Se adelanta una investigación para dar con todos los autores del golpe. Algo que llama mucho la atención es que algunos de los aprehendidos manifestaron que hubo apoyo de algunas misiones diplomáticas
Alberto Acevedo
El jefe de la misión diplomática boliviana en Colombia sostuvo una amable conversación, con este semanario, sobre diversos tópicos de actualidad en torno a la situación política del país andino.
¿Hubo golpe o autogolpe en Bolivia? Su compatriota, Álvaro García Linera, dice que resulta por lo menos estúpido decir eso. Evo Morales, en cambio, dice que sí fue autogolpe.
Lo que sucedió ha sido un intento de golpe de Estado fallido. Yo soy muy crítico de las opiniones que pueda verter el señor García Linera, sobre lo que señala, porque ante los medios de comunicación él ha manifestado que podría ser un gobierno malo el que llevamos adelante, con muy poca autocrítica de lo que él realizó anteriormente.
Pero calificar de autogolpe lo que sucedió, como lo hizo el compañero Evo Morales, creo que es un despropósito, puesto que las características que se tuvieron el día 26 de junio detallan y muestran, de una manera categórica, que lo sucedido fue un golpe de Estado.
Otra cosa es que no se consolidó. Hay que tener presentes los elementos que fallaron para que no se consolidara. El abandono del núcleo del poder, que, en este caso, es la Casa Grande del Pueblo, no se dio por parte del presidente Lucho Arce, quien se mantuvo de forma muy valiente. A diferencia de lo que pasó en el año 2019, los sectores de la policía no se sumaron a la intentona golpista de determinados sectores de las Fuerzas Armadas, no se plegaron a la petición de Zúñiga para poder acompañarlo en este intento de desestabilización, como sí sucedió en el 2019.
Partiendo de esto, algo que se sabe muy poco es el accionar, por ejemplo, de actores políticos que no responden al Movimiento Al Socialismo y al presidente Luis Arce. Es el caso de la alcaldesa de El Alto, Eva Copa, quien de manera inmediata convocó a bloquear las salidas de los regimientos militares en El Alto, para que estos no lograran llegar a la Plaza Murillo.
Estos bloqueos dilataron y demoraron la llegada de determinados actores y, lógicamente, esto llevó a la posesión de un nuevo alto mando militar, el cual da las instrucciones de replegarse.
Un despropósito
Es así que utilizar la categorización de “autogolpe” es un despropósito, que debilita no únicamente la postura interna del proceso de la izquierda boliviana que llevamos adelante con el presidente Lucho Arce, sino que, también, debilita los procesos políticos de la izquierda de la región.
¿La postura de Evo Morales frente al gobierno de Luis Arce, facilitó el golpe?
Yo creo que no. En esto hay que tener presente algo: el compañero Evo Morales está muy alejado del horizonte de la izquierda desde hace un buen tiempo. Los programas que se manejan desde el gobierno del presidente Luis Arce, no han variado en nada respecto a los que impulsaba Morales. Por ejemplo, no hemos retirado ni un solo bono social, no hemos quitado la subvención a la gasolina e hidrocarburos, se han mantenido esas políticas de redistribución de la riqueza. Entonces, yo creo que lo que ha pasado con el equipo y el grupo que acompañan al compañero Evo Morales es que lo están asesorando muy mal.
Dentro de esas dinámicas, yo creo que ciertas acciones, que él no las hace de manera voluntaria, terminan es favoreciendo a los sectores más reaccionarios e imperialistas que desean, desde antes del 2006, retornar al poder; esto puede ser un beneficio a esas élites y oligarquía que quieren retornar a alguien con su mismo ideario político, para manejar las riendas del país.
¿Qué buscaba entonces el general Juan José Zúñiga?
