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Eric Hobsbawm: sobre la revolución en Colombia

El historiador marxista británico escribió en junio de 1963 un artículo titulado “La situación revolucionaria en Colombia”, incluido en su libro póstumo ¡Viva la revolución! Eric Hobsbawm sobre América Latina (2018), editado por Leslie Bethell, o en el repositorio de la Universidad Nacional de Colombia

Diego Armando Ricaurte Mendoza

La tesis de este trabajo es la imposibilidad de una revolución social “clásica” en nuestro país, en palabras del autor; es un fracaso o aborto explicado a partir del análisis histórico, político y social de la primera mitad del siglo XX. De ahí que invito a la pregunta: ¿Cuál es la vigencia del análisis de Eric Hobsbawm sobre la situación revolucionaria en Colombia?

Sobre la idea del fracaso sobre una revolución social desde un modo “clásico”, Hobsbawm parte por mencionar que los sucesos del 9 de abril de 1948 fueron la materialización del aborto de esta posibilidad, tras el asesinato de Jorge Eliécer Gaitán. Estos hechos, mejor conocidos como el Bogotazo, fueron totalmente espontáneos y carentes de una dirigencia para la toma del poder.

Además, tuvieron réplicas en otras ciudades y territorios a nivel nacional que tampoco permitieron una recomposición de las fuerzas gaitanistas a partir de nuevos liderazgos. Asimismo, Hobsbawm menciona el error del Partido Comunista por no apoyar a Gaitán, hecho que fue reconocido en forma de autocrítica colectiva en años posteriores.

A pesar de lo anterior, postula que se evidencia un incremento en las movilizaciones de masas entre 1948 y 1953, significando un avance cualitativo en términos de la lucha de clases. Por otra parte, frente al movimiento guerrillero, Hobsbawm hacía comparaciones con Cuba, bastantes sugerentes; resaltaba primero que el número de combatientes era mucho más alto en Colombia.

Pero criticó por falta de rigurosidad estadística las afirmaciones de Monseñor Guzmán en su libro La Violencia en Colombia (1962), quien exponía que había hasta treinta mil guerrilleros en acción en todo el país. No obstante, ubicaba que la dejación de armas de 1953, reflejaba 6.500 rebeldes activos; asunto no menor para fuerzas irregulares.

Colombia y América Latina

La importancia del trabajo de Hobsbawm sobre Colombia ─motivo por el cual vale la pena adentrarnos en su lectura─ se encuentra en ideas como esta: “La razón principal por la cual la situación colombiana era y sigue siendo tan crucial es el hecho de que Colombia es un país que puede marcar una diferencia significativa para el futuro de América Latina”.

Esta reflexión vigente permite, por una parte, observar la importancia que daba Hobsbawm a Colombia en relación con América Latina y la revolución; por otra parte, invita a seguir profundizando en procesos reales de transformación a largo plazo.

Es interesante como Hobsbawm plantea que es clara la “materia prima” para la revolución en Colombia y América Latina, el campesinado y los pobres urbanos. La anterior tesis no es suficiente para argumentar por qué no iniciaba una revolución. Se requiere de muchos otros factores objetivos y subjetivos de la realidad para comprender el estudio de una situación revolucionaria.

El método de Hobsbawm

El artículo, para quien se anime estudiarlo individual o colectivamente, se estructura en nueve partes muy concretas: una introducción general ubicando la tesis y planteando el problema; los antecedentes de la situación, las guerras civiles y la dictadura de Rojas Pinilla, la situación actual, las áreas comunistas, las incautaciones de tierras, la situación entre los estudiantes, los partidos políticos y las perspectivas para el futuro. En términos metodológicos, es un ejemplo claro sobre cómo se podría plantear un análisis de coyuntura sobre una situación revolucionaria.

El primer elemento que establece Hobsbawm en los antecedentes hace referencia a que, en Colombia, la historia moderna podría establecerse a partir de la depresión de 1929 y el regreso al poder de los liberales en 1930 y la conformación del Partido Comunista de Colombia (PCC) este mismo año.

Entre 1938 y 1948, el Partido Liberal tomó popularidad en las bases urbanas y campesinas. Bajo este contexto se pueden comprender las guerras civiles en los años 1949 y 1953, en tanto la reacción violenta de los conservadores en ciertas regiones de influencia liberal y en sectores donde el PCC aumentaba su incidencia y crecimiento.

Violencia del poder y guerrillas

La violencia por parte de los conservadores conllevó a la conformación de guerrillas liberales que, en años posteriores, tendrían influencia comunista. Hobsbawm caracterizó el régimen conservador como semifascista. Por otra parte, en 1953 llegó al poder el dictador Gustavo Rojas Pinilla con la intención de colocar fin a la violencia ─al menos de manera formal─. Pero la violencia rápidamente se encrudeció a partir de 1954.

