viernes, abril 19, 2024
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La “Bogotá cuidadora” no cuida a las mujeres

Entre enero y septiembre de 2022, en la capital se han presentado 5.743 casos de acoso y violencia sexual. Las acciones de la Alcaldía Mayor no alcanzan a neutralizarlas. Se requiere más eficacia

Mónica Miranda
@Emedemoni_

“Mi nombre es Hillary Castro, tengo 17 años. El día de hoy quiero hacer una denuncia pública porque yo el 31 de octubre fui abusada en una estación de Transmilenio”, son las palabras iniciales de la influencer feminista, conocida en redes como @la_femilokaa, de una denuncia pública en Instagram donde resume como fue víctima de un abuso sexual en la estación de Transmilenio de La Castellana ubicada al norte de la ciudad.

A raíz de la denuncia de Hillary, las redes sociales estallaron y rápidamente se convocaron plantones feministas en distintos puntos de la ciudad. Por supuesto, al siguiente día, más que el abuso al que fue sometida Hillary, los vidrios rotos y las paredes rayadas ocupaban la agenda setting de los medios de información y los primeros puestos de las tendencias en Twitter.

“Mi hija tomó el bus de Transmilenio en la estación de Museo Nacional, de allí iba hasta la carrera 7 con calle 76 a su universidad. En el bus, un sujeto la abordó con un cuchillo y la obligó a practicarle sexo oral, después trató de obligarla a bajarse con él, pero al parecer, como vio tanto movimiento en la calle se fue. Le dijo a mi hija que si gritaba la mataba”, relató la mamá de otra joven que fue abusada en un SITP. Esta mujer tiene 18 años y su historia se conoció también a través de las redes sociales.

La odisea

Las marchas feministas continuaron, sin embargo, a diferencia del episodio narrado por Hillary, de este caso se tiene poca información pues la discusión central seguía siendo si romper vidrios y quemar llantas era la solución o simplemente un “acto de rebeldía de las locas feminazis”, concepto con el que se ha querido desvirtuar el discurso feminista y quitarles potencia a los argumentos, dejando a las protestas de las mujeres como actos histéricos.

“Como siempre, en cualquier avance social, siempre hay una contra, una resistencia. Hay un sector al que entiende ellos, desde la ignorancia y la crueldad, no conviene. Hay ciertos discursos negacionistas en relación de la violencia machista y una creciente hipersexualización y la explotación sexual, que ha hecho que la mujer sea vista como cosa”, dijo Yamile Roncancio, directora de la Fundación Feminicidios Colombia a un reconocido medio nacional.

Lo cierto es que vivir en Bogotá se ha convertido en toda una aventura. Usar el sistema de transporte público es una odisea y una exposición constante para las mujeres, agregando un grado más de complejidad. En el mes de noviembre las denuncias por acoso en el transporte público se han incrementado y los casos de abuso sexual continúan aumentando sin solución alguna.

El vidrio o la vida

Sin embargo, la causa de la indignación bogotana va más allá de las denuncias por violencias basadas en género. Esta responde también a la incompetencia de las autoridades en la resolución y falta de acciones rápidas ante estos hechos. Hillary, por ejemplo, en su testimonio narra como ha sido revictimizada constantemente por diferentes entidades en cuanto a la solución de su caso.

Este video causó tanta indignación que el mismo presidente Gustavo Petro pidió celeridad en las investigaciones. Al poco tiempo se capturó al presunto agresor, sin embargo, @la_femilokaa en un segundo video da a entender que ella no tenía conocimiento sobre la captura del sujeto, quien estando en la cárcel fue asesinado en hechos que siguen en investigación.

Según el informe ¿Qué tan seguras se sienten las mujeres en el espacio y transporte público de Bogotá D.C.? realizado por la Veeduría Distrital, ocho de cada diez mujeres han sufrido algún tipo de acoso en la ciudad, especialmente en la calle y por supuesto en el transporte público, lo que demuestra que este es un tema completamente vigente que debería ser prioridad en la agenda de la Alcaldía entendiendo su gravedad y buscando soluciones para contrarrestar el problema.

En este informe se evidencia que la localidad de Chapinero fue la única que presentó una disminución del 10,3% entre 2020 y 2021, y que San Cristóbal no tuvo variación para los mismos años. De igual forma, Suba es la localidad que reporta el mayor número de registros por delitos sexuales en 70 de cada 100 mujeres lo que se traduce en 463 casos, seguido por Ciudad Bolívar con 457 casos, Kennedy con 401 casos, Bosa con 386 y Usme con 273 casos.

¿Y las instituciones?

Según las autoridades, se están realizando estrategias para generar acompañamiento a las mujeres en los buses articulados de Transmilenio y en las calles, acompañamientos netamente coercitivos que estimulan la presencia de policías en las estaciones y buses de servicio público.

“Desde la línea púrpura, que está dedicada para esta actividad, hemos venido realizando todos los controles y actividades de prevención que nos permitan disminuir estos hechos. Así mismo, en los tramos que hemos impactado con servicio de Policía durante su implementación hemos logrado la disminución drástica de estos eventos en estos sitios”, dice el coronel Carlos Alberto Benítez, comandante operativo de la Policía Metropolitana de Bogotá.

De acuerdo a la revista Cambio, la veedora distrital de Bogotá se pronunció y dijo que es urgente tipificar como delito el acoso sexual, de manera que se precise una ruta de atención a quienes sufren este tipo de violencia. “La modalidad del ejercicio del acoso sexual callejero es mayoritariamente discontinua y puntual, producto de un sujeto perpetrador desconocido. Es por ello que es urgente su tipificación como delito, así como precisar la ruta de atención a quienes sufren de esta violencia de género”, explicó Barberena Nisimblat.

Hipersexualización

Parece que cometer abusos sexuales en el transporte público se ha convertido en la regla y no en la excepción. Ante la gravedad de lo sucedido, este es un problema que tienen que solucionar prontamente y que, al parecer, se le está saliendo de las manos a la alcaldesa y a su Secretaría de Mujer en Bogotá, pues ninguna de las dos se ha pronunciado de fondo más allá de un par de publicaciones en redes sociales.

La ciudad no se puede seguir convirtiendo en un espacio inseguro para el transitar de las mujeres, los buses de transporte público no deberían ser lugares donde las mujeres sean acosadas y hasta abusadas sexualmente. Lo cierto es, que según la Veeduría, “las cifras revelan que, en el rango de edad que va desde los 18 a 44 años, es donde se concentra la mayor proporción de mujeres que han vivido al menos uno o varios de los actos de acoso en los últimos doce meses”.

Según el Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses, más de 15 mil menores de edad han sido víctimas de presunto abuso sexual en lo que va del 2022, un 23% más que el mismo periodo del año anterior.

Yamile Roncancio pone el foco sobre la hipersexualización a las que se ha sometido a millones de menores de edad desde los colegios y entidades que prestan servicios de educación. “En pleno siglo XXI seguimos con las faldas para las niñas en los colegios, cuando sabemos que hoy en día su escogencia en particular no es una falda. Esto es una hipersexualización, en la que se expone el cuerpo de la niña solo por ser niña”, aseguró.

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