Yo pienso que, desde la perspectiva de los analistas y las personas que estuvimos haciendo monitoreo y las conversaciones con nuestras autoridades, es una desazón de Zúñiga por su retiro como alto comandante de las Fuerzas Miliares y las Fuerzas Armadas. Pero, más allá de eso, lo que se veía ya eran las declaraciones realizadas por el ministro de Gobierno, quien el mismo día del golpe en la mañana, en una conferencia de prensa, anunciaba que se estaba llevando adelante un acto de las Fuerzas Armadas, con acusaciones muy fuertes hacia la situación de gobierno; el ministro señalaba que había desorden, que se realizaban unas peticiones de que quien instala el golpe, entre otras la liberación de los asesinos del golpe de Estado pasado de 2019, como es el caso de Jeanine Áñez y de Luis Fernando Camacho.
¿Cómo fue la actitud de las Fuerzas Armadas en su conjunto frente al golpe?
Partiendo del aspecto de la policía, días atrás las Fuerzas Armadas llevaron adelante un evento en conmemoración del aniversario de la policía boliviana, en donde el mismo comandante señalaba que irrespetar e incumplir la Constitución sería faltar a su palabra, que las Fuerzas Armadas como una institución están destinada a cumplir la Constitución Política del Estado, principalmente lo que establece sobre quién es el comandante general, que en este caso es el presidente Luis Arce, democráticamente electo con el 55 por ciento de la votación.
Investigación en marcha
Así se mostró que existía todavía un control, que tampoco es para meter ciento por ciento las manos al fuego, porque todavía tenemos rezagos de lo que sucedió en el año 2019, esos rezagos toca investigarlos, evaluarlos. Esto también denotaría otro aspecto de por qué no incursionaron todos en las Fuerzas Armadas en apoyo a Zúñiga. Estas fueron respetuosas y consecuentes al juramento que hicieron en su momento, de respetar la Constitución Política.
¿Hubo complicidad de la embajada de los Estados Unidos?
Bueno, lo más responsable es afirmar que se está llevando adelante una investigación para dar con todos los autores. Algo que sí llama mucho la atención, y que es importante, es que algunos de los aprehendidos o involucrados manifestaron que hubo apoyo de algunas misiones diplomáticas.
Pero, además de eso, nosotros hemos comunicado de forma soberana, de forma muy digna, claramente a los encargados de negocios que están realizando funciones en Bolivia, de que no deben realizar injerencia dentro del territorio nacional.
Nuestra canciller Celinda Sosa solicitó a la encargada de negocios de Estados Unidos que aclare de forma tácita qué acciones están desarrollando en el territorio boliviano, que no son acordes a los preceptos de la soberanía y no injerencia que nosotros nos planteamos siempre y los respetamos en cada país.
¿Considera usted que, en Bolivia, en este momento, hay fuerzas capaces de revertir el proceso democrático?
Sí, yo pienso que lo que ha sucedido con estas acciones torpes, diría yo, poco útiles para la izquierda latinoamericana y, sobre todo, de favorecer a la derecha, tanto nacional como internacional, como las que realizó el compañero Evo Morales al hablar de autogolpe; pidiendo, además, a sus compañeros asambleístas que están en la Asamblea Nacional Plurinacional que no exista injerencia por parte de Nicolás Maduro, desconociendo la solidaridad internacionalista que desde siempre nos ha mostrado Venezuela. Esos aspectos muestran que existe debilidad interna dentro del bloque popular.
Esto lo único que genera es que, entre nosotros, nos vamos desgastando, generando una división interna del voto para las futuras elecciones. Y esto sí debe llamarnos muy seriamente la atención. No únicamente desde la perspectiva del voto, sino desde la perspectiva de un golpe blando, incursiones que se vienen desarrollando desde hace tiempo, esa guerra híbrida que están llevando adelante a través de distintos actores.
¿Qué quieren decir algunos analistas cuando afirman que en Bolivia hay una nueva derecha?
Los analistas tienen sus propias visiones. Más allá de esto, creo que es un exceso llamarlo en ese nivel de derecha. Yo lo llamaría como un sector ultraconservador de la izquierda que no permite los avances de un mismo gobierno progresista.