Rojas Pinilla tuvo una mala gestión económica: los precios del café cayeron, hubo recortes importantes; además su gobernabilidad se debilitaba, muestra de ello fue que la Iglesia le quitó su respaldo. Valdría la pena mencionar su anticomunismo, ilegalizando al Partido Comunista para refutar a quienes plantean que fue un dictador “diferente” a los del Cono Sur de nuestro continente.

Bastante hay por debatir sobre una figura como Rojas Pinilla, lo cierto es que en 1957 cayó su gobierno. En este año, se inicia el pacto entre liberales y conservadores, imposibilitando la participación política de los y las comunistas; sin embargo, el PCC dejó de ser ilegal.

Las preguntas de Hobsbawm en la Colombia de 1964

Primero, ¿cuáles fueron las consecuencias de la guerra civil? La destrucción de una administración centralizada, con excepción de la Iglesia. Segundo, ¿cómo están las fuerzas que podrían haber apoya una revolución social, quince años después del Bogotazo? No surgió otro líder igual a Gaitán para movilizar masas populares. Por otra parte, el sindicalismo se dividía en tres: la Confederación de Trabajadores de Colombia (CTC), una parte del sindicalismo católico agrupada y sindicatos comunistas e independientes.

La continuación de la violencia en departamentos como Valle, Cauca, Caldas, Tolima, Huila, Antioquia, Santander y Boyacá. Hobsbawm establece que al Partido Comunista no le interesa colocarse en contacto con “bandidos” en zonas rurales, aquí evidentemente se equivoca nuestro autor, en tanto la influencia del PCC aumentaba considerablemente en el campesinado, reflejando la orientación y la línea política en la praxis revolucionaria.

Hobsbawm tenía muy caracterizadas las áreas comunistas y mencionaba que estos territorios estaban organizados, armados y disciplinados, con un sistema estable de administración, educación y derechos. Ubicó al menos tres tipos de zonas: la “República del Tequendama” ─donde destaca Viotá, dirigida por Víctor Merchán y Sumapaz, en el cual destaca a Juan de la Cruz Varela─.

La segunda área, con territorios como el Tolima, Meta y Caquetá. En la tercera, menciona los Llanos Orientales. También hace referencia a la lucha por la tierra en departamentos como el Cauca, Huila, Nariño y Tolima; además un fenómeno nuevo al norte, Magdalena, Atlántico y Bolívar.

Por otro lado, frente a los estudiantes menciona “entre 1948 y 1958 la cantidad de estudiantes universitarios y secundarios aumentó alrededor de un 140 %”, lo cual posibilita nuevos centros para la actividad revolucionaria. Pero critica la posición pasiva de la intelectualidad de izquierda, con excepción de la Universidad Libre y la Universidad Nacional, con manifestaciones influyentes como en 1962.

Con respecto a los partidos políticos, caracteriza al Partido Liberal dividido en dos partes: los oficiales de Lleras Restrepo, el MRL de López Michelsen ─donde se agrupaban demócratas y fuerzas de izquierda─. Además, menciona al Partido Conservador con apoyo activo de la Iglesia, aunque también dividido en dos por Ospina Pérez y los laurenistas ─influenciados por el fascismo y el falangismo español─.

Otra fuerza política que se venía reconfigurando, se encontraba alrededor de Gustavo Rojas Pinilla. Ahora bien, sobre el Partido Comunista, ubicó la necesidad de crecimiento y lo fundamental de superar debates internos, además destacó el liderazgo de Gilberto Vieira en la recomposición leninista.

La vigencia del análisis de Hobsbawm

El historiador establece un pequeño apartado sobre las perspectivas a futuro, plantea varias hipótesis sobre la situación social y política; sin embargo, la idea más importante se recoge alrededor de la siguiente premisa: ante las brechas de desigualdad, injusticia y violencia, tarde o temprano resurgirá un movimiento rural y urbano que agudice las contradicciones de clase por medio de la movilización y la lucha popular.

En palabras del camarada Hobsbawm, “Es difícil predecir la forma del cambio político y social que probablemente suceda, o sus consecuencias. Pero si un observador cree que Colombia atraviesa más que una pausa de agotamiento, es probable que tenga un despertar brusco”. Esta es la vigencia de Hobsbawm.

Su análisis histórico es una invitación a comprender el pasado y el presente de forma concreta, para plantear las acciones revolucionarias que nos lleven a cambios reales en el futuro.

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