Artículos de contrabando, drogas y armas circulan tranquilamente por los puertos, con la complacencia de entidades controladas por mafias de contrabandistas y la clase política tradicional
Juan Carlos Hurtado Fonseca
@aurelianolatino
Desde bufones, pasando por la prensa corporativa, hasta líderes políticos de los partidos del Establecimiento están desesperados por involucrar al presidente de la República Gustavo Petro con las artimañas del rey del contrabando, Diego Marín Buitrago, conocido como Papá Pitufo.
Por su parte, el primer mandatario ha sido enfático en aclarar lo que sucedió en su campaña y en decir que ha buscado la extradición de Marín Buitrago desde Portugal.
Ha expresado que su interés es que venga a responder ante las autoridades competentes acerca de la financiación de campañas políticas y de nóminas en entidades estatales.
Acerca de conocer al contrabandista, Petro manifestó al periódico de Presidencia VIDA que en campaña de 2018 tuvo la necesidad de movilizarse rápidamente de Cali a Buenaventura, y que le ofrecieron una avioneta que usaron al confirmar que no tenía algo en contra: “Yo nunca supe que esa avioneta era de él, pero ahora sabemos que sí y que uno de nuestros propios acompañantes, éramos muy pocos en una avioneta pequeña, había sacado fotos de nosotros subiendo a la avioneta y en el interior, para entregárselas a alias ‘Pitufo’ para que tuviera una forma de extorsionarnos. Un chantaje que a la postre no se atrevió a hacer”.
Matriz de opinión
Agrega que Pitufo intentó infiltrarse a través de su esposa y que finalmente lo logró cuando se aprovechó de la ignorancia y desconocimiento de las campañas en Colombia, por parte Xavier Vendrell. Pero que ordenó devolver el dinero, acción de la que se hizo un video.
Sin embargo, la oposición continúa generando dudas en una abierta campaña mediática para crear una matriz de opinión, en la que también resultaría afectado Petro cuando se destape bien el escándalo con una posible comparecencia del contrabandista ante la Fiscalía.
Sobre el contexto mediático, Carolina Cepeda, doctora en Ciencia Política y profesora asociada del Departamento de Relaciones Internacionales de la Universidad Javeriana, comenta: “Tengo la percepción de que Petro enfrenta una situación similar a la que enfrentó cuando fue alcalde de Bogotá, y era tener a todos los medios de comunicación en su contra, pero ahora medios de circulación nacional y medios regionales señalan todo lo malo, y aquello que no es malo lo inflan”.
Una vieja práctica
Hay que recordar que el contrabando, con complicidad de funcionarios de entidades estatales es una práctica que data de décadas atrás.
De esta manera, han entrado al país millones de toneladas de mercancías como perfumería, licores, cigarrillos, ropa, textiles, tecnología y electrodomésticos, principalmente, por los puertos de Buenaventura, Barranquilla y Cartagena, que han afectado la producción nacional, en consecuencia, el empleo y las finanzas del Estado.
Con base en lo anterior y en que la práctica provoca pérdidas al país por más de 6.000 millones de dólares al año, como lo reveló en 2024 al periódico Portafolio el general (r) Juan Carlos Buitrago, quien estuvo al frente de la Policía Fiscal y Aduanera y es conocedor del tema, el presidente Petro manifestó en su entrevista con VIDA: “Mi primera intención cuando llegué fue sacar a todos los que fueran directores de puertos. Le dije al general Salamanca que quería que algún civil dirigiera la Polfa, la Policía Fiscal y Aduanera, porque sabía que allí se cuida el contrabando, no se le persigue. Una serie de directores de puertos, donde se controla o no se controla si sale cocaína o si entra contrabando y armas, que van de la mano”.
La primera lista
El 18 de febrero, el periodista Daniel Coronell reveló una lista con 38 congresistas, algunos de la bancada de Gobierno, aunque la mayoría de la oposición y de partidos como Cambio Radical y el Centro Democrático; Armando Benedetti; el exministro de Hacienda José Antonio Ocampo; Roy Barreras; Efraín Cepeda y el actual procurador general Gregorio Eljach cuando era secretario del Senado, entre otros, quienes recomendaron nombramientos en las direcciones de la DIAN en Cali, Cúcuta, Bogotá y Buenaventura.
El documento fue entregado a la Fiscalía para que investigue si los mencionados hacen parte o no de la red de corrupción, o si hacen bien su trabajo para sus entidades, incluso así, puede haber el delito de tráfico de influencias.
Para Petro, hacer público el caso hace parte de dar a conocer quiénes están detrás del entramado y cómo esas redes son óbice para avanzar en la democratización institucional.
En ese sentido, la doctora Carolina Cepeda expresa: “No es un escándalo nuevo, el problema viene de tiempo atrás. En ese orden de ideas, podríamos imaginar que hacerlo público es una manera de mostrar las dificultades que se pueden tener para promover los cambios que el Gobierno habría querido promover”.
Ahora bien, se espera que las investigaciones encuentren a los responsables de alto nivel, pues como lo dijera Petro: “…de hecho el señor Marín hasta hace muy poco aparecía en los clubes sociales de la sociedad bogotana. (…) Durante 40 años era un empresario muy afamado y muy querido por la clase política tradicional”.
Otra arista
Sobre el problema, el sindicato de la DIAN, Sintradian, emitió una comunicación en la que exigió que no se pretenda “hacer creer a la opinión pública que los trabajadores son responsables de la corrupción en la DIAN, cuando en realidad sus servidores han sido víctimas de ese ‘sarcoma transnacional’ llamado narcotráfico, que ha hecho ‘metástasis’ en estructuras privadas y públicas, derivando finalmente en fenómenos como el lavado de activos, contrabando, entre otros”.
Para Carolina Cepeda, esta arista es una de las más difíciles de tratar porque “es un esquema que permea todas las capas de la DIAN y otras instituciones. Lo más importante es evitar que se caiga en castigos ejemplarizantes, en hacer capturas o sanciones contra mandos bajos o mandos medios sin llegar a la cabeza”.
Finalmente, los trabajadores expresan: “Que el Gobierno nacional, al cual respaldamos, ataque el origen del problema y la dirección general entienda que cuenta con un ejército amigo bajo su mando, dispuesto a continuar controlando los efectos de la enfermedad que nos impide avanzar como sociedad y sentir realmente que algún día podamos ser potencia de vida”.