sábado, febrero 8, 2025
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Informalidad vinculada a la ilegalidad

Más de 11 millones de colombianos trabajan por una mesada inferior a un salario mínimo; un gran desafío para empresarios y Gobierno con miras a una recuperación económica

Juan Carlos Hurtado Fonseca
@aurelianolatino

En las negociaciones de la Comisión Permanente de Concertación de Políticas Salariales y Laborales, en la que se discutió el incremento al salario mínimo para 2025, el Departamento Administrativo Nacional de Estadística, DANE, presentó unas cifras sobre el mercado laboral y los salarios en el país.

Los datos producen preocupación porque en palabras de Fabio Arias, presidente de la Central unitaria de Trabajadores, CUT, y ex negociador en la Comisión: “La mitad de la Población Económicamente Activa, PEA, (alrededor de 23 millones 500 mil personas) gana menos de un salario mínimo. Esa es la gente que está en la informalidad, y corresponde a las formas precarias en las cuales son contratados por empresarios, entonces, no es informalidad, sino ilegalidad. Es el caso de la mayoría de los trabajadores rurales que trabajan en siembra y cosechas, que son trabajadores itinerantes. El 84% de la informalidad está en el sector rural”.

En el fenómeno hay que distinguir dos casos. Por un lado, están los trabajadores que a cuenta propia montan un negocio para rebuscarse, como muchos vendedores ambulantes, y los que trabajan para una empresa, aunque sin contrato laboral.

Burla a la norma

Para el dirigente sindical, hay otra cantidad de sectores que también aparecen como informales, en el sentido de que no tienen seguridad social y se dan casos como los trabajadores de las plataformas digitales, en las cuales no les reconocen que tengan una relación laboral. Aparecen como informalidad, pero realmente son ilegales.

Según Nicolás Escandón, director de Derechos Fundamentales del Trabajo, del Ministerio del Trabajo, se debe comprender que la informalidad no es solamente en relación con los trabajadores que no están vinculados mediante contratos de trabajo. Esto quiere decir que también hay informalidad del sector empresarial.

De la misma manera, están las personas que en el rebusque desarrollan cualquier actividad encaminada a sobrevivir. “Y, obviamente los informales quienes nunca consiguen nada y terminan en un semáforo haciendo malabares, que venden Bon Ice o Vive 100, productos que pertenecen a multinacionales”, agrega el presidente de la CUT, quien dice que la autoridad laboral en Colombia ha ejercido una muy débil o casi o nula inspección y vigilancia de esos sistemas, y por tal motivo se mantienen en esa condición.

“Esos trabajadores aparecen como informales porque evidentemente no cotizan ni tienen ‘ningún patrón’. Entonces, el tema de la informalidad está muy vinculado a la ilegalidad. La tecnocracia neoliberal y obviamente los poderes económicos tratan al máximo de decir que eso es informalidad, pero es evidente que estamos ante formas ilegales de contratación”, expresa Arias.

Algunos avances

Ante el problema, Nicolás Escandón explica que el Gobierno pretende abarcar estos escenarios de la informalidad desde dos vías: desde lo estructural a partir de la implementación del Plan Nacional de Desarrollo, bajo el esquema de la economía social, popular y comunitaria.

Asimismo, que en la reforma laboral se invita a los micronegocios: “Es decir, alrededor de cuatro millones de personas que están en la informalidad, para que se formalicen. Esto permitiría que cinco millones de personas salieran de la informalidad.

“Desde el Gobierno está el programa Empleos para la vida, que incentiva la posibilidad de que un trabajador que sea formalizado en estas empresas de estos sectores que en ocasiones requieren apoyo, incentivos, cumpla con los requisitos que trae este programa y que a partir de la identificación de las categorías como ser mujer o estar entre 18 y 28 años o, una persona con discapacidad pueda tener un porcentaje directo al pago de la nómina”, explica el funcionario de Mintrabajo.

En palabras del dirigente sindical, las formas de resolver esta cuestión sería la formalización laboral, algo de lo cual se ocupa la reforma laboral: “Ahí la importancia de este proyecto, por eso es que no les gusta a los empresarios, porque en la formalidad ya tienen que empezar a pagar mínimo el salario mínimo y según ellos no es rentable, no es productivo o no es competitivo”.

A la vez, Nicolás Escandón explica que el proyecto de reforma laboral tiene analizado cuáles son los sectores de la economía que requieren este tipo de incentivos:  agricultura, hotelería, restaurantes, bares y transporte, entre otros.

Mayor vigilancia

Por su parte, el economista y analista Mario Osorio asegura que el tema es de reactivación económica, generación de empleo y de que las empresas se acojan a la formalidad: “De lograrse una reactivación que permita que todas las empresas ‘formalicen’ a sus trabajadores, lo primero que se genera es un aumento de la capacidad de compra de esos trabajadores. Esto beneficia en general a la economía”.

Fabio Arias también señala que debe haber una autoridad laboral importante y significativa, que desafortunadamente no se ha conseguido en este Gobierno, ya que por lo menos habría que pasar al triple de inspectores porque no hay suficientes para atender todas las necesidades.

Acerca de los argumentos de los empresarios para negarse a la superación de la precariedad laboral, Osorio ejemplifica con el aumento del salario mínimo en 2023 y 2024 porque no implicó un aumento de la inflación, sino unas condiciones nuevas.

Y, al tratarse de la gente que está en la informalidad, que gana menos del salario mínimo, formalizarse implica todo un esfuerzo no solamente de reactivación económica en general, sino de inversión productiva, inversión de capital, generación de empleo, mercado interno y mercado externo.

No obstante, el economista advierte que si la inversión depende de las decisiones de los capitalistas no se dará porque no van a querer hacerla por la supuesta incertidumbre en la que un gobierno como el actual les genera. “Pero la pelea en el fondo es quién se lleva más de las ganancias del excedente generado por los propios trabajadores, los trabajadores o el capital”.

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