Editorial 3294
Las declaraciones insultantes del presidente Donald Trump contra el presidente constitucional de Colombia Gustavo Petro Urrego y la amenaza de realizar acciones militares en territorio nacional, son inaceptables y rompen de facto el dialogo y las relaciones diplomáticas entre ambos Estados.
El presidente Gustavo Petro, junto al Pacto Histórico, impulsa la paz, la integración regional, la democracia sustantiva y reformas estructurales para reducir la desigualdad y la pobreza en la que gobiernos anteriores sumieran a las grandes mayorías nacionales.
Nuestro gobierno ha cambiado la estrategia de lucha contra el narcotráfico, enfocándose en atacar tanto la cadena de insumos como la comercialización de estupefacientes, al mismo tiempo que ofrece alternativas productivas a cientos de miles de campesinos a los cultivos de uso ilícito. La industria criminal del narcotráfico es de carácter transnacional, su combate requiere nuevos enfoques y la cooperación internacional, sin que esta vulnere la autodeterminación y la soberanía nacional. La dignidad de Colombia no se negocia.
Consideramos necesario agotar y recurrir a los mecanismos diplomáticos regionales como la CELAC y UNASUR para construir una solución pacífica a esta tensión, en el marco de una defensa del principio de solución pacífica de controversias y respeto a la soberanía nacional.
Convocamos a las fuerzas sociales y políticas de América Latina y el Caribe, las del pueblo colombiano a respaldar al presidente Gustavo Petro, a movilizarnos en contra de las pretensiones imperiales de Estados Unidos de convertir la región en una zona de guerra. Es un buen momento para desarrollar un debate nacional y amplio sobre la presencia de las bases militares en Colombia
El Partido Comunista Colombiano, está en la primera línea de defensa de nuestra soberanía y los avances producidas en el gobierno del cambio.