sábado, marzo 15, 2025
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Lucha de clases y rentismo petrolero en Venezuela

Venezuela es un país de baja producción industrial y agrícola, importador de la mayor parte de los bienes que consume.

Pdvsa

Rafael Enciso*

La Revolución Bolivariana en Venezuela y su perspectiva socialista, -con su papel central como eje articulador de la unidad latinoamericana y caribeña-, se encuentran en grave peligro. Los resultados de las elecciones presidenciales del 14 de abril del 2015 y el intento de golpe de la derecha fascista contra el proceso bolivariano, son muy claros.

La oposición contrarrevolucionaria niega toda legitimidad a las instituciones y su objetivo es derribar y destruir a toda costa la independencia nacional y los grandes avances sociales logrados. Venezuela y los países de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América – Tratado de Comercio de los Pueblos (ALBA-TCP), núcleo duro de este proceso integracionista ha logrado incipientes pero importantes avances en el establecimiento de nuevas formas de relacionamiento político y económico internacional sobre bases de respeto y apoyo mutuo, solidaridad y complementariedad, y en la creación de una moneda propia para el intercambio, el Sistema Unificado de Compensación Regional (Sucre).

Rentismo petrolero y lucha por la plusvalía

Venezuela es un país de baja producción industrial y agrícola, importador de la mayor parte de los bienes que consume. Los trabajadores generan solo una pequeña parte de la plusvalía con la extracción y refinación del petróleo, lo que se refleja en los costos de producción. Pero la mayor parte de la plusvalía llega a Venezuela en forma de renta por la venta del petróleo en el mercado internacional. Luego se distribuye a través de los presupuestos del Estado, con sus expresiones en ministerios, gobernaciones y alcaldías. La distribución de la renta abarca además todos los poderes públicos, que ejerce con poca eficacia la Contraloría General de la República. La impunidad sirve de estímulo a la corrupción administrativa.

Cuando los precios del petróleo en el mercado mundial aumentan, aumenta la cantidad de plusvalía que fluye a Venezuela y crece también la lucha de grupos y clases sociales por su uso o apropiación. Los precios de este recurso energético, ya de por sí muy elevados por el control monopólico de los mercados y por el agotamiento progresivo de las reservas mundiales de esta materia prima energética, hoy esencial para la industria y el transporte en todo el mundo, crecen constantemente.

Es entonces necesario para ellos convertir los bolívares en dólares, algo que hacen comprando dólares en el mercado paralelo con lo cual encarecen su precio a niveles exorbitantes; o accediendo a una parte de los dólares que asigna el Estado a la tasa de cambio oficial para las importaciones. El gobierno del Presidente Chávez destinó enormes recursos para la ejecución del Plan Nacional Simón Bolívar 2007-2013, para beneficio del pueblo de Venezuela, pero por las razones anteriores, esta se hizo de manera lenta, a altos costos, con muchas deformaciones y contradicciones.

Un ejemplo de ello, es el aumento de las importaciones de alimentos, cuyo valor en dólares creció más que el doble entre los años 1999 y 2009, mientras su tonelaje solo creció en cerca del 5%. De manera esquizofrénica, aún con costos excesivamente altos, esto se hizo para beneficio del consumo popular en el corto plazo, porque estos alimentos se distribuyen con precios subsidiados por el Estado a través de las Misiones de Alimentación Mercal y Pdval; pero, a su vez, estas importaciones en tan grandes magnitudes, han servido para enriquecer a unos cuantos importadores y en el mediano y largo plazo, van en detrimento de la producción agrícola nacional y por tanto, de la soberanía y seguridad alimentaria del país.

Esperemos que esto sea superado, a partir del año 2013, mediante la ejecución coherente del Programa de la Patria 2013-2019 con sus cinco grandes objetivos históricos y nacionales, lo cual sólo será posible con el desarrollo de la conciencia socialista de la población y los trabajadores organizados y su lucha revolucionaria; y con la solidaridad internacionalista de los trabajadores y movimientos sociales revolucionarios, y de los gobiernos progresistas y antiimperialistas de América Latina y el mundo. Porque sólo unidos y compartiendo sistemáticamente conocimientos y experiencias, podremos superar la oscura y larga noche del sistema del capital, para construir la nueva sociedad socialista, libre de explotación, que haga posible el desenvolvimiento pleno de las potencialidades humanas y la mayor suma de felicidad posible para nuestros pueblos.

