Quien tenga “la tula” ganará la alcaldía de Cartagena, se oye decir en las esquinas y mentideros políticos, una lamentable expresión que demuestra hasta dónde la falta de escrúpulos ha permeado y contaminado el acto de elegir por la acción inmoral de los políticos aferrados al poder en Colombia.
Libardo Muñoz
En un pronunciamiento público, el Partido Comunista colombiano y la Unión Patriótica de Cartagena, alertaron a la comunidad regional por la evidencia de que una vez más, la politiquería corrupta trata de reemplazar las ideas con exorbitantes sumas de dinero, especialmente en la elección de alcalde de esta ciudad, y de gobernador de Bolívar.
La declaración del PCC y de la UP está dirigida a todos los niveles del accionar colectivo, juntas cívicas, comunales, defensores de derechos humanos, personalidades académicas, artistas, estudiantes, sindicatos y en general al pueblo por la grave amenaza que se percibe sobre las elecciones del 25 de octubre próximo en Cartagena y Bolívar.
Quien tenga “la tula” ganará la alcaldía de Cartagena, se oye decir en las esquinas y mentideros políticos, una lamentable expresión que demuestra hasta dónde la falta de escrúpulos ha permeado y contaminado el acto de elegir por la acción inmoral de los políticos aferrados al poder en Colombia.
Los medios informativos de Cartagena son indiferentes a la ofensiva presencia del paramilitarismo y la corrupción detrás de candidatos que de manera desesperada se disfrazan con rótulos políticos improvisados, carentes de ideas.
Con la excepción de la candidatura de Reynaldo Manjarrez por la UP a la alcaldía mayor de Cartagena, el panorama electoral en la ciudad está contaminado por el uribismo, tres candidatos que no proponen algo distinto a la compra de votos, la falsificación de centenares de firmas, las zancadillas, la presión indebida al elector, la trashumancia y el trasteo del votante y una larga lista de suciedades que van dirigidas a un fraude escandaloso de proporciones nunca vistas.
Políticos que caen en desgracia en un grupo, reaparecen en otras toldas improvisadas en Cartagena y en otros municipios hasta el extremo de que el ciudadano común está confundido.
Expertos en el fraude y la mentira, ligados a la contratación en la Alcaldía de Cartagena son asesores de los candidatos y no ocultan que disponen de sumas inimaginables de dinero para la campaña, no se detienen ante nada, y su objetivo es llegar al primer cargo administrativo de una ciudad que por su carácter de Distrito Turístico y Cultural dispone de asignaciones presupuestales que no se dan en otras capitales colombianas.
En consecuencia, el PCC y la UP de Cartagena ofrecen a la comunidad de esta ciudad y del departamento de Bolívar candidatos dueños de unas hojas de vida intachables, defensores del proceso de paz que se desarrolla en La Habana, en contraste con quienes encabezan lo más retardatario de la ultraderecha y el uribismo de Cartagena, enemigos del diálogo y la paz con justicia social.