El presupuesto para agricultura y desarrollo rural, junto con la ejecución de políticas estratégicas, han contribuido a posicionar a este sector como uno de los principales generadores de empleo y riqueza
Iván Posada P.
Tras varios años de retroceso en el ámbito mundial, a partir de 2024 el sector agropecuario experimentó una importante reactivación que, en nuestro país, se refleja en su aporte al PIB total de la economía. Los más recientes indicadores así lo demuestran.
Empleo y balanza comercial
La población ocupada en el sector rural ha crecido hasta 4,9 millones de personas, lo que equivale a un aumento de 89 mil nuevos empleos, un incremento de 1,9 por ciento, ubicándose como la segunda actividad económica que más empleo genera en el país.
En consecuencia, el desempleo rural descendió hasta 5,9 por ciento, alcanzando una de las tasas más bajas en los últimos seis años (Tabla 1). No obstante, a pesar de estos logros, persiste una elevada y preocupante tasa de informalidad en el sector, que alcanza el 84,1 por ciento. Esta situación resalta la necesidad de fortalecer las políticas de formalización del trabajo rural, una tarea que el Ministerio de Trabajo viene impulsando en el marco de la reforma laboral actualmente en debate en el Congreso de la República.
Las exportaciones del agro aumentaron de 5.182 toneladas, en 2023, a 5.742 en 2024. Por su parte, las importaciones tuvieron una leve reducción, lo que al final se traduce en que se ha exportado más de lo que hemos importado, lo que arroja un saldo a favor en la balanza comercial de $US 1940 millones. En las relaciones comerciales internacionales, todos los países procuran exportar más e importar menos para obtener recursos a favor.
Tabla 1:
Comparativo entre algunos centros urbanos y el sector rural
Tasa de desempleo | |
Medellín | 7,7 |
Bucaramanga | 8,3 |
Neiva | 8,5 |
Sector rural | 5,9 |
Fuente: DANE (trimestre agosto-septiembre 2024)
La inflación
El alto precio de los alimentos, impulsado por inflación, ha venido cediendo en forma importante en los tres últimos años. El Índice de Precios al Consumidor, IPC, correspondiente a los alimentos pasó de 27,1 por ciento en 2022 a 3,3 por ciento en 2024 (DANE). Este resultado favorable se explica por el aumento en la oferta de alimentos, que creció un 7,5 por ciento en las centrales de abastos. De hecho, dentro de la inflación total, los rubros que más contribuyeron a esta fueron la vivienda, hoteles y restaurantes, medicina y, en cuarto lugar, los alimentos (DANE, enero de 2025).
La pequeña y mediana agricultura, lo mismo que la familiar, que opera en redes medianas de comercialización, ha contribuido a la mayor oferta de alimentos y, por ende, a la disminución de los precios al consumidor final.
Lo anterior corrobora la importancia de los pequeños y medianos productores de alimentos, los cuales aportan cerca del 70 por ciento de la oferta total de estos. Es decir, los alimentos que llegan a las familias colombianas son producidos, en su gran mayoría, por la agricultura de pequeña escala.
El PIB agrario
En 2024, agricultura, ganadería, selvicultura, pesca y caza aportaron al total de la economía 9,8 por ciento. En la primera se destaca el café por el volumen de producción, trece millones de sacos, con altos precios en el mercado internacional ($US 4 por libra en bolsa), lo que favorece los ingresos de 540.000 familias cafeteras, que obtienen sus entradas de esta actividad, además de los empleos indirectos alrededor de la cosecha del grano. Después de los hidrocarburos, los minerales y la manufactura, los productos agropecuarios son el tercer renglón de exportación del país.
El PIB del subsector de ganadería se incrementó 5,9 por ciento en 2024, explicado en parte por el aumento del consumo de carne por parte de la población. Las exportaciones de este producto a China, Rusia y Chile, a buen precio en el mercado internacional, contribuyeron a su crecimiento.
Política pública e inversión
El buen resultado económico del sector agropecuario se debe, entre otros factores, a que en el Plan Nacional de Desarrollo, esbozado por el Pacto Histórico una vez asumió el poder, se incluyó al agro como una prioridad estratégica para empezar a superar el atraso provocado por décadas de políticas neoliberales.
En este sentido, el gobierno del cambio se comprometió con la implementación de la Reforma agraria integral para adquirir tierra cultivable y redistribuirla entre el campesinado; construir y reparar las vías terciarias para sacar la producción hacia las cabeceras municipales; cerrar la brecha social, económica y cultural entre el campo y la ciudad.
Para ejecutar estas metas, se destinaron al sector de agricultura y desarrollo rural 9,2 billones de pesos, lo que representa el dos por ciento del Presupuesto Nacional, monto histórico para este Ministerio.
La adopción de otras políticas como la formalización de la propiedad rural, la sustitución de cultivos ilícitos, la entrega de tierras y bienes recuperados de actividades ilícitas a organizaciones campesinas, a través de la Sociedad de Activos Especiales, SAE, ha sido clave para el repunte del agro colombiano.
Otros apoyos
Durante la actual administración del Pacto Histórico, a través del Banco Agrario, se han otorgado apoyos económicos a unas 120 mil familias para iniciar y consolidar diversos proyectos productivos, además se destinaron medio billón de pesos en recursos para el agro y la economía popular.
En los 17 municipios que conforman el Catatumbo, este mismo banco ha hecho presencia en esta región para apoyar a pequeños y medianos productores con microcréditos, acompañamiento y seguimiento a proyectos productivos.
Perspectiva 2025
Con la aprobación del Presupuesto Nacional de ingresos y gastos para 2025, el significativo recorte al rubro de agricultura y desarrollo rural, que desciende a $4,1 billones de pesos, pone en riesgo la ejecución de metas estratégicas, la principal de ellas, la Reforma rural integral, y podría generar eventuales atrasos en su implementación.