Mientras Berlín está pensando en su balance financiero, a Washington le preocupa más que Grecia sea empujado hacia Rusia y los Brics.
Hoy, 15 de julio, el Fondo Monetario Internacional -es decir, Wall Street y Washington- exige que el Banco Central Europeo (Unión Europea) extienda un mayor alivio de la deuda de Grecia como parte del nuevo paquete de rescate. El FMI, que financiaría alrededor del 25% de este plan, amenaza con retirarse si no se atiende su petición.
Se supone que esto es debido a que las regulaciones del FMI le impiden invertir en un país incapaz de pagar su deuda de manera realista, como todo el mundo sabe que sucede en Grecia.
La clase dominante alemana, que es la más expuesta a la deuda griega y se arriesga a perder la mayor parte, se ha manifestado contra esto y está muy enfadada por la posición del FMI.
Y es que las declaraciones del FMI sobre su apego a las reglas son una completa farsa. La prueba de esto es Ucrania.
A pesar de la virtual quiebra del país y la incapacidad de pagar su deuda, el FMI negoció un rescate de $40 mil millones con Kiev. Y tanto el FMI como Washington le han asegurado a la junta de Ucrania que seguirá llegando el dinero para evitar un incumplimiento.
El 15 de junio, el Financial Times informó: «En una carta abierta publicada el viernes, dirigida a la comunidad financiera, Christine Lagarde, directora gerente del FMI, advirtió que el Fondo se preparó para continuar su propia financiación de Ucrania, aunque esta suspenda el pago de sus deudas».
¿Por qué? Porque Ucrania está llevando a cabo una guerra en beneficio de los EEUU contra las repúblicas populares del Dombás, y es el lugar donde la OTAN desea ubicar sus bases dirigidas contra Rusia.
Mientras Berlín está pensando en su balance financiero, a Washington le preocupa más que Grecia sea empujado hacia Rusia y los Brics. Si Atenas rompe con la UE y se alía económicamente con Rusia o con los Brics, esto dividiría la coalición imperialista contra Moscú, y podría llevar a reajustes similares a toda la «Periferia Sur» de la UE, asolada por la austeridad, es decir: España, Portugal, tal vez incluso Italia.
Es entonces por eso que el FMI hace el papel de «policía bueno» en Grecia.
La clase dominante alemana es muy consciente de todo esto. Está enfurecida por la hipocresía de Washington, pues ha tenido que soportar el peso de las consecuencias económicas y políticas de las sanciones contra Rusia, y también está ayudando a pagar el barril sin fondo ucraniano de Washington.
Cualquiera que sea el resultado en Grecia, las consecuencias de esta disputa pueden llegar a tener un efecto dominó en Ucrania en las semanas y meses venideros. ¿Será Berlín tan condescendiente ante cada demanda irracional de Estados Unidos ante Ucrania y Rusia en lo sucesivo? Sospecho que no.
Al tratar de garantizar que Europa siga sus órdenes con respecto a Rusia, Washington puede haberse saboteado a sí mismo.
Traducción de David Moreno