Este año la histórica fecha es la oportunidad de exigir condiciones laborales dignas para millones de obreros, y para discutir sobre la posibilidad de construir un gobierno y políticas democráticas
Redacción Laboral
El movimiento sindical se ha acostumbrado a que el Primero de Mayo es una fecha para reivindicar sus resistencias, triunfos y posibilidades de obtener condiciones dignas de trabajo y respeto por la actividad sindical.
No obstante, la actual coyuntura política y económica ha exigido que las peleas vayan más allá de las reivindicaciones en los contextos de la contradicción capital – trabajo y de las relaciones obrero-patronales.
Hay que tener en cuenta que la emergencia sanitaria del Covid-19 agravó la crisis económica y todas sus consecuencias. La manera como el Gobierno nacional la enfrentó solo dejó mayor pobreza, miseria, desempleo, destrucción de miles de empresas, deserción escolar y muertes que se hubieran podido evitar. Solo se favoreció al sector financiero, a poderosos empresarios y se agudizó la crisis de millones de nacionales.
La respuesta del movimiento social se dio de manera unificada, y con movilizaciones el Comando Nacional de Paro, CNP, presentó al Gobierno un pliego de emergencia con soluciones viables, que no fue negociado.
Mientras las confrontaciones en las calles se agudizaban, el CNP convirtió los puntos del pliego en 10 proyectos de ley que fueron presentados al Congreso de la República, aunque no fueron aprobados gracias a las mayorías gobiernistas. La crisis social, evidenciada en más hambre y desempleo, empeoró.
Reivindicaciones
A lo anterior se suma una campaña electoral a la Presidencia de la República en la que por primera vez hay muchas posibilidades de que un demócrata llegue a la Casa de Nariño, con propuestas económicas y laborales que beneficiarían a los trabajadores y al conjunto de la sociedad.
Esta contienda está precedida por un triunfo electoral del Pacto Histórico y otras colectividades políticas con el que se configura una amplia bancada que permitirá legislar en beneficio de las mayorías.
Todos estos ingredientes dan un toque especial a las movilizaciones de este Primero de Mayo. Para el presidente de la Central Unitaria de Trabajadores, CUT, Francisco Maltés en la fecha además de recordar a los Mártires de Chicago, el Comando Nacional Unitario, CNU, compuesto por la CUT; la Confederación General del Trabajo, CGT; la Confederación de Trabajadores de Colombia, CTC; y las organizaciones de pensionados tienen una agenda de reivindicaciones en las movilizaciones.
“En primer lugar, le exigimos al Gobierno nacional frenar la informalidad laboral, disminuir el desempleo, una concertación de trabajo decente con el movimiento sindical, y la presentación ante la Comisión de Concertación de Políticas Laborales de una agenda para el cumplimiento de recomendaciones en materia laboral que han hecho países como Canadá, Estados Unidos y la Unión Europea”, explica el líder sindical y agrega que el Primero de Mayo tendrá un tinte más político que sindical.
Es la economía, estúpido
Ahora bien, las esperanzas de millones de colombianos para que haya algunos cambios en la economía están centradas en el candidato Gustavo Petro. En entrevista en YouTube, en el programa Es la economía estúpido, del periódico La República, RCN y la FM hizo algunos de sus planteamientos en esta materia.
Sobre la manera de lograr un crecimiento sostenible, aseguró que la política pública debe ser para incentivar la producción de la agricultura, la industria y el turismo. “La agricultura no puede ser producir materia prima bruta, sino agroindustrializar. Y en términos de equidad social, esa agroindustrialización debería quedar en manos del propietario de la producción, es decir, del campesino”.
Para el candidato, esa industrialización se hará sobre la base de energías limpias, conectividad o cerrar la brecha digital y el conocimiento general de la sociedad.
Asimismo, Petro dejó claro que las limitaciones de la iniciativa privada y la libertad de empresa están en las regulaciones al mercado, relacionadas con el equilibrio con la naturaleza para que no la destruya y la dignidad de los y las trabajadores.
Ahora bien, para llevar a cabo estos cambios, es necesario contar con la participación de las organizaciones sociales, en especial las de los trabajadores. Es por eso que Maltés cree que un gobierno democrático, en transición, deberá concertar las políticas laborales con el movimiento sindical. “Además, como columna vertebral debe haber un respeto a la libertad sindical, la libertad de asociación y de negociación colectiva y que se resuelvan los problemas del mundo laboral, particularmente lo relacionado con la ampliación de planta y estabilidad laboral de las instituciones del Estado y las empresas privadas con los cargos de funciones permanentes”.
Empleo y desempleo
El anterior planteamiento llevó al tema de la formalidad laboral, el empleo y el desempleo. Petro explicó que “El empleo es un puesto de trabajo asalariado, pero no todos los puestos de trabajo son asalariados. La informalidad, nombre que se da desde las alturas de los gobiernos recientes, son puestos de trabajo no asalariados”.
Esos puestos de trabajo precarios, están por debajo del salario mínimo, “la pobreza en Colombia es más”. La manera como el DANE mide el desempleo solo lo refleja en el empleo asalariado, una estadística de trabajo precario y de trabajo asalariado no es empleo, la estadística de desempleo sería de más del 60% de la población, lo que muestra un raquitismo del capital, comentó el candidato.
Ante lo anterior, Gustavo Petro propone empoderar la economía popular o la informalidad como la microempresa, el vendedor de empanadas, el ambulante y al campesinado para lograr que tengan unos ingresos mucho mayores. Se haría con formas de crédito no usurero y otorgado gracias a una mayor competencia de la banca tradicional, el sistema cooperativo financiero y la banca pública.
Estas y otras propuestas van de la mano de una reforma laboral porque “no creo en esa política de disminuir el salario y la estabilidad”. Actualmente el capitalismo se cimenta en la productividad del mundo laboral o en el saber de los trabajadores, que se garantiza si los y las trabajadores tienen estabilidad laboral.
En pro y en contra
“El cambio está en construirse mejores políticas de estabilidad para que crezca la productividad y por tanto la riqueza de la sociedad y la del empresario. Si los trabajadores piensan que en una semana los van a echar, no producen bien, por lo tanto, con estabilidad producirán más y mejor, ya que tiene educación, acceso a vivienda digna y buen salario. De lo contrario, se sigue conduciendo al mundo a la miseria”, argumentó el candidato.
Ejemplificó diciendo que empresarios alemanes, suecos, finlandeses, japoneses, chinos o norteamericanos no echan a su fuerza de trabajo porque han entendido que son su riqueza, “la dignifican, la cuidan y hacen que aprenda más porque de ese aprendizaje nace su ganancia”.
Con base en lo anterior, Petro ve que una reforma laboral no es para que se eche fácilmente a un trabajador o trabajadora, sino por el contrario, ver cómo se puede lograr que esa fuerza laboral conozca cada vez más y tenga más dignidad.
Proposiciones como las anteriores, hacen parte de las discusiones de los trabajadores este Primero de Mayo, pero también de estudiantes, académicos, analistas, empresarios y jóvenes que ven en estas la posibilidad de empezar a sacar al país del atraso, y que permitirían bienestar a las grandes mayorías.
No obstante, para Maltés, de ganar un gobierno afín a las políticas del Establecimiento, el movimiento sindical se seguirá organizando para responder a la violación a derechos laborales y políticas antisindicales que se desarrollarán.