miércoles, julio 9, 2025
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Una reflexión sindical

A propósito de las peticiones de los trabajadores bogotanos a la administración de la ciudad

Recolectores de basura en Bogota

Alfonso Ahumada

Mejorar las condiciones laborales de los servidores públicos, de todos los trabajadores del distrito. Pero los intentos han sido fallidos. Ha sido la experiencia en estas últimas administraciones que no se han diferenciado mucho de las anteriores.

La tortura laboral se mantiene. Los pliegos de peticiones se presentan, se llega a acuerdos, siempre parciales y el resultado final es el incumplimiento.

Los errores sindicales son varios. Algunos ejemplos: La dirigencia no comprende la necesidad de hacer conciencia, que los afiliados sientan la necesidad de su sindicato, de la unidad y de la participación real en la lucha por el mejoramiento de sus condiciones de vida y de trabajo.

Se suplanta lo más importante: El análisis, la discusión y decisión de los trabajadores. Las prácticas impositivas de las directivas sindicales es lo frecuente. Esto da lugar a que la acción y movilización esté ausente y el patrón -para el caso el Estado- asume su posición intransigente, propia de la clase explotadora. La dignidad como ser humano se soslaya y queda sometido a la arbitrariedad de sus enemigos de clase.

Ubicar a los responsables no es difícil. El patrón es el primero. Para infortunio, la dirigencia inconsecuente es culpable. Se puede afirmar que mientras exista la corrupción, el clientelismo, la politiquería, o desclasamiento de esa dirigencia sindical, se mantendrá la desigualdad, y los trabajadores y su familia tendrán que soportar el inatajable empobrecimiento.

Los verdugos –léase, empresarios y sus gobiernos-, siempre estarán a la ofensiva. El dirigente sindical que crea que las leyes, decretos, reformas, etc., que se produzcan, sin la acción y movilización obrera y popular, son para beneficio de sus representados, están equivocados.

El buen resultado de la negociación del pliego de peticiones es obra exclusiva de los trabajadores, con unidad y combatividad. No se puede decretar, como lo pretenden hacer ver los empresarios, su gobierno y los que juegan al esquirolaje, con la divulgación local, nacional e internacional de los últimos decretos del pasado mes de enero.

Rescatar la unidad y con esta la combatividad de los trabajadores debe ser tarea prioritaria.

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