viernes, mayo 23, 2025
InicioOpiniónEditorialPalabra itinerante. Federico García Lorca

Palabra itinerante. Federico García Lorca

Por: Jaime Cedano Roldán

“Se le vio, caminando entre fusiles, por una calle larga, salir al campo frío, aún con estrellas de la madrugada. Mataron a Federico cuando la luz asomaba”

Antonio Machado

No eran las cinco de la mañana cuando retumbaron los disparos traicioneros. Dirían luego que era un traidor. Uno de los fusileros se jactaría borracho en las cantinas de que se lo habían despachado por maricón. El informe policial hablaba de “homosexualismo y aberración” como uno de sus crímenes. Ser republicano y libertario también. Fue hace 80 años y ésta semana que ha pasado se cumplieron el día 18. Con la detención y asesinato del poeta granadino se mostraba lo que sería la homofobia brutal de la dictadura franquista. Un régimen de odio, violencia y corrupción. Los golpistas se proclamaron defensores de la heredad cristiana, la familia y la patria. Desde los cuarteles y púlpitos oscuros se alentaba a la muerte y se invocaba el odio. Llegaron más allá de las fronteras. Estimularon a los falangistas colombianos a ensangrentar los campos. Fanáticos enceguecidos, sicarios, “pájaros” y chulavitas destruían y asesinaban portando estandartes de la Virgen del Carmen y con gritos de alabanzas a Cristo Rey y de muerte a los cachiporros.

14101902_657754537707458_1432832491_n

Ochenta años después los restos de Lorca y de decenas de miles de republicanos  siguen en tumbas desconocidas o en perdidas cunetas. Sus prontuarios judiciales abiertos y aún se les considera culpables. Los asesinos reposan en basílicas o monumentos nacionales y sus herederos manejan bancos, fundos y ministerios. Desde los púlpitos se sigue disparando cieno y no están seguros los niños que manosean mientras adoctrinan. Tiempos de odios y exclusiones. De murallas que cercan países y libertades. Muros ensangrentados y mares teñidos de muerte. Terroristas fanatizados persiguen a los infieles y los degollan. Y con más rabia si son homosexuales. Con más odio si son mujeres. El uribismo hace parte de esta corriente fanatizada, aunque es necesario diferenciar a instigadores e instigados, victimas también, de alguna manera.

La arrogancia de un impopular presidente ha impuesto un plebiscito que ahora es necesario salvar abrumadoramente. Como ya se hizo con su propia candidatura. Un sí rotundo y claro. Con alas transformadoras y sueños de  democracias postergadas. Un sí que no es cheque en blanco ni confianza ilimitada y con la mirada recelosa. Que ya lo decía Lorca cuando detuvieron los guardias al gitano de los Camborios que después fusilarían:

“Están los viejos cuchillos  tiritando bajo el polvo”.

La campaña del no asusta por sus mentiras y blasfemias y hasta por la mirada de quienes la instigan. Pero las horas del alba nos indican ahora que ya nunca más vendrán las noches largas.

@cedano85

RELATED ARTICLES

Most Popular

Recent Comments

Rodrigo en No hay dos demonios
Rodrigo en Petro en la mira
Rodrigo en 30 años sin Manuel
Rodrigo en ¿No se dan cuenta?
Rodrigo Carvajal en Elefantes blancos en Coyaima
Rodrigo Carvajal en No Más Olé
Rodrigo Carvajal en ¡A hundir el acelerador!
Rodrigo Carvajal en Semana contra el fascismo
Rodrigo Carvajal en Ucrania, ¿Otro Vietnam?
Rodrigo Carvajal en ¿Quién es Claudia Sheinbaum?
Rodrigo Carvajal en Odio y desinformación
Rodrigo Carvajal en La inflación y sus demonios
Rodrigo Carvajal en No cesa la brutalidad sionista
Rodrigo Carvajal en Putin gobernará hasta el 2030
Rodrigo Carvajal en De Bolsonaro a Lula