El 25 de mayo, las delegaciones firmaron el primer gran acuerdo en la mesa de negociación: la participación de la sociedad en la construcción de la paz
Redacción VOZ
El avance más significativo de las conversaciones de paz entre el Gobierno nacional y el Ejército de Liberación Nacional, ELN, se firmó en Caracas, Venezuela. Se trata del primer punto del Acuerdo de México, el que traza la nueva agenda de diálogos entre las partes, y es la participación de la sociedad en la construcción de la paz.
A partir de la identificación de los sujetos sociales y actores políticos, se diseña el proceso de participación de la sociedad, y se pone en discusión los principales problemas que afectan a Colombia, por tal razón, en el comunicado de las delegaciones del Gobierno nacional y el ELN se puntualiza “sabemos que la paz no se construye con olvido e impunidad, y que la voz de las víctimas es fundamental en este proceso y la legitimidad de los acuerdos”.
La importancia de la participación
La firma del primer punto es clave, debido a que la participación de la sociedad civil es considerada el centro del proceso de paz, pues, es la que aporta a la construcción de la transición hacia un país en paz, a partir del reconocimiento de las diferencias e intereses de la sociedad sobre las causas estructurales de los conflictos y sus posibles soluciones. Así pues, se abarcará lo local, lo regional y lo nacional sobre temas que atañen a la democracia y la paz.
Es de recordar que las conversaciones se habían congelado, por decisión del ELN, por supuestos incumplimientos del Gobierno a lo pactado, al adelantar diálogos paralelos con el Frente Comuneros del Sur, el cual rompió relaciones con el Comando Central del ELN.
Por tal razón, en el comunicado de congelamiento se señala “habiendo pactado un proceso nacional de participación de la sociedad, ahora monta un diálogo regional en Nariño por fuera de dicho proceso nacional y desconociendo la Delegación del ELN y la Mesa donde participa la comunidad internacional oficiando como garantes, así como también la ONU y la Conferencia Episcopal colombiana”.
No obstante, entendiendo que la única salida a este conflicto armado es un acuerdo de paz negociado, se retomó el VII ciclo de conversaciones en Caracas, Venezuela, con significativos logros para las delegaciones, tal como lo mencionan los países garantes y acompañantes permanentes “esperamos que este importante logro permita a las Partes seguir avanzando en la superación del conflicto armado interno y en la construcción de un futuro de paz”.
La participación de la sociedad será esencial para que seguir trabajando en el proceso de paz, para una Colombia mejor.