Carolina Galeano
Contrario a lo que plantea la derecha en el congreso, este gobierno con su política laboral, si ha generado empleo. Entre septiembre 2022 y enero 2025, se han generado 1 millón 529 mil empleos en Colombia, muy cerca de superar las expectativas del PND.
Según datos del MinTrabajo, los sectores con mayor creación de empleo han sido alojamiento y servicios de comida con 282 mil empleos, la administración pública con 224 mil empleos, la industria con 221 mil empleos, entre otros. Y, aunque disminuyó la creación de empresas naturales, si se incrementó la creación de sociedades, mostrando un crecimiento del 5,2% en el 2024.
Mientras los sectores empresariales ligados a la derecha más retardataria del país crea desinformación sobre la reforma laboral que, está colgando de un hilo en la Comisión Séptima del Senado de la República, la población trabajadora y a la juventud en particular, a poner el ojo sobre la supuesta eliminación de oportunidades para la juventud, el aumento del desempleo y el quiebre de las pequeñas y medianas empresas, otros sectores económicos, el campesinado, la juventud y las mujeres, siguen a la expectativa de que el congreso le cumpla con la garantía de sus derechos laborales.
Esta reforma laboral, la primera en la historia del país que se ubica dentro de los estándares internacionales de derechos laborales modernos, con un marco de constitucionalidad, de inclusión y con enfoque de género, le plantea la recuperación de los pagos de las jornadas laborales nocturnas, las horas extras, los festivos y dominicales, derechos que habían sido arrebatados durante el gobierno de Alvaro Uribe.
Uribe le vendió al país la idea de que, quitando derechos laborales y volcando a la población a la flexibilización laboral se generaría más empleo, pero solo logró aumentar la precarización laboral, la enfermedad de quienes tuvieron que extender sus horarios laborales, perdiendo su tranquilidad y descanso, el aumento de la pobreza, pues, el no pago de estas horas trabajadas en un cálculo ligero, le ha representado a la clase trabajadora la perdida de alrededor de 25 millones de pesos desde la aplicación de la ley Uribista.
Esta reforma está anclada al Plan Nacional de Desarrollo, PND, a una política social y económica de país, que hoy viene dando sus frutos gracias al impulso que le dio desde los inicios del gobierno, la exministra del Trabajo Gloria Inés Ramírez y que consiste en redistribuir el ingreso en favor de los y las trabajadoras mediante un aumento de sus salarios, lo que incide en la capacidad de consumo de la población y por tanto en el fortalecimiento de la economía.
Es la juventud quien, al cierre de esta columna, está en las puertas del Congreso de la República, diciéndole al país y a los y las congresistas, que ¡la reforma para la juventud si va!, mientras congresistas de derecha intentan hundirla.