viernes, abril 19, 2024
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Nacionalizar el sistema bancario

“Hay que tomar medidas radicales en favor de una salida social de la crisis”

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Gerardo Esteban Vargas*

El pasado 2 de julio del año en curso, en un artículo[1. Comité para la Anulación de la Deuda del Tercer Mundo. http://cadtm.org/Eric-Toussaint-Si-la-UE-estuviera (Consultado el 22 de julio de 2014).] intitulado “Si la UE estuviera al servicio de sus ciudadanos ya habría nacionalizado los bancos”, escrito por el presidente del Comité para la Anulación de la Deuda en el Tercer Mundo y asesor de varios gobiernos latinoamericanos, uno de los politólogos más lúcidos de la izquierda europea, el belga Eric Toussaint, propone “una salida justa” a la crisis.

En el texto desarrolla lo siguiente. Siete años de crisis económica, como la peor situación de los últimos 80 años. Una catástrofe por causa de la deuda privada y el capitalismo financiero provocada básicamente por los bancos. Su deuda la estamos pagando entre todos. “Hay que tomar medidas radicales en favor de una salida social de la crisis”

Toussaint lamenta la impunidad de la que gozan los grandes banqueros, a los que señala directamente como los responsables de la crisis: “Los dueños capitalistas de los bancos privados manejaron el dinero en busca de la ganancia máxima sin tener en cuenta el riesgo”. La realidad, sin embargo, es bien diferente: esos prohombres gozan de la protección de los gobiernos; nadie ha osado meterse con ellos y, para rematar la faena, los Estados han rescatado a los bancos con dinero público. Dice Toussaint, el castigo está clarísimo: “Habría que expropiar los bancos y socializarlos. La banca tiene que ser un servicio público. Los accionistas de los bancos rescatados deberían devolver el dinero de las ayudas con su propio patrimonio”.

El pensador belga cree que las cosas se pueden hacer de otra manera y cita dos ejemplos: el caso de Islandia, donde dos banqueros fueron encarcelados por la presión ciudadana; y Estados Unidos, donde Barack Obama no toma medidas contra la banca privada norteamericana e intenta desviar la atención con mano dura contra bancos europeos.

Políticas sociales no neoliberales

En Europa no hay voluntad política ni tampoco sensibilidad: “Si los gobiernos de los países de la UE creyeran de verdad que están al servicio de la mayoría de los ciudadanos, ya habrían nacionalizado los bancos y también habrían rechazado pagar parte de la deuda pública por ilegítima e ilegal”.

Toussaint explica: “La austeridad no es la respuesta. Ésta sólo conduce a un aumento de la deuda pública. Lo que hay que hacer es adoptar un programa coherente y alternativo que apueste por incrementar la inversión pública, aumentar el poder adquisitivo de las familias, anular parte de la deuda pública ilegítima, redistribuir la riqueza y aumentar los ingresos fiscales”.

Entre sus recetas, Toussaint no se olvida de la lucha contra la desigualdad: “Dentro de ese programa coherente del que he hablado, una de las medidas fundamentales son los impuestos a los más ricos. Yo, como Thomas Piketty, soy partidario de crear un impuesto confiscatorio del 80% o 90% de su renta al 1% más rico de la población. La concentración de riqueza empieza a ser intolerable. Franklin Delano Roosevelt lo hizo en 1938 en Estados Unidos y no era precisamente un izquierdista. Con esos ingresos un gobierno progresista podría poner en marcha un nuevo modelo económico y social”.

La deuda pública, esa que la Troika, conformada por el Fondo Monetario Internacional, la Comisión Europea y el Banco Central Europeo, se empeña en que los ciudadanos paguen a toda costa. Para él no es moralmente aceptable que un país tenga que recortar su sanidad o su educación para pagar su deuda, sobre todo cuando no se ha hecho una auditoría de la misma y no se ha determinado qué parte es ilegítima o ilegal. Hacer una auditoría de la deuda es una obligación para cualquier país, incide Toussaint: “Si se quiere encontrar una salida justa de la crisis para los ciudadanos, hay que anular el pago de esa parte de la deuda”.

Negarse a pagar parte de la deuda no es ninguna utopía. Toussaint lo sabe y pone el ejemplo de Ecuador, donde él mismo trabajó asesorando al presidente Rafael Correa: “Hacerlo es posible. Ecuador lo hizo en 2008 y 2009 con éxito y países como España, Grecia, Portugal, Irlanda y Chipre también pueden hacer lo mismo. ¿Por qué no? Los acreedores de la deuda pública son los mismos bancos que han sido rescatados con el dinero público y que luego han utilizado para comprar bonos de deuda pública de esos países”.

* Economista Investigador del Centro de Estudios e Investigaciones Sociales (CEIS).

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