“Marla pone en nuestras manos un libro de versos y fotografías, vitalista y valiente”, José Manuel Díez
Zabier Hernández Buelvas
La autora, bogotana, es gestora cultural y comunicativa de la Universidad Nacional de Colombia. Ha participado como columnista de la revista digital Razón Pública, gestora cultural y en este momento impulsa la Ley por la profesionalización de la gestión cultural.
Un cielo rodeado de árboles, extendidas en dos paginas, a blanco, negro y grises, que en momentos se convierte en un gran lago de nubes, expresa, un inicio melancólico, pero al pasar la pagina nos sorprende la alegría de negros y negras que se mueven en masa, en cuyos rostro se dibuja una sonrisa de esperanza y alegría. Sus caras lindas, nos remiten a sentir una música de marimbas y tambores que anuncias una nueva vida.
La autora establece una advertencia, “En tiempos cuadrados giro en espiral, queriendo ir en linea recta a la punta más alta del triangulo de lo que considero vida” y al lado de una foto en la que la fondo se ve, la que suponemos, es la madre, llenando de manera concentrada, un crucigrama, podríamos suponer también, que quien se ve de espalda es el padre.
Al principio
Mi madre es dueña de mis huesos
Porque ella los forjó
Y,
aun asi, ¡no!
Por que me brindó la libertad
Apenas salí de su vientre.
Avanzo cautelosamente y me encuentro con un poema a una piedra. Me siento acompañado, he escrito sobre las piedras, me siento unido al poema y me hace volver sobre la serie “el sueño de la piedras” incluida en mi ultimo libro. Marla las toca con su propio tono y musicalidad.
Sonamos a piedra, sabes…
En lo profundo,
La tierra tiembla,
La tierra fuego.
En lo profundo,
La tierra luz,
La tierra diamante.
Eso somos:
Piedras…
Piedras que deberiamos estar
En lo profundo.
Piedras
Con nuestra propia luz
Pero, nos han sacado de la tierra…
Hoy solo queremos estar allí,
Adentro, bien adentro,
Cobijados con ese calor
Los negros siguen bailando y Marla sigue hablándoles, cantándoles. Les pide que muestren su manos, se dibujan en ellas los mapas del trabajo, las lineas del sufrimiento y el claro oscuro de sus sueños y esperanzas. Mientras tanto acude a sus referentes poéticos, literarios y escriturales.
Huir
Me acurruco a un costado,
Tu sonrisa…
Y me pregunto: ¿Saramago lo contó todo?
Me acurruco en los días soleados,
Tu sonrisa…
Y me pregunto: ¿Galeano, con su pasión, me hizo estallar?
Me acurruco en tus brazos de mañana,
Tu sonrisa…
¿Cioran logró narrar el desasosiego,
Escapar entre letras sin sentido?
Entonces, ¿por que no escapar entre tus besos
Antes de partir?
La poetisa, no quiere despedirse sin contarte su secreto.
Dejame contarte un secreto…
En el bosque, en lo profundo,
un animal me ha besado…
un beso de colores mientras llovía
un beso de esos llenos de vida.
El poema sigue, debes leerlo. Yuxtapuesto, no es es la poesía de Marla llena de instantes de vida, de geografías y culturas caminadas y dialogadas. Una poesía intima pero profundamente conectada al pueblo con sus tragedias y sueños, que por fin sale a la luz para ser, ya no de ella, sino, de todos y todas. Y nos deja una invitación.
Café
Un café para el encuentro
y
Cien para el olvido