Responden a una nueva derecha
Efectivamente, las acciones ─no hablo del compañero Evo Morales, pero sí de alguna gente que lo acompaña, y que lo asesoran muy mal─ sí responden a una nueva derecha.
Tristemente debemos hablar de que la Asamblea Legislativa Plurinacional plantea una agenda conjunta con los asesinos en las localidades de Senkata y Sacaba, que la firmaron en noviembre del 2023, en la cual plantean aspectos como sanear el padrón electoral, que lo único que hacen es brindar los insumos a esa derecha que denunció, en teoría, un supuesto fraude electoral en el año 2019 por el mismo Evo Morales. Es la misma gente de Evo, apuñalando a Evo. Eso uno no lo entiende.
Plantear en un documento de agenda conjunta distintos aspectos como el de que existen presos políticos, cuando estas personas que están presas, que firmaron la agenda en el año 2023, esas personas que firmaron son los mismos verdugos de Senkata y Sacaba, y llamar a Luis Fernando Camacho o a Jeaninne Áñez presos políticos es un terrible error.
¿Cree que la salida es profundizar el proceso democrático para contener la amenaza de golpe?
Siempre hay que defender la democracia. Después de un golpe de Estado, y eso hay que tenerlo presente, todavía no existe esa autocrítica por parte de estos sectores que han electoralizado prematuramente el campo político en Bolivia. La democracia es algo que ha costado sangre recuperarla.
Es por ese mismo hecho que nosotros vemos que las declaraciones de autogolpe son un despropósito total y, realmente, dista mucho de lo que es esa visión de unidad latinoamericana, esa visión internacionalista, solidaria, que planteamos desde el día cero del gobierno del presidente Luis Arce.
Entonces, nosotros vemos muy necesario continuar con la denuncia permanente de lo que ha sucedido, mantener una posición democrática, exigir que a través de la Asamblea Legislativa Plurinacional se permita la aprobación de los créditos, de las leyes que son en beneficio de la población boliviana.
¿Hay una crisis económica generalizada en el país, como señala la prensa occidental?
No, yo digo que, dentro de todo, de la coyuntura mundial que está dejando de ser unipolar para ser un mundo multipolar, el presidente Luis Arce ha hecho todos los esfuerzos para garantizar la estabilidad económica del país. Pero aspectos como los intentos de golpe de Estado, la no aprobación de leyes, debilitan esta gestión.
Pero, pese a ello, nosotros seguimos teniendo una de las tasas de desempleo más bajas de la región; seguimos teniendo una de las tasas de inflación más bajas en cuanto a los productos de la canasta básica y no hemos quitado ni un solo bono ni ninguna política de apoyo a los sectores sociales, que históricamente son mayoría y que nos brindaron la confianza con su voto.
Ahora nos toca a nosotros buscar los mecanismos para garantizar la continuidad de este bloque. ¿Qué implica esto? Adherirnos a los BRICS, ya somos miembro pleno del Mercosur, establecer mecanismos de comercio con otros países amigos, en condiciones que sean benéficas para ambos lados, siempre con respeto a la soberanía.
Entonces, sería absurdo pensar que, en una coyuntura postpandemia, con una guerra, un genocidio que se lleva adelante a nivel mundial, las condiciones sean las mismas que las que se tenían del 2006 al 2019, cuando tanto Evo Morales como Álvaro García Linera disfrutaron de la bonanza de los precios de los hidrocarburos, una coyuntura de la primera ola progresista muy benéfica.
¿Cómo son las perspectivas del ingreso de Bolivia a los BRICS? ¿El anuncio precipitó el golpe?
No solamente eso, sino que varios analistas que ─esto tenemos que confirmarlo─ vieron con mucho recelo el tema de la visita y reunión del presidente Luis Arce con Vladimir Putin. Lógicamente, nosotros estamos con toda la intención de adherirnos ya a los BRICS. El presidente Lula, que estuvo en Bolivia, manifestó que Bolivia tiene todas las condiciones para poder formar parte de este espacio tan importante como son los BRICS, que concentra las economías más grandes del mundo. Esto es el nuevo mundo multipolar que planteamos, están Brasil, India, China y Rusia.
