La presidenta electa dio unas puntadas iniciales de su hoja de ruta en lo económico e indicó que no habrá aumentos de precios en los combustibles ni en la electricidad. Además, se refirió a una segura “austeridad republicana” y disciplina fiscal, así como el respeto a las libertades de prensa y de reunión
Alberto Acevedo
En el mismo mes en que cumple 61 años de edad, Claudia Sheinbaum, candidata de izquierda por la coalición Sigamos Haciendo Historia, se alzó con una mayoría de votos que la confirma como la próxima presidenta de México. Será la primera vez, en doscientos años de vida republicana del país azteca, en que, en esa nación, caracterizada por un histórico y desbordado machismo, sus destinos serán regidos por una mujer.
Las autoridades electorales habían habilitado el Programa de Resultados Electorales Preliminares, PREP, un mecanismo de conteo rápido de votos por parte del Instituto Nacional Electoral, que se comprometía a anticipar los resultados de la jornada, reproduciendo pantallazos de las actas electorales desde las propias mesas de votación.
En un primer registro, hacia la media noche del pasado domingo, fecha en que se cumplió la jornada electoral, con menos del uno por ciento de las actas escrutadas, la candidata oficialista aseguraba ya el 60 por ciento de los votos.
Para la mañana del lunes de la presente semana, el PREP aseguraba que, con el 70 por ciento de las actas capturadas, la opción ciudadana por Sheinbaum se acercaba al 60 por ciento, y en esa dirección iban las proyecciones del Instituto Nacional Electoral. En segundo lugar, se situaba Xóchitl Gálvez, la candidata de la Alianza Fuerza y Corazón por México, con el 28,5 por ciento de los votos, seguida de Jorge Álvarez, del Movimiento Ciudadano, con el 10,5 por ciento de las papeletas.
Un país soberano
Para esas primeras horas, los dos candidatos que la seguían en votación habían aceptado su derrota y felicitado a la ganadora. Diversos jefes de Estado de países latinoamericanos, incluso desde la media noche anterior, habían llamado por teléfono también a la ganadora para saludarla.
Fue la ocasión también para que Sheinbaum expresara sus primeras impresiones ante los medios de comunicación, tras confirmarse que gobernará a México durante los próximos seis años.
“Vamos a seguir haciendo de México cada día un país más justo, democrático, libre, soberano, para seguir construyendo la grandeza de nuestra patria”, destacó la joven gobernante. “Nunca haremos un gobierno autoritario, ni represor”, añadió.
Programa económico
La lideresa dio unas puntadas iniciales de lo que será su hoja de ruta en lo económico e indicó que no habrá aumentos de precios ni en los combustibles ni en la electricidad. Además, se refirió a una segura “austeridad republicana” y disciplina fiscal, así como el respeto a las libertades de prensa y de reunión.
Sheinbaum aclaró que habrá respeto por la diversidad política, social, cultural y religiosa. Resaltó también el triunfo oficialista en el Congreso bicameral. “Hemos ganado la mayoría calificada en la Cámara de Diputados y muy probablemente también el Cámara de senadores”, dijo. Reiteró que mantendrá la política exterior de la actual administración, basada, entre otros puntos, en la no intervención en asuntos internos de otros países y en la autodeterminación de los pueblos.
Sobre la relación con Estados Unidos señaló que se desarrollará en torno a la amistad, el respeto mutuo y la igualdad. “Siempre defenderemos a los mexicanos que se encuentren al otro lado de la frontera”, declaró en medio de aplausos.
La voz de Latinoamérica
Las reacciones en América Latina no se hicieron esperar, inclusive, sobre la media noche del domingo, ya algunos mandatarios habían expresado su beneplácito por el éxito electoral de la candidata de izquierda en México.
El presidente Gustavo Petro aseguró que trabajará con Sheinbaum para “ver a América Latina unida y progresando”. “México eligió a una progresista como primera presidenta de su historia. Es un triunfo para el pueblo mexicano y para su democracia”, consignó el mandatario colombiano en su cuenta de X.
El presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, destacó que “Cuba saluda la histórica elección de Claudia Sheinbaum como presidenta de México”. “Le deseamos éxitos en su gestión, primera mujer en ese cargo”, expresó en su cuenta de X.
Nicolás Maduro también felicitó a la candidata ganadora. “Extraordinaria demostración de civismo y democracia hemos visto este domingo 2 de junio en México, una gran participación en las elecciones presidenciales”, dijo el mandatario venezolano. Por su parte, Luis Arce Catacora, presidente de Bolivia, dijo en sus redes sociales: “Felicito a Claudia Sheinbaum por su contundente victoria en las elecciones generales y hacer historia al constituirse en la primera mujer en asumir la presidencia del hermano país mexicano”.
Las más grandes elecciones
En el mismo sentido se pronunciaron la presidenta de Honduras, Xiomara Castro, el mandatario de Costa Rica, Rodrigo Chaves Robles, el guatemalteco Bernardo Arévalo, el de Nicaragua, Daniel Ortega, y los exmandatarios argentinos Alberto Fernández y Cristina Fernández de Kirchner.
El 2 de junio no solo se realizaron las elecciones más grandes de México, con la designación de 20 mil cargos de elección popular, sino por la participación de casi 100 millones de electores que, salvo algunos hechos de violencia aislados, marcaron una jornada democrática en condiciones de paz, tranquilidad y garantías.
El presidente Andrés Manuel López Obrador se refirió a este aspecto particular de la contienda y, en su última rueda de prensa, dijo que esperaba los comicios más limpios y libres de la historia. Mencionó que trabajó en conjunto con los gobernadores de los Estados y la autoridad electoral para lograr de conjunto que “el pueblo se manifieste libremente y que vote sin ningún temor, sin ninguna presión, que el voto sea verdaderamente libre, secreto, individual y que se dé un ejemplo de democracia”, como así sucedió.
Señaló que el pueblo “ya no quiere esa historia negra de fraudes electorales, cuando se robaban hasta la Presidencia de la República, como nos consta. Estamos en otros tiempos. Ahora es el pueblo el que manda y esa es la democracia”, sostuvo en oposición a lo que pasaba antes, cuando a su juicio la democracia era una fachada para una mafia oligárquica y grupos de poder que se sentían dueños de México.