jueves, marzo 28, 2024
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USA, “al borde de un ataque de nervios”

Cosme Henríquez

Es muy probable que el hombre común todavía no haya tomado consciencia del momento complicado que vive la geopolítica. Concretamente nos referimos a los desencuentros entre los Estados Unidos, China y Rusia, tan complicados que el día 12 se iniciaron una serie de reuniones entre los ministros de relaciones exteriores de Estados Unidos y Rusia.

Según la programación la última de las reuniones se llevaría a cabo a partir del día 13 de enero en Ginebra. La situación se complica por los últimos hechos ocurridos en Tayikistán donde el aumento del precio del gas produjo una revuelta tan desestabilizadora que el presidente del país Kasim-Yomart Tokaev tuvo que acudir a la ayuda de sus aliados de la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva OTSC integrada por Rusia, Bielorrusia, Armenia, Tayikistán y Kirguistán.

Otro hecho que muestra la situación crítica de las relaciones entre los Estados Unidos, sus aliados de Europa y Rusia y la República Popular China es el movimiento expansionista de la OTAN lo cual tiene la finalidad de involucrar a Ucrania en este pacto. Estos intentos demuestran una vez más la poca credibilidad que tienen los compromisos que adquieren los Estados Unidos frente a las otras potencias.

A raíz de la caída del socialismo, los Estados Unidos se comprometieron a no ampliar la OTAN involucrando países limítrofes con Rusia. Ahora pretende acercarse a las fronteras con Rusia expandiéndose hacia Ucrania. Grave incumplimiento a los compromisos adquiridos en los años 90.

USA, la política de siempre

El observador común cree que ha habido cambios en la naturaleza de la política exterior de Estados Unidos con la llegada de Joe Biden a la presidencia. Quien en esto crea no tiene en cuenta lo que en los años 50 del siglo pasado había anotado Winston Churchill quien decía “La fortaleza de Estados Unidos está en el largo plazo de su política exterior”.

La diferencia entre la política exterior desarrollada por Donald Trump y la de Joe Biden es de apariencias, es un cambio de estilo, de actitudes, pero esencialmente es la misma. Lo que ha caracterizado la política exterior de los Estados Unidos después de la Segunda Guerra Mundial es su expansionismo, su apoyo a los gobiernos aliados, aunque sean dictaduras y violadores de los derechos humanos.

En el caso de Europa un ejemplo de esta imposición de modelos militaristas es la Organización del Tratado del Atlántico Norte, OTAN. El incremento de las tensiones actuales, responde a los intentos de involucrar a países limítrofes o próximos a las fronteras de Rusia y de China

Diálogo Rusia-Estados Unidos

Las tensiones en las relaciones de Estados Unidos con Rusia son de tal naturaleza que algunos diplomáticos rusos han considerado que son similares a la situación riesgosa que se vivió entre estos estados en el llamado conflicto de los cohetes, en 1962, en donde por primera vez la opinión mundial consideró que se estuvo al borde de un conflicto nuclear. Los riesgos de destrucción ahora son mayores ya que se ha multiplicado la potencia de cohetes y otras armas nucleares similares. Varias son las situaciones críticas las que hacen que algunos gobiernos y analistas consideren que hemos vuelto a la llamada Guerra Fría.

La pretensión de los Estados Unidos de expandir la OTAN hacia el este europeo es una de esas situaciones riesgosas, ya que comprometen la seguridad de Rusia.  Para tratar de reducir tensiones Putin Y Biden acordaron que el lunes 10 de enero se reunieran en Ginebra, Suiza el ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov y la subsecretaria de Estados Unidos Wendy Serman.

Desde Washington, el vocero del Departamento de Estado de Estados Unidos observó que se logró el objetivo de que tanto su país como Rusia llegaran “con ideas reciprocas, prácticas y viables, para ponerlas sobre la mesa a ver si había potencial para el progreso”.

Lavrov, al final del diálogo aseveró que hay muchos puntos pendientes que no lograron una solución, los cuales hacen parte de una serie de propuestas sobre seguridad que el Kremlin le había propuesto a los Estados Unidos y a la OTAN desde diciembre. Por supuesto estas consideraciones incluyen la exigencia rusa de detener la expansión de la OTAN hacia el este europeo.

Lavrov afirmó: “la situación ahora es tan peligrosa y tan, diría yo, precaria que no podemos permitirnos más demoras en la resolución de esta cuestión tan fundamental”. A esta petición rusa los Estados Unidos respondieron: “No permitiremos que nadie cierre la política de puerta abiertas de OTAN que implican aceptar a los países que buscan unirse”.

Como suele suceder en estas reuniones los implicados señalan a la otra parte de responsable de los resultados limitados o de los desencuentros. En este caso el portavoz de los Estados Unidos dijo que vale la pena continuar estos diálogos si Rusia “permanece en la mesa y toma medidas concretas para reducir las tensiones” y finalizó aseverando que cualquier acuerdo debe tener en cuenta los intereses de sus aliados europeos y la OTAN.

Vale la pena destacar que estos encuentros entre Rusia y Estados Unidos hacen parte del “Diálogo de Seguridad Estratégica”, que involucran el control de armas. Como sabemos Putin también se reunirá con la OTAN en Bruselas el miércoles 12 y después en Viena habrá una reunión de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa el jueves 13.

La posición frente a la OTAN

En este momento el diferendo se fundamenta en los intereses encontrados de Estados Unidos y Rusia sobre la cuestión de Ucrania y la expansión de la OTAN hacia el este. En cuanto a la cuestión ucraniana Sherman enfatizó: “Hemos dejado en claro, que si Rusia continúa invadiendo a Ucrania habrá costos y consecuencias significativas mucho más allá de los que enfrentó ese país en el 2014”. La funcionaria de Estados Unidos hacía alusión a la invasión rusa de Crimea. Para los entendidos está claro que las medidas podrían incluir la cancelación del gasoducto Nort Stream I2 que va de Rusia a Alemania y podría incluir las limitaciones de los vínculos del sistema bancario mundial con Rusia.

Los rusos a su vez alegan que la OTAN ha incumplido sus compromisos después del fin de la Guerra Fría de no expandirse hacia el este europeo. Putin enfatizó, ha llegado el momento de hacer respetar “nuestras líneas rojas”. Lo cual se sabe es la exigencia de que Ucrania no haga parte de la OTAN. El lector debe tener en cuenta que la presencia de este organismo significa que las armas de Estados Unidos tendrían a su alcance incluso a Moscú. Solo una potencia “al borde de un ataque de nervios” puede pensar que su potencial enemigo aceptará ese peligroso acercamiento.

China también cuenta

El panorama geopolítico anterior se complica aún más si se tiene en cuenta que Rusia y China acaban de ratificar el acuerdo de alianzas y ayuda mutua en casos de verse afectada la seguridad de estos países. El ministro de Relaciones Exteriores de China ha hablado claro: Rusia y China son dos países importantes y tienen una vieja relación de amistad y ayuda mutua.

Nadie debe olvidar esto. Especialmente aquellos que hablan de respeto del Derecho Internacional a los derechos humanos, a su falsa concepción de seguridad internacional. Rusia y China, en cambio, son verdaderos defensores del Derecho Internacional y de la paz expresados en su apoyo y respeto a las Naciones Unidas.

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