viernes, marzo 29, 2024
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La izquierda del continente en el XX Foro de Sao Paulo

El presente y el futuro político de la izquierda latinoamericana pasa por los debates del XX Foro. Respaldo a la salida política del conflicto armado en Colombia.

El canciller boliviano, David Choquehuanca, cerró el viernes el XX Foro de Sao Paulo
El canciller boliviano, David Choquehuanca, cerró el viernes el XX Foro de Sao Paulo

Gabriel Becerra Y.

Por primera vez en sus 25 años de existencia, el foro más importante de la izquierda a nivel internacional se reunió en Bolivia, específicamente en La Paz, su capital, del 25 al 29 de agosto con la participación de delegaciones representativas de toda Latinoamérica e invitados de Europa y Asia. Por Colombia participaron delegados del PCC, Marcha Patriótica, el PDA y la Unión Patriótica, que formalizó su solicitud de ingreso al foro.

Durante cinco días se realizaron diversas actividades que incluyeron la III escuela de formación, encuentros subregionales, talleres sobre los principales temas de debate relacionados con la crisis del capitalismo y las alternativas, encuentros de parlamentarios, mujeres, jóvenes, afrodescendientes, un seminario sobre los gobiernos progresistas de la región, entre otras actividades que aprobaron por unanimidad varias declaraciones y planes de trabajo.

En la actualidad el foro no es simplemente un lugar de encuentro de partidos de izquierda y progresistas. A diferencia de sus orígenes hace 25 años, muchos de estos movimientos hoy lideran gobiernos en por lo menos diez países de la región, y otros ocupan un lugar destacado en luchas populares desde la oposición. No es retórica afirmar que el presente y futuro político de la izquierda latinoamericana pasa por los debates, las definiciones y las luchas que libran las fuerzas y los sujetos políticos y sociales que de diversas formas se encuentran articulados al Foro de Sao Paulo, como una gran unidad en la diversidad. De ahí el creciente interés de procesos de otros continentes por conocer y aprender de su experiencia.

La revolución boliviana, inspiración para Latinoamérica

Entre los aprendizajes de su versión número 20, vale la pena registrar, por ahora, los siguientes:

El foro permitió, en primer lugar, conocer de manera directa el proceso sociopolítico boliviano que, sin lugar a dudas, con el dirigente cocalero Evo Morales a la cabeza, hoy presidente de la República y muy seguramente reelecto el próximo 12 de octubre, es el más consolidado en la región en términos de respaldo popular y garantías de continuidad.

Bolivia vive un incuestionable cambio en todos los campos. Disminuyó el nivel de endeudamiento externo del 52% del PIB al 12%; es la segunda economía de mayor crecimiento en la región con un 5,7% durante el último trimestre y su nivel de pobreza extrema, según la Cepal, que la ubica entre uno de los siete países con mejor distribución del continente, pasó de 34,7% en el 2005 al 18,7% en la actualidad, para reseñar solo unos datos.

A través de su vicepresidente Álvaro García Linera, el canciller David Choquehuanca y varios ministros del gabinete que intervinieron en diversos momentos del evento, así como a través de la participación de un grupo representativo de dirigentes sociales y políticos indígenas, obreros, de organizaciones de mujeres, jóvenes y campesinos, se compartió la elaboración ideológica y la experiencia de un proceso que reivindica la filosofía del Vivir Bien y el Buen Vivir, como un camino propio de emancipación con raíces en los pueblos indígenas originarios y en su experiencia de lucha obrera y popular, al igual que en su ejercicio de gobierno de izquierda.

La experiencia boliviana debe servir de inspiración a las resistencias populares y a las izquierdas latinoamericanas llamadas a crear respuestas y caminos propios, capaces de responder desde la teoría y la práctica a las disputas del momento, reivindicando una perspectiva de poder popular, justicia social, democracia y socialismo.

Fortalecer la integración para derrotar al imperialismo

En segundo lugar, los debates, declaraciones y planes de acción aprobados por el foro alertan sobre la llamada contraofensiva del imperialismo y las derechas, que no cesan en su intento por desestabilizar los procesos de cambio en la región. Las formas y los contenidos varían, pero los intereses no. Los llamados “golpes blandos” son una nueva modalidad que busca explotar deficiencias, conflictos y problemas objetivos y subjetivos que subsisten en todos los gobiernos y procesos. Se podría hablar de un nuevo momento en la disputa política continental que a la vez representa nuevos desafíos para los gobiernos llamados progresistas y de izquierda, y respectivamente, para los movimientos políticos y sociales que los soportan y respaldan.

Como respuesta se propone agilizar y profundizar los procesos de integración política y económica que brinden una base social y material lo suficientemente fuerte para enfrentar las amenazas. En esta dirección el papel de la Celac, la Unasur, el ALBA, el Mercosur, entre otras instancias institucionales y de la sociedad civil que puedan generarse con un sentido de autonomía y solidaridad, son vitales. Los resultados de las próximas elecciones en Brasil, Bolivia y Uruguay, que serán el 5, 12 y 25 de octubre próximo respectivamente, así como la neutralización de los intentos desestabilizadores en contra de Venezuela, Cuba y Ecuador, ocupan una atención especial de las organizaciones del foro.

La paz en Colombia es la de América Latina

Finalmente, y con un sentido estratégico e histórico, el Foro de Sao Paulo resaltó la importancia de la lucha por la paz en el continente, empezando por ratificar el papel de sus organizaciones en su construcción, y de los gobiernos progresistas, en el respaldo y la materialización de un acuerdo estable y duradero para la paz en Colombia entre el Estado y todas las guerrillas.

Las guerras son una de las vías del capitalismo y las clases dominantes para enfrentar sus crisis y alimentar conflictos entre los pueblos, de ahí la importancia de la declaración de la Celac en su último encuentro de presidentes realizado a inicios del presente año en La Habana.

No hay duda de que la lucha por la solución política en Colombia es una prioridad de la izquierda latinoamericana. Al respecto, las organizaciones colombianas están llamadas a cumplir un papel de mayor articulación para canalizar la solidaridad y el respaldo internacional disponible y necesario. Eventos como el Congreso constituyente por la paz, previsto para noviembre, y otras iniciativas a realizarse en el exterior, fueron considerados en el plan de acción del foro como parte de su compromiso.

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