El Servicio Social para la Paz se pone en marcha como una alternativa al servicio militar obligatorio. ¡Nunca más los jóvenes del pueblo para la guerra!
Valentina Bolaño Senior
@Vale_BoSe
“Es el momento de la paz y de proteger a las juventudes”, dicen al unísono Iván Cepeda, senador y negociador de paz, y Gareth Sella, viceministro de Juventudes, sobre el anuncio de la puesta en marcha del Servicio Social para la Paz como una alternativa, para los jóvenes, al servicio militar obligatorio.
La histórica medida fortalece la construcción de la paz y ofrece nuevas oportunidades para contribuir desde los territorios a la defensa del país con un enfoque humanista. “Miles de jóvenes podrán optar por trabajar para construir la paz en los territorios y las ciudades, a cambio de no prestar el servicio militar. Generaciones de jóvenes comenzarán a poner su talento y energía para acabar la violencia y la guerra en Colombia”, afirmó el senador Iván Cepeda, promotor de la iniciativa.
Así pues, en la ley de Paz Total y con el decreto 1079 de 2024 se estableció la reglamentación para su desarrollo: los jóvenes entre 18 y 24 años de edad podrán inscribirse en cualquiera de las once modalidades establecidas en la Ley:
Alfabetización digital en zonas rurales o urbanas, para generar capacidades en los y las jóvenes que les permita utilizar las TIC.
Trabajo con víctimas del conflicto armado, la promoción de sus derechos y la defensa de ellos.
La refrendación y el cumplimiento de los Acuerdos de Paz.
Promoción de la política pública de paz, reconciliación, convivencia y no estigmatización.
Protección de la naturaleza, biodiversidad, fuentes hídricas, hábitats marinos y costeros.
Promoción de la paz étnico, cultural y territorial, respetando el derecho de autodeterminación.
Protección y cuidado de las personas con discapacidad y personas mayores en condición de vulnerabilidad.
Trabajo en la reforma rural integral, promoviendo el desarrollo de las capacidades humanas y comunitarias.
Vigía del patrimonio cultural, material e inmaterial de la Nación.
Trabajo con personas damnificadas o afectadas por fenómenos o amenazas naturales.
Promoción de educación y actividades relacionadas en materia de gestión del riesgo y cambio climático.
Asimismo, el Servicio Social para la Paz será reconocido mediante una certificación equivalente a la libreta militar y será certificado como primer empleo. Los jóvenes recibirán una remuneración económica durante la prestación del servicio y tendrán beneficios cuando culminan su prestación, tales como descuentos en programas académicos y opciones para formación técnica laboral en el SENA.
Carne de cañón
Ahora bien, siendo los jóvenes un pilar para la construcción de una paz estable y duradera, era necesario que surgieran alternativas al servicio militar obligatorio, el cual, desde hace más de cincuenta años, ha puesto a los jóvenes enfrentarse a una guerra que no es de ellos.
Según el Ministerio de Defensa, en 2024 existen más de 85 mil muchachos que se han presentado a prestar su servicio militar obligatorio, lo curioso de esta cifra es que el 80 por ciento pertenece a los estratos uno, dos y tres. Los hijos del pueblo están exponiendo su vida, sus ideas y su futuro para conseguir una libreta militar y tener trabajo, pues, si esta no se tiene, es casi imposible tener una estabilidad laboral.
Por tal razón, no es extraño escuchar a más de un joven quejándose o sufriendo por volverse carne de cañón en una guerra ajena a ellos.
Los hijos de los nadie
Acerca de esto, el arte ha sido un espacio para alzar la voz en contra de la obligación del servicio militar, por ejemplo, Flaco Flow y Melanina hace veinte años demostraron su descontento en la canción La Jungla, la cual se volvió un himno antimilitaristas entre las y los jóvenes colombianos.
Me están utilizando como carne de cañón
Llamo a mi familia y no hay nada en el fogón
Ni siquiera me pagan por esta misión suicida
Salgo con la libreta y no hay trabajo en la avenida
Esta estrofa se escucha en la canción de los dos raperos, en la que evidencian que el servicio militar obligatorio no trae ningún beneficio laboral o académico. Al respecto, VOZ habló con los artistas sobre la canción y su opinión de la existencia de la obligatoriedad del mismo en Colombia.
“En La Jungla se habla de no prestar el servicio militar, de estar siempre en contra de la guerra. Porque los jóvenes no tenemos que estar luchando una guerra que no tiene sentido”, afirma Melanina, pues, la dinámica de reclutar jóvenes para las filas del Ejército, donde se les obliga a cumplir ciertos deberes, cada vez más es objeto de debate en la sociedad.
“Es triste porque después de veinte años no ha pasado nada frente a esta situación, seguimos viviendo lo mismo. Desde el rap contestario seguiremos resistiendo”, añade Flaco Flow. Las cifras de las muertes de los soldados también suben, el 1 de septiembre se conoció que dos soldados de 18 años fueron asesinados en Tame, Arauca, una noticia que genera desconsuelo por las juventudes y el futuro de Colombia.
No son números de muertes, son números de vidas
Así pues, cumpliendo a los jóvenes y a la paz, el Gobierno del Cambio diseñó y volvió realidad la alternativa del servicio militar obligatorio. Es importante destacar que el Servicio Social para la Paz no afectará la incorporación en las Fuerzas Militares y la Policía Nacional, sino que abre una puerta para que los jóvenes puedan decidir sobre cómo contribuir al país y su futuro.
La seguridad ya no se mide por números de muertes, sino por números de vidas salvadas. La construcción de la paz se fortalece con la juventud, con el cumplimiento de lo acordado en La Habana, con la protección de la naturaleza y promoción de la cultural.
Defender la patria no solo se hace con las armas, sino también con la paz.