Rusia y Corea del Norte suscriben acuerdo estratégico

“Seguiremos oponiéndonos a la práctica del estrangulamiento con las sanciones que Occidente acostumbra utilizar como herramienta para mantener su hegemonía en la política, la economía y otras esferas”, precisó Vladimir Putin al hacer una valoración del acuerdo

Redacción internacional

Aunque la firma de Tratado de Asociación Estratégica Integral entre Rusia y la República Popular Democrática de Corea, suscrito en Pionyang el 19 de junio pasado, fue considerado por sus protagonistas un hecho que no tiene nada extraordinario, más allá de renovar un tratado similar ya existente entre las partes, que que se había vencido, el nuevo documento sí contempla aspectos novedosos que han quitado el sueño a las potencias occidentales, con Estados Unidos a la cabeza.

Uno de esos aspectos medulares es que el nuevo tratado prevé la asistencia (económica, militar, etc.) en caso de agresión externa contra una de las partes. De hecho, el presidente ruso, Vladimir Putin, dijo que una consecuencia del renovado estado de las relaciones entre las dos naciones es que Rusia podría entregar armas a Corea del Norte, en el momento en que las circunstancias lo ameriten.

El mandatario coreano, Kim Jong-un, por su parte estaría dispuesto a enviar de inmediato tropas a Ucrania, para reforzar las posiciones rusas en el campo de batalla, hecho que se desprende de las declaraciones de Putin, en una rueda de prensa al final de su visita, en el sentido de que no había contemplado un evento de esta naturaleza.

“No les gustará”

“En cuanto a la posibilidad de recurrir de alguna manera (a los militares coreanos) en este conflicto (el de Ucrania), no estamos pidiendo a nadie que lo haga, nadie lo ha sugerido, así que no hay necesidad de hacerlo”, declaró el presidente Putin. Sobre el tratado, afirmó que no es ninguna “novedad” y que fue concertado porque el antiguo acuerdo había expirado. Según el mandatario, casi nada ha cambiado en el nuevo pacto y Corea tiene tratados similares con otros países.

Otra fue la reacción del premier ruso ante la versión que circuló en el sentido de que Corea del Sur enviaría tropas a Ucrania, como reacción a la firma del acuerdo estratégico con su homólogo de Corea del Norte. “Moscú tomará decisiones que no les gustará” si Seúl envía tropas a Kiev. Rusia no descarta suministros de armas a otros países en casos como estos. “Dejemos que Occidente piense dónde acabarán después”, puntualizó Putin. El mandatario espera, pese a las reacciones de Seúl y de algunas capitales occidentales, que su cooperación con Pionyang sea “persuasoria”.

Se niegan a ser aislados

Otro elemento a tener en cuenta en la valoración del acuerdo a que llegaron Moscú y Pionyang, es que se trata de un acuerdo de colaboración amplio y dinámico entre dos países que han sido sancionados en reiteradas ocasiones por Estados Unidos y Europa occidental. Que implica un esfuerzo entre dos naciones importantes en la geoestrategia mundial, que se niegan a ser aislados por decisión del capital transnacional, y por ello abogan por la construcción de un nuevo orden internacional, pluralista y democrático.

“A pesar de las presiones exteriores -precisó Vladimir Putin-, nuestros países se desarrollan con éxito en forma soberana e independiente”, puntualizando que los dos países “abogan por un orden mundial multipolar más justo y democrático”.

“Seguiremos oponiéndonos a la propia práctica del estrangulamiento con las sanciones que Occidente acostumbra utilizar como herramienta para mantener su hegemonía en la política, la economía y otras esferas” señaló el gobernante ruso, al tiempo que añadió que “el régimen restrictivo indefinido del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas sobre la República Popular Democrática de Corea, inspirado por Estados Unidos y sus aliados, debería reconsiderarse”.

Contra el régimen de sanciones

“Tanto Rusia como Corea aplican una política exterior independiente y no aceptan el lenguaje del chantaje y el dictado. Nos oponemos a la práctica de aplicar sanciones y restricciones por motivos políticos. Estas acciones ilegítimas no hacen sino socavar el sistema político y económico mundial”, anotó en tono enérgico Vladimir Putin.

El mandatario norcoreano, Kim Jong-un, que calificó el tratado como de naturaleza “pacífica” y “defensiva”, y realmente un “documento innovador”, destacó que con la firma del nuevo tratado, las relaciones entre Moscú y Pionyang “se han embarcado en la vía de un mayor desarrollo prometedor y próspero con el fin del progreso de ambos países y el aumento de la prosperidad de sus pueblos a través de la cooperación bilateral activa en varios ámbitos, incluido el político, económico y cultural, así como el militar. No tengo duda que se coinvertirá en una fuerza impulsora que acelerará la creación de un nuevo mundo multipolar”, precisó el líder norcoreano.

En Vietnam

Culminada su visita a la capital de la República Popular Democrática de Corea, el mandatario ruso viajó a Vietnam, donde se entrevistó con  el recién designado presidente de esa nación asiática, To Lam, y con quien suscribió también un acuerdo estratégico, que comprende nuevos lazos de colaboración en materia política, económica, cultural y militar, con la particularidad de que Vietnam ha venido consolidando sus relaciones con Estados Unidos, y en este sentido la potencia occidental considera que los acuerdos, tanto en Vietnam como en Corea, significan un desafío a sus planes de expansión en esta región del planeta.

Es claro que cualquier acuerdo entre naciones, en cualquier lugar del mundo que abogue por la construcción de un mundo multipolar, afecta los planes hegemónicos de Estados Unidos y de sus aliados. En esta ocasión, el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg habló de las amenazas que para occidente significan los acuerdos entre Moscú y Pionyang. Corea del Sur reaccionó en forma negativa y amenazó con enviar tropas a Ucrania para reforzar el frente antirruso. Desde luego, el presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, se pronunció en el mismo sentido.

Moscú n o tardó en comentar esta reacción. La “histérica” y “convulsiva” reacción de Occidente a la visita del presidente ruso a Corea se debe, en parte, al “odio inhumano” e “histórico” que Estados Unidos siente hacia el país asiático, dijo en rueda de prensa la portavoz de la cancillería rusa, María Zajárova.