigos de dicho proceso, quienes hacen cualquier cosa por proteger intereses particulares a la cabeza del senador Uribe Vélez y el procurador Ordóñez, para quienes “los diálogos de paz y el debilitamiento de la lucha contra el terrorismo han ocasionado un deterioro de la seguridad”.

Ignorando los temas políticos y sociales de la agenda de paz, a los enemigos del proceso, al parecer, lo único que les interesa es no ver afectada la confianza inversionista y el capital económico transnacional en Colombia. “Sienten amenazados los huevitos de la explotación minero-energética, de los TLC y de la entrega de los recursos naturales a las transnacionales al precio del deterioro del medio ambiente”, afirma Carlos Lozano en su columna “La paz uribista”.

La verdadera historia de un supuesto descubrimiento de América

Haciendo un poco de memoria, en las clases de historia, durante la educación básica, siempre nos hicieron creer que era un orgullo patrio salir a los patios del colegio a izar la bandera el Día de la Raza, cada 12 de octubre, pues se celebraba la historia del descubrimiento de América, el año en que los españoles habían llegado a “descubrirnos” y a traernos la religión católica a la cual le debemos tanto.

Pero no nos mostraron la otra cara de la moneda: que los conquistadores habían esclavizado y asesinado a más de la mitad de la población y todo por la sed del oro y las riquezas de la tierra. Esa era la historia oficial. La verdadera historia nos fue negada, porque “nos mienten el pasado, como nos mienten el presente: enmascaran la realidad. Se obliga al oprimido a que haga suya una memoria fabricada por el opresor, ajena, disecada, estéril. Así se resignará a vivir una vida que no es la suya como si fuera la única posible”, advierte Galeano.

Afirma además, Galano, a propósito de la necesidad de construir memoria en un país que ha padecido los estragos de la violencia que “en Las venas, el pasado aparece siempre convocado por el presente, como memoria viva del tiempo nuestro”. La obra es una búsqueda constante de las claves de la historia pasada para explicar el tiempo presente, pues “la primera condición para cambiar la realidad consiste en conocerla”.

Para cambiar la realidad, debemos conocerla

En nuestro país, si queremos cambiar la realidad, debemos conocerla, así es que debemos saber, por ejemplo, que el hecho de que haya tanto saboteo por parte del mismo gobierno en contra del proceso de paz es porque, por decir algo, el Plan de Desarrollo que se viene planteando en el Congreso conlleva ciertas medidas que van en contravía de la agenda de La Habana, ya que sólo promueve las conveniencias del gran capital.

Por otro lado, tampoco debemos olvidar que, debido a los intereses particulares de los señores de la tierra en Colombia, estos optaron por la violencia como método para la acumulación, y con el fin de defender su derecho a poseer, lo que creen que por derecho les pertenece, han despojado por la fuerza a millones de campesinos, causando así el flagelo del desplazamiento forzado interno. Despojo cruel que continua en estos momentos y en medio de unos acuerdos de paz. Los actores principales de estos hechos aberrantes han multiplicado sus intereses, los cuales van desde la producción de agrocombustibles hasta los recursos no renovables como los que se extraen del petróleo y la minería.

De dónde venimos y hacia dónde vamos

La obra cumbre de Eduardo Galeano nace, entonces, de la realidad de nuestro continente, una realidad que nos permite investigar de dónde venimos y tratar de averiguar hacia dónde vamos. Y como lo expresa el autor en sus palabras: “Esa realidad y esos libros muestran que el subdesarrollo latinoamericano es una consecuencia del desarrollo ajeno, que los latinoamericanos somos pobres porque es rico el suelo que pisamos y que los lugares privilegiados por naturaleza han sido malditos por la historia. En este mundo nuestro, mundo de centros poderosos y suburbios sometidos, no hay riqueza que no resulte, por lo menos, sospechosa”.

RELATED ARTICLES

Most Popular

Recent Comments

Rodrigo en No hay dos demonios
Rodrigo en Petro en la mira
Rodrigo en 30 años sin Manuel
Rodrigo en ¿No se dan cuenta?
Rodrigo Carvajal en Elefantes blancos en Coyaima
Rodrigo Carvajal en No Más Olé
Rodrigo Carvajal en ¡A hundir el acelerador!
Rodrigo Carvajal en Semana contra el fascismo
Rodrigo Carvajal en Ucrania, ¿Otro Vietnam?
Rodrigo Carvajal en ¿Quién es Claudia Sheinbaum?
Rodrigo Carvajal en Odio y desinformación
Rodrigo Carvajal en La inflación y sus demonios
Rodrigo Carvajal en No cesa la brutalidad sionista
Rodrigo Carvajal en Putin gobernará hasta el 2030
Rodrigo Carvajal en De Bolsonaro a Lula