Vida y obra
Paul Frolich
Ediciones Izquierda viva
Calle 32A No 18-11
La vida y obra de Rosa Luxemburgo, tiene la virtud de devolvernos, en toda su dimensión, a una época ya no existente. El nombre de Rosa Luxemburgo se ha convertido en símbolo del movimiento obrero internacional, del movimiento socialista, de la acción común, destacaba una y otra vez que el objetivo estratégico de la lucha obrera, que debería determinar todas las medidas tácticas, era la conquista del poder político. Sabía que en la vida de la organización y en la política práctica los compromisos son imprescindibles para conseguir la unidad de acción a vista a un fin común.
Comprometerse hasta el final con las propias convicciones era a sus ojos una exigencia moral de todo socialista, y la condición de un compromiso se basaba en la firme voluntad de llevar cada hecho hasta sus últimas consecuencias. Los marxistas, y con ellos Rosa Luxemburgo estaban convencidos de la teoría que el capitalismo, la propiedad privada de los medios de producción, que la sociedad capitalista como consecuencias de esta y otras contradicciones, es decir por sus propias contradicciones internas, debía colapsar.
Si la clase trabajadora no encuentra las energías necesarias para su liberación cabe la posibilidad de que toda la sociedad, y con ella la clase trabajadora, sucumba en la sangrienta lucha. La humanidad se encuentra ante una alternativa: ¡Socialismo o barbarie! En el programa de la Liga Espartaquista escribió: “o subsistencia del capitalismo, nuevas guerras e inmediata precipitación en el caos y en la anarquía o abolición de la explotación capitalista”.