Hernan Durango
Un acto de indignación por la manipulación de los hechos históricos, la memoria y la estigmatización a las víctimas que viene haciendo la telenovela “Los tres caínes” del canal RCN en Colombia se ha convocado para el viernes 22 de marzo, frente a las instalaciones del canal televisivo, ubicadas en la Avenida de las Américas con 65 (puente Peatonal- portería 1), a partir de la una de la tarde.
Según la convocatoria difundida a través de las redes sociales por familiares de la Unión Patriótica, víctimas de los grupos paramilitares y organismos defensores de derechos de humanos, habrá un plantón hasta las cuatro de la tarde para acompañar a representantes de estas organizaciones a radicar una carta escrita por familiares de víctimas en la que expresan repudio por los contenidos ofensivos de la serie dirigida por Carlos Gaviria y Mauricio Cruz que habla de la vida de los hermanos Carlos, Fidel y Vicente Castaño, criminales del paramilitarismo y el narcotráfico.
Las organizaciones convocan a la ciudadanía a llevar fotografías, galerías de la memoria, la foto de sus familiares desaparecidos o asesinados, pancartas en las que se condene la complicidad de los medios masivos de comunicación frente a la barbarie y genocidio del paramilitarismo como política terrorista del estado colombiano. En el comunicado le recuerdan a la dirección del canal privado RCN que los 25.747 homicidios, 3.599 desapariciones forzadas, 3.929 fosas comunes del paramilitarismo en Colombia no son una novela, sino una realidad del día a día.
Las denuncias ciudadanas contra el seriado del canal en mención han obligado a algunas empresas a retirar sus piezas publicitarias. Tal es el caso de la compañía ensambladora de Motos Auteco, que tras la presión y protestas publicadas en las redes sociales Twitter y Facebook contra la telenovela “Los tres caínes”, anunció el retiro de los comerciales de sus productos de la franja correspondiente al programa.
Crece repulsa por contenidos de la serie
El rector de la Universidad de Antioquia, Alberto Uribe Correa en carta a Gabriel Reyes, presidente del canal RCN, sostiene que la telenovela intenta “prolongar los estereotipos con los que se ha señalado —y victimizado— a miles de personas, como ha ocurrido con miembros de esta universidad”, y manifiesta su queja por el tratamiento que la serie le ha dado a la institución a su cargo.
Hijos e Hijas por la Memoria y contra la Impunidad, organización social conformada por descendientes de militantes de la izquierda colombiana que han sufrido vulneraciones a sus derechos humanos como consecuencia de su actividad política sostienen que los productores de esta serie televisiva parece que no calcularon, o si lo hicieron sería pensando en las ganancias. No calcularon que el conflicto generado por los hermanos Castaño aún continúa y muchas de las heridas que ellos dejaron aún no han sido sanadas y ni siquiera juzgadas, lo que significa una infamia para las miles de víctimas que aún esperan justicia.
Aseguran en esta organización que en el manejo que en la serie se da en el tema de los líderes de la Unión Patriótica, se les estigmatiza como guerrilleros y su muerte injusta e impune queda justificada. Muestra en el fondo la justificación de todos los crímenes: es la visión del poder que trata de regular un genocidio financiado por empresarios.
Agregan en documento enviado a este reportero que “el paramilitarismo es una política de estado para el despojo y la eliminación de la oposición, por eso se ha demostrado su vínculo con policías, militares, políticos y empresarios. Todo esto y más no está reflejado en la telenovela y nosotros como familiares de estas víctimas rechazamos ya que nuestros padres eran personas que luchaban por la paz y un cambio político democrático del país”.
Por otro lado, solicitamos la opinión a los representantes de la Asociación de Víctimas del Conflicto Armado en Colombia (Asovíctimas Montes María) y esto nos escribieron: “1. Burla del dolor de las víctimas actuales que perdieron a sus seres queridos en las manos despiadadas de estos desalmados. 2. Degradación de la vida humana y 3. Uso indebido con fines comerciales de una de las páginas más sangrientas de nuestro país, pasando por encima del dolor de las víctimas.
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Ficción y pesadilla. Por: Jaime Cedano Roldán
