El pensamiento de Carlos Marx permanecerá vigente, mientras el sistema esté determinado por la relación entre una clase propietaria de los medios de producción y otra que vende su fuerza de trabajo
Julián Sabogal Tamayo
Marx fue el que mejor conoció el sistema capitalista en su esencia y descubrió que ésta es una relación social llamada capital, que surgió en un momento determinado de la histórica y desaparecerá necesariamente en otro momento; como ha sucedido con todas las relaciones sociales de producción, por ejemplo, el esclavismo. El propósito de su pensamiento no era sólo conocer el sistema en sí mismo, sino descubrir su esencia para poderlo destruir, encontrarle la yugular.
Marx no es un economista, ni un filósofo, ni un historiador, ni un economista político, fue un polímata, como dice su biógrafo Liedman, fue una universidad en un solo hombre. Si es necesario asignarle una profesión es un revolucionario.
Marx fue filósofo hasta que escribió, con Engels, La ideología alemana. En la preparación de esta obra escribió: Los filósofos no han hecho más que interpretar de diversos modos el mundo, pero de lo que se trata es de transformarlo. Y creo que podemos agregar en su nombre: pero yo lo que quiero es transformarlo, lo que no puedo hacer sólo como filósofo. Por eso, a partir de ese momento (1847), se consagró a la crítica de la Economía Política o, como le dijo a Lasalle (en carta de enero de 1859): a la crítica del sistema de la economía burguesa. De la crítica de las categorías burguesas se desprenden nuevas categorías: tras la ganancia descubrió la plusvalía, tras el salario, el valor de la fuerza de trabajo, etc.
Teoría y acción
La crítica para Marx no termina en sí misma, sino que abre así el camino para la acción del Partido revolucionario. De ahí el esfuerzo de Marx, junto con Engel, en la creación del partido; de ahí el nombre de Manifiesto del Partido Comunista, cuando el partido aún no existía, pero estaba en sus sueños. Es evidente que para ellos la teoría revolucionaria y el partido revolucionario son inseparables; Engels, en un comentario al tomo I de El capital, dice que éste es la biblia del nuevo partido socialdemócrata. Esto significa que no debe haber un o una militante de un partido revolucionario que no lea El capital.
Luego vinieron la Primera Internacional (1864) y la Segunda Internacional (1889) y, finalmente, el Partido de nuevo tipo liderado por V. I. Lenin en 1903. Más tarde, después de la revolución de octubre, surgen los partidos de América Latina y el Caribe: Argentina-1918, Uruguay-1920, Chile, Brasil y Guatemala-1922, Cuba-1925, Ecuador-1926, Perú y Paraguay en1928, México-1929, Colombia, El Salvador y Panamá en1930, Venezuela y Costa Rica-1931, Bolivia-1950.
¡A leer!
Es un hecho innegable que la lectura de las obras de Marx y Engels, en la militancia de los partidos revolucionarios, es escasa, entre otras cosas, porque no es una lectura fácil. Una de las razones es que Marx, además de crear un pensamiento nuevo, creó también su propio método. Sin asimilar este método no es posible entender su pensamiento y, evidentemente, no es un método sencillo.
De otra parte, sus contemporáneos no tuvieron la oportunidad de conocer la mayor parte de sus obras, porque se editaron muchos años después. La ideología alemana, obra con la cual Marx y Engels rompieron con su pensamiento anterior y dieron nacimiento a su nuevo pensamiento, sólo se publicó en 1932, en alemán, y en español en 1958; los manuscritos de Marx de 1857-1858, donde da nacimiento a la Crítica de la Economía Política, conocida como Grundrisse, se publicó 1939-1941 en alemán y en español entre 1971 y 1976. Dicho sea de paso, uno de los grandes aportes de la Revolución rusa, a la historia humana, fue haber rescatado buena parte de la obra de Marx y Engels, que estaba perdida.
El Capital, un todo
La obra fundamental de Marx, El capital, que no es una obra económica sino una obra revolucionaria, no corrió mejor suerte. En algún momento, Marx le había dicho a Engels que sus obras son un todo artístico, porque son una articulación dialéctica y por eso no se podían publicar por partes. Por ejemplo, El capital debía publicarse todo junto. Pero su situación económica y de salud, además de sus compromisos políticos, no le permitieron terminar la obra y se vio obligado a publicar sólo el tomo I. Los tomos restantes fueron publicados más tarde por Engels.
De los cuatro tomo de la obra, al menos los tres primeros, son un todo único. Uno cualquiera, de los tomos por separado, no es comprensible. Pero, finalmente, cuando fueron publicados los tres, no sólo no se entendieron como una unidad sino que, incluso, no faltó quien dijera que el tercero contradecía al primero. Es obvio que esa incomprensión obedece al desconocimiento del método. En general, el método de Marx se mueve de lo abstracto a lo concreto: el tomo I es lo abstracto y el III, lo concreto, son inseparables.
Para rematar, quiero agregar que Marx no sólo fue un ejemplo como genio, sino también por su tenacidad, por eso sugiero leer sus biografías. Ya he dicho que la lectura de la obra de Marx y de Engels es escasa, pero aún es más escasa la escritura. Seguramente muchos y muchas de nosotros tiene algún conocido o conocida que confiesa tener un libro en mente, pero aún no lo ha escrito porque no ha contado con condiciones adecuadas. Tal vez cuando sepa que Marx, mientras redactaba el tomo I de El capital, trabajó mucho tiempo de pie, porque los forúnculos no le permitían sentarse y pasaba muchos días sin salir de casa, porque tenía los abrigos empeñados, entienda que lo de las condiciones es relativo.
Conocer la vida de Marx, leer sus obras y volverlas acción, es el deber de todo militante y revolucionario.
* Resumen de ponencia en la Jornada de Economía Marxista en la ACCE.