El carbón y la minería, el capital y la economía portuaria, la migración y el exilio que se construyen en dos universos paralelos y disimiles, inspiran el nuevo libro del escritor ovetense Eduardo Romero y que será presentado en la Feria del Libro de Bogotá 2024
Anna Margoliner – Óscar Sotelo
La Guajira colombiana y la comunidad autónoma de Asturias tienen en común la economía del carbón y la actividad minera. La famosa roca sedimentaria de color negro fue trascendental en la formación de estas sociedades. Por supuesto, esta coincidencia está mediada por abismales diferencias económicas, políticas, sociales y culturales, entre un punto y otro, separados por el inmenso océano Atlántico.
Sobre este contexto se desarrolla ¿Cómo va a ser la montaña un dios?, el último libro del escritor ovetense Eduardo Romero y que será presentado en el marco de la Feria Internacional del Libro de Bogotá 2024.
Carbón y minería
En su nuevo libro, Romero se introduce en la profundidad de las comunidades mineras y deja en evidencia las consecuencias negativas del capitalismo extractivista para la naturaleza.
Las relaciones entre el carbón y la minería, el capital y la economía portuaria, la migración y el exilio, hacen parte de una narrativa que se construye en los dos universos paralelos de los yacimientos de carbón en El Cerrejón de La Guajira y la Cuenca Minera en Asturias.
Considerada como literatura social, el nuevo libro de Romero tiene la intención de ganar nuevas consciencias en las problemáticas sociales y ambientales. En el actual contexto mundial, donde se ha reimpulsado la industria y el consumo del carbón, especialmente en el norte global, los diálogos sobre la justicia y la sostenibilidad se convierten en el objetivo principal de la novela.
La memoria colectiva
El lugar es la instalación de una mina de carbón clausurada. En 1989 un incendio ocasionó la muerte de cuatro mineros. Desde ese momento, el lugar es un geriátrico donde los ancianos susurran recuerdos.
Cerca del hogar transformado se encuentra la barriada de Tuilla. Allí, Mari Carmen añora los viejos tiempos en los que el concejo de Langreo era uno de los núcleos industriales más importantes del Estado español. Un enjambre de seis habitantes con un cine, una pista de baile y 22 bares.
Mientras tanto, Martín de 87 años ingresa al hospital porque se ha roto la cadera. El anestesiólogo identifica que sus pulmones están llenos con polvo de sílice. Son la consecuencia de una vida entera como picador en la mina. Para el galeno la intervención quirúrgica significa un alto riesgo, pero Martín prefiere morir si no vuelve a caminar.
Miles de kilómetros de aquel lugar, se encuentra la mina de carbón a cielo abierto más grande del mundo. Es La Guajira, un territorio fastuoso pero olvidado de Colombia. En un país donde no existe el transporte férreo, un solitario tren trasporta toneladas y toneladas de la preciada roca negra, que luego será cargada en un buque trasatlántico y su destino será Gijón, Asturias, el hogar de refugiados políticos colombianos que ven con nostalgia la llegada de las montañas de carbón. Todas las historias terminan entrecruzándose en la memoria colectiva de los personajes.
Un encargo
“En realidad yo iba a hacer un pequeño artículo sobre el tema. En un viaje a Colombia hace siete años me invitaron a la Universidad Nacional, precisamente para hablar sobre las fronteras y las migraciones. En Asturias hay un pequeño programa de acogida temporal de refugiados y refugiadas donde hay muchas personas de ciudadanía colombiana. La gente que auspicia ese programa cuando supieron que yo viajaba a su país, me animaron en hacer una investigación para denunciar la situación en La Guajira. Era una historia que coincidía con una modesta denuncia que había hecho recientemente en Asturias”.
La entrevista de Eduardo Romero con VOZ fue en Bogotá. El lugar acordado se llama Poemapa, un espacio para los diversos que andan dispersos, donde los poemas enmarcados, muchos libros exhibidos y algunos cuentos dibujados recrean un ambiente propicio al diálogo.
Romero nos cuenta que la idea era visitar las minas de La Guajira y el Cesar para denunciar esas incongruencias que se construyen alrededor de la economía que emerge por la roca negra. Mientras el mundo habla de la transición verde y se viene implementando el desmantelamiento industrial de Europa, donde el carbón asturiano ha desaparecido en el territorio, existe una realidad compleja al otro lado del Atlántico.
“Me fui a El Cerrejón y a la vuelta nunca escribí el artículo. La verdad, me quedé atrapado por la historia. Fueron cinco años de investigación, escritura y publicación. El resultado es ¿Cómo va a ser la montaña un dios?”, comenta con orgullo.
Las paradojas
“El libro necesitaba un tránsito en la historia y la memoria. Eran las comunidades desplazadas por la mina de El Cerrejón que intentaban encontrar su identidad en sus propias vivencias. Encontré comunidades afrocolombianas que terminaron siendo parte del circuito de la economía minera, pero que antes habían sido pescadores. En fin, estaba ahí, frente a la misma roca negra que para Asturias fue fundamental en su tradición como foco industrial, pero extraída en La Guajira colombiana de las desigualdades”.
La forma de trabajar de Romero es sin grabadora. Una libreta de apuntes, apelar a la memoria y la imaginación que aporta la narración literaria. Además, advierte, no es un científico social o un periodista donde las comillas recrean el relato.
Al finalizar nuestro encuentro, Romero nos dice que desaprueba el alto valor comercial del texto, las personas que inspiraron sus historias prefieren comer que leer literatura. Es como si su libro, incluso en la comercialización, estuviera inspirado en recónditas paradojas.