Estudiantes de la universidad pública más joven del país participaron del XIII Foro Nacional de Derechos Humanos convocado por el CPDH. Denuncian que su territorio está azotado por el conflicto armado y la desigualdad social
Yessica Arandia
El proyecto de país sumamente centralizado, sobre el cual la élite colombiana ha cimentado su ejercicio de poder y violencia, no permite contemplar la integralidad del territorio nacional y de sus regiones y provincias en medio de sus diferencias geosociales tan valiosas para apostar por soluciones a sus problemáticas y luchas. Así es el caso del departamento del Casanare.
Fue durante el segundo día de realización del XIII Foro Nacional de Derechos Humanos que, un grupo de jóvenes provenientes de este territorio ubicado en el centro-occidente del país tomaron la palabra para contar su experiencia de organización y lucha por la educación y los derechos humanos en la región. La redacción juvenil del semanario VOZ dialogó con dos de sus líderes.
Resistir al paramilitarismo
La historia del conflicto armado, que no ha dejado una región fuera del mismo, atraviesa también la historia de departamentos como el Casanare. Desde la organización armada de campesinos liberales liderados por Guadalupe Salcedo Unda que luchó en los Llanos Orientales en los años cincuenta a causa de la violencia bipartidista y el asesinato de Jorge Eliécer Gaitán, hasta la arremetida paramilitar que se reforzó desde de los años noventa e inicios del 2000 entre otras cosas, gracias a la influencia de la industria petrolera.
A partir de entonces, el campesinado del territorio ha tenido que enfrentar persecuciones, desplazamientos, asesinatos contra sus líderes y lideresas a causa de la lucha contra el extractivismo y por el respeto de sus derechos. Esto nos comparte Johao Castaño, joven estudiante de la Universidad Internacional del Trópico Americano, Unitrópico, en Yopal e integrante del Comité Permanente por la Defensa de los Derechos Humanos de la región.
“Casanare siempre ha sido víctima de la violencia, desplazamiento forzado e inseguridad, por ello exponemos un pliego de peticiones en un llamado a hacer una revolución académica para dar soluciones a nuestro territorio. Se solicita que se creen unos comités de derechos humanos junto con la universidad, que nos permita contrarrestar la vulneración y abandono en el departamento por la corrupción y por vínculos con el paramilitarismo”.
Universidad pública y lucha juvenil
Hernán Mateo Tarquino, representante estudiantil ante el Consejo Superior de la UniTrópico y líder del Movimiento estudiantil unitropista, comenta en que va el proceso: “Fuimos partícipes de una transformación donde el pueblo fue el principal protagonista de la misma, logrando una universidad pública con matrícula cero, con beneficios de calidad como otras instituciones de educación superior. Este fue un proceso arduo: desde lograr la Ley 1937 de 2018 que ordenó al Estado la transformación de fundación universitaria a universidad, donde el proceso de control popular fue fundamental, después de que el presidente Juan Manuel Santos declarara esta ley inconstitucional, puesto que se afianzó la lucha estudiantil durante y después del paro nacional, hasta lograr en septiembre de 2021 su constitución como universidad pública.”
Mateo (quien además lleva por nombre el de su tío Hernán Tarquino, asesinado por el paramilitarismo) dirige este movimiento estudiantil conformado a partir del estallido social del año pasado y que se proyecta como un ejercicio juvenil sumamente interesante en la región. “Por eso decimos que somos la universidad pública más joven del país en un departamento que está azotado por el conflicto armado, desigualdad y brechas gigantescas en lo económico y social, por cuando esperamos que Unitrópico permita una revolución científica que aporte a las realidades del departamento y del país.
“Por eso también participamos de este Foro de DDHH y hemos decidido conformar CPDH en la región, pues lo que se busca es visibilizar nuestra universidad y nuestro proceso estudiantil, y también darle un mensaje a Colombia: que Casanare hace parte del territorio colombiano y que conozcan nuestra universidad como fruto de la educación pública y la lucha del pueblo”.