Entonces es en este espacio donde nosotros ya queremos empezar a trabajar con Rusia y con China. Solamente que ahora, como históricamente ha sucedido, los intereses por nuestros recursos naturales, por ejemplo, el gas, los hidrocarburos y ahora el litio, y quitarles, por así decirlo, ese precio de gallina muerta que tenían antes esos sectores imperiales, no les gusta a estos sectores que logicamente buscan desestabilizar y generar espacios de confrontación para garantizar el acceso, a precios muy bajos, de estos recursos naturales.
¿Hay interés de algunos sectores en desarticular los acuerdos con China para la explotación del litio en Bolivia?
Nosotros, como pueblo pacifista, planteamos siempre desde nuestra Constitución que estamos en la predisposición siempre de abrir el comercio en condiciones que sean benéficas para el pueblo boliviano, y también hemos visto que, históricamente, la nacionalización de nuestros recursos naturales ha permitido una gran cantidad de programas sociales. Nosotros mantenemos la soberanía y, sobre todo, ser los beneficiarios directos en condiciones mayoritarias. Algunos tergiversan que en Bolivia se dio un fenómeno de expropiación como algo malo, en 2006. Lo que sucedió fue que el Estado pasó a ser el dueño del 51 por ciento de las empresas que estaban funcionando y el otro 49 por ciento lo manejaban otras empresas privadas.
Somos soberanos
Entonces, mientras el modelo de negocios sea mayoritario y de beneficio para el pueblo boliviano, nosotros podemos negociar con quien mejor nos parezca y, lógicamente, bajo los preceptos de las licitaciones que correspondan.
En su opinión, ¿cómo reaccionó Colombia frente al ‘Zuñigazo’?
Colombia mostró sobre todo temple, solidaridad, una vocación internacionalista, que, la verdad, yo debo rescatar; no únicamente de sus autoridades, sino de sus organizaciones sociales, de su pueblo, porque algo que nosotros vimos ese día fue las muestras de solidaridad, en primera instancia con la denuncia internacional que llevó adelante el presidente Gustavo Petro, la vicepresidente Francia Márquez, otras instituciones del Estado. Ha sido una gran manifestación solidaria que vinieron compañeros del Movimiento de solidaridad con Cuba, los pueblos del ALBA, compatriotas bolivianos que se presentaron acá.
Estos aspectos muestran que Colombia es realmente un firme defensor de los valores democráticos y eso hay que destacarlo y tengan por seguro que nosotros vamos a responder de la misma manera cuando se suscite un evento, que ojalá nunca pase aquí en Colombia, como el que vivimos el 26 de junio.
Para complementar, nosotros lo que buscamos como gobierno es la unidad del bloque popular. Hay una desviación del horizonte histórico, y creo que es importante resaltarlo, no por un tema de que el presidente Arce quiera ser candidato. Él en ningún momento se ha proclamado candidato; ha sido muy sincero y ha dicho que no es el momento de hablar de candidaturas. Eso lo tendrán que definir las organizaciones sociales fundadoras del MAS-IPSP.
A diferencia del compañero Evo Morales, que se ha proclamado dos veces, sin elecciones primarias, sin tener consenso por parte del Tribunal Supremo Electoral, aquí hay que destacar que el presidente Arce no está generando esta polarización interna del bloque popular por un tema personal, por un tema de él como candidato. No existe un Luis Arce Catacora candidato.
Por tanto, acá lo que hay que denotar es que el presidente Luis Arce no busca una repostulación, no se ha pronunciado por el momento. ¿Qué es lo que pide el presidente Arce? Respeto a las organizaciones sociales fundadoras.
Lo que creo, en este instante, es que es importante impulsar la unidad. Nosotros impulsamos esta unidad no con base en la persona, sino en las organizaciones sociales. Yo creo que hay una pérdida del horizonte histórico por parte de los seguidores de Evo Morales y es importante llamar la atención sobre eso.