jueves, abril 25, 2024
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Umberto Eco: El hombre que le puso nombre a la rosa

Fue un fenómeno cultural sin precedentes, muy semejante a Joyce y a Borges.

Umberto Eco.
Umberto Eco.

José Luis Díaz-Granados

El pasado 19 de febrero falleció en Milán el célebre novelista, filósofo y semiólogo italiano Umberto Eco. Había nacido 84 años atrás en la bella ciudad piamontesa de Alessandria. Estudió Filosofía y Letras en la Universidad de Turín, donde se doctoró en 1954 con una tesis que tituló El problema estético de Santo Tomás de Aquino. Durante veinte años se desempeñó como profesor en Turín, Florencia y Milán.

En 1966, con Obra abierta, un importante ensayo semiológico, se dio a conocer como escritor y desde entonces se destacó como recreador de un universo original donde aunaba la historia, la política, el sexo, la magia, el misterio y la estética. Desde su adolescencia mostró un inusitado amor a las palabras, pero más que a las palabras, a sus significados. Alguna vez confesó haber escrito cómics, los cuales divulgó en ediciones artesanales.

A lo largo de su vida, Eco publicó 60 libros, pero el que lo consagró mundialmente en 1980, fue El nombre de la rosa, en la cual mezcla con genial destreza literaria la novela histórica con la trama policial en un convento de monjes benedictinos hacia el año 1327. El título deriva de una convicción del autor en el sentido de que la rosa, como todo, deja de existir y solamente quedan las palabras. El delirio políglota de la novela se consolidó en 1986 con la adaptación cinematográfica lograda por el director francés Jean-Jacques Annaud y la magistral interpretación de Sean Connery, Christian Slater y Ron Perlman.

Otras novelas suyas son: El péndulo de Foucault (1988), de temática esotérica y luciferina; La isla del día antes (1994); Baudolino (2000); El cementerio de Praga (2010), donde narra la vida de un falsificador que trabaja para diversos servicios secretos de Europa, y la última, Número cero (2015), que trata de un embaucador que inventa un periódico (que nunca pasa del número cero), con el cual chantajea a hombres muy poderosos de Italia.

Entre los ensayos más sobresalientes de Eco citamos: Apocalípticos e integrados, estudio sobre la cultura popular y los medios de comunicación (1964), Socialismo y consolación (1970), El superhombre de masas (1976), Desde la periferia al imperio (1977), Lector in fabula (1979), Seis paseos por los bosques narrativos (1990) y Kant y el ornitorrinco (1997).

Indudablemente, Umberto Eco fue un fenómeno cultural sin precedentes, muy semejante a Joyce y a Borges. Su amigo y discípulo Giampolo Proni definió así el secreto de su éxito literario, algo ajeno a su formación intelectual:

“Yo creo que el secreto de Umberto Eco se esconde en la absoluta correspondencia entre la carrera que ha elegido y su propia personalidad. Como muchas de las personas que tienen éxito, Eco disfruta y goza de cada aspecto de su trabajo. Esta satisfacción, casi esencial, evita que la producción intelectual nunca llegue a ser un instrumento para conseguir éxito, sino que persiguiendo la calidad, lo genera”.

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