El poder de la burocracia

El poder de la mayor parte de las elites burocráticas, es decir, con poder de decisión y acceso a los presupuestos, en las empresas públicas y en el Estado, es transitorio en cada funcionario individual.

El carácter transitorio del poder burocrático y la condición de su personificación, de estar desvinculados personalmente de la propiedad de las empresas públicas o comunitarias, hace que -sin consciencia socialista-, objetivamente, el interés personal de los burócratas no esté centrado en desarrollar la producción e incrementar la productividad para satisfacer necesidades de la población y fortalecer la soberanía nacional.

Porque esto requiere de gran voluntad política, valores humanistas y compromiso personal, conocimientos científicos, técnicos y en gestión, que en general no tienen ni pueden adquirir por su autosuficiencia y falta de interés y disciplina para estudiar; también porque desarrollar las fuerzas productivas y producir con eficiencia exige esfuerzos sostenidos y mucha planificación.

Y por último, porque sus ingresos no están vinculados a la productividad de las empresas que dirigen, ni dependen de los resultados alcanzados. Sus sueldos mensuales, -cuando los burócratas son corruptos-, sólo representan una pequeña parte de sus ingresos.

Este tipo de burócratas saqueadores del Estado, ejercen el control sobre toda la producción de las empresas en que actúan; definen sin participación de los trabajadores, sus precios de venta y a quien venderle la producción. De esta manera, pueden obtener ingresos extraordinarios al desviar parte de los productos a intermediarios especuladores y recibir por ello una parte del sobreprecio.

Defender logros sociales

Los avances sociales logrados en el proceso de la Revolución Bolivariana desde el año 1999 hasta el 2013 son enormes. Entre algunos de sus principales logros mencionamos: la disminución de la pobreza relativa y absoluta; la disminución del desempleo; el acceso generalizado a los servicios de salud con la Misión Barrio Adentro I, II y III, que incluye la atención médica general, odontológica y quirúrgica gratuitas para la población, los Centros de Diagnóstico Integral (CDI) y los Centros de Rehabilitación Integral (CRI); el mayor acceso a los alimentos al ser masivamente distribuidos con precios subsidiados por el Estado por medio de la Misión Mercal; la erradicación del analfabetismo; la universalización de la educación básica, secundaria y universitaria, y la creación de mecanismos para que la población se integre a la educación formal por medio de las Misiones Ribas, Sucre y Cultura; la inclusión de miles de personas mayores, entre ellos pescadores y campesinos al sistema de pensionados por el Estado; la dignificación de alrededor de 100.000 mujeres en condición de pobreza extrema con la Misión Madres del Barrio, y a partir del año 2011, el acceso de la población más pobre y en situación de riesgo, a viviendas dignas con la Gran Misión Vivienda Venezuela, que pretende construir un total de tres millones de viviendas de las cuales ya han sido construidas más de 400.000.

En este contexto, el presidente Chávez planteó al pueblo de Venezuela su Programa de la Patria para el período 2013-2019, que es un programa de transición al socialismo, con cinco grandes objetivos históricos y nacionales, los cuales han sido íntegramente acogidos por el Presidente Nicolás Maduro. Estos son los siguientes:

1. Defender, expandir y consolidar la independencia nacional; 2. Continuar construyendo el Socialismo Bolivariano del Siglo XXI en Venezuela, y, con ello asegurar la mayor suma de seguridad social y felicidad para nuestro pueblo. 3. Convertir a Venezuela en un país potencia en lo social, lo económico y lo político, dentro de la gran potencia naciente de América Latina y El Caribe, que garanticen la conformación de una zona de paz en nuestra América; 4. Contribuir al desarrollo de una nueva geopolítica internacional, en la cual tome cuerpo un mundo multicéntrico y pluripolar, y, 5. Contribuir con la preservación de la vida en el planeta y la salvación de la especie humana.

* Economista investigador, invitado del CEIS.

E mail: saberytrabajo1955@gmail.com

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