Sergio De Zubiría Samper
Con presencia de 22 partidos y organizaciones sociales, pertenecientes al Foro de Sao Paulo, se realizó el 8 de abril un encuentro internacional de apoyo al proceso de paz en Colombia. Su fecha era simbólica porque anticipaba la gran marcha por la paz, la democracia y la defensa de lo público, mostrándose una vez más la importancia del internacionalismo para todo proceso de paz en cualquier lugar del planeta.
El Foro de Sao Paulo, fundado en 1990 -una época bastante difícil para la izquierda mundial-, ha representado un esfuerzo latinoamericano por mantener la esperanza en la soberanía y la justicia social en nuestro continente. Podemos sostener hoy que en medio de dificultades y complejidades ha cumplido esta importante tarea.
En la mañana del 8 de abril el encuentro internacional se abrió con las intervenciones de los partidos colombianos. Tomaron la palabra el Partido Comunista Colombiano, Presentes por el Socialismo, Polo Democrático Alternativo, Marcha Patriótica, Progresistas y el Congreso de los Pueblos. Presenciamos intervenciones profundas sobre la caracterización del conflicto social colombiano y la necesidad de una solución política a éste.
También se hicieron notorias algunas diferencias en la caracterización de la etapa política actual y el sentido último de la Marcha por la Paz, especialmente desde la visión del PDA. En la tarde se pudieron escuchar intervenciones relevantes iniciadas por el Partido de la Izquierda Europea, en cabeza del eurodiputado Willy Meyer, así como representantes de Euskadi, el País Vasco.
Luego tomó la palabra lo más representativo de los partidos de la izquierda latinoamericana. Representantes de Brasil, México, Perú, Venezuela, Argentina, Panamá, Uruguay, Chile y Ecuador fueron también partícipes de este evento. Tuvimos la posibilidad de conocer con profundidad los procesos de la paz y de la guerra en El Salvador, Guatemala y Nicaragua. Destacamos las dificultades inherentes a todo verdadero proceso de paz y la necesidad de tener en cuenta, en medio de este afán por resultados inmediatos, unos tiempos que permitan la reflexión, los acuerdos y su implementación.
Un evento de esta magnitud, vital en el momento que estamos viviendo, resulta más que pertinente. Es tal vez un requisito para avanzar. Escuchar a los otros, aceptar su papel de testigos y consejeros es un paso sabio y prudente para una ciudadanía que probó respaldar el proceso.
Lamentamos que este encuentro internacional haya sido invisibilizado por los monopolios de la información colombianos y que apenas tuviese un escaso seguimiento en otros medios. Una vez más, el interés de marketing que atraviesa la comunicación mediática cerró la posibilidad de que la gente accediera a la divulgación de este espacio de diálogo y de experiencias y pudiera conocer sus importantes debates y conclusiones. Es aquí donde queremos destacar la importancia de los medios de comunicación alternativos, para crear una red de medios en América Latina y el Caribe que permita la difusión de estos diálogos y procesos.