La Intersindical Valenciana, fundada en 2002, es un sindicato asambleario, feminista y transformador que lucha por los derechos de la clase trabajadora en Valencia. En la actualidad, enfrenta el desafío de exigir responsabilidades políticas tras la gestión negligente del Gobierno durante las inundaciones de 2024
Redacción Internacional
Beatriu Cardona, portavoz de la Intersindical Valenciana, es una figura clave en la lucha por los derechos laborales, la justicia social y la equidad de género en Valencia. Compartió con VOZ su visión sobre los retos actuales de la Intersindical, la lucha contra el fascismo y la defensa de los derechos de las mujeres, destacando la importancia de la identidad valenciana. Además, subrayó la importancia de la solidaridad global en la construcción de un futuro más justo.
¿Cuál es tu profesión y qué te llevó al mundo del sindicalismo?
Soy profesora de inglés y nací en un pueblo a 100 km al sur de Valencia. Estudié filología inglesa y, mientras trabajaba en las escuelas oficiales de idiomas, surgieron problemas legislativos que devaluaban nuestras enseñanzas. Fue entonces cuando decidí luchar por ello y asumí la presidencia de la Asociación valenciana de profesorado de escuelas oficiales de idiomas. En 2008, me incorporé al sindicato, y desde entonces he tenido diferentes responsabilidades, como la coordinación de enseñanzas de idiomas y la visita a centros docentes en Valencia.
¿Cómo funciona la Intersindical Valenciana? ¿Cuál es su historia?
La Intersindical Valenciana nació en 2002 por la unión de varios sindicatos, como el de enseñanza, administración, salud y el sindicato de la empresa Ford. Estos sindicatos se unieron para formar una organización que ha crecido, especialmente en el sector privado.
La Intersindical es un sindicato asambleario, independiente de los partidos políticos, transformador, reivindicativo, valenciano y feminista. Con trabajadores y trabajadoras sanitarias. Nosotras focalizamos nuestros esfuerzos en el país valenciano y desde aquel momento no hemos parado de crecer, sobre todo en el sector privado, en el que cada vez más personas de empresas vienen para que les representemos. Eso ha sido gracias al gran esfuerzo que han hecho los sindicatos de la Función Pública donde somos el primer sindicato valenciano.
¿Cuáles son los retos actuales de la Intersindical Valenciana en términos sociopolíticos?
El mayor reto actual es la gestión criminal del gobierno valenciano tras las inundaciones del 29 de octubre de 2024, que causaron 227 muertes. La Intersindical exige la dimisión del presidente valenciano y su gabinete, al tiempo que está ayudando a las localidades afectadas con brigadas de limpieza, víveres y maquinaria. Además, estamos impulsando manifestaciones para exigir responsabilidades políticas.
¿Cómo afectó la gestión del gobierno valenciano durante las inundaciones?
El gobierno valenciano, liderado por el Partido Popular, ignoró las advertencias de las agencias meteorológicas y no actuó a tiempo. El presidente no modificó su agenda y apareció en el centro de coordinación de emergencias demasiado tarde, cuando ya había muertes. Esto ha sido un punto de inflexión para la Intersindical, que ahora prioriza la dimisión del Gobierno y la convocatoria de elecciones.
¿Cómo se relaciona la identidad valenciana con la lucha sindical?
La identidad valenciana es importante porque el Estado español tiene un sistema de autonomías que no siempre reconoce las necesidades específicas de cada región. La Intersindical lucha por empoderar a la clase trabajadora valenciana y busca alianzas con otros pueblos del Estado español que compartan sus inquietudes. El fascismo, que es profundamente españolista, es un enemigo común que busca homogeneizar y perpetuar las desigualdades entre territorios.
En el caso del país de Valencia, pagamos nuestros impuestos a Madrid y después esta ciudad reparte. Tenemos el producto interior bruto más alto, contribuimos más, pagamos más, pero no recibimos lo suficiente para cubrir nuestras necesidades, con lo cual hay un déficit.
En este sentido, es necesario concienciar a la clase trabajadora de que el discurso españolista, como el de llevar la bandera española en una pulsera, acaba perjudicando sus propios intereses.
La clase trabajadora valenciana debe entender que creer ciegamente en los postulados fascistas que refuerzan el Estado español en detrimento de las autonomías, también va en detrimento de sus condiciones reales de trabajo, porque en Madrid no pueden saber cuáles son las necesidades de la clase trabajadora valenciana. No pueden saberlo. Ese intento de homogeneización, lejos de igualarnos, perpetúa las desigualdades entre territorios. Cada territorio tiene sus propias necesidades específicas, y es esencial comprende que equidad e igualdad no son lo mismo.
¿Cuáles son las perspectivas de lucha en temas de género desde la Intersindical?
La Intersindical es un sindicato feminista que lucha por los derechos de las mujeres. Desde 2018, con la primera huelga general feminista en España, el movimiento feminista se ha empoderado globalmente. Las mujeres no permitiremos que se nos roben los derechos conquistados. La Intersindical trabaja de manera transversal, formando tanto a hombres como a mujeres en igualdad y colaborando con otros movimientos sociales.
Nosotras formamos parte del movimiento feminista, pero no buscamos capitalizarlo. Lo que sí hacemos es fortalecerlo, ya que tanto nuestras mujeres como nuestros hombres luchan en muchos frentes diferentes. También formamos parte de los movimientos sociales y de los movimientos sociopolíticos. Exigimos a los partidos políticos, nos gobiernen o no, que tengan presente que las mujeres somos la mitad de la población y, como tal, exigimos la mitad de la población.
Para finalizar, ¿qué anécdota recuerdas que te haga sentir que todo este esfuerzo vale la pena?
Una anécdota que me llena de orgullo es haber ayudado a una mujer víctima de violencia de género a conseguir trabajo en Valencia, lejos de su maltratador. También me emociona que mi sobrina quiera ser como yo cuando sea mayor. Estas experiencias me hacen sentir que todo el esfuerzo vale la pena.