El asesinato de Rebecca Cheptegei, atleta ugandesa, las violaciones sexuales sufridas por Gisèle Pélicot y la cifra de 500 feminicidios en Colombia hasta la fecha en 2024, encienden las alarmas sobre la violencia patriarcal en el mundo
Valentina Bolaño Senior
@Vale_BoSe
En internet, una sencilla pregunta desató un debate: ¿preferirías estar sola en el bosque con un hombre o con un oso? Aunque no hay una repuesta unánime, un gran número de mujeres en las redes sociales optaron por el oso.
En pocos días, algunos hombres expresaron su descontento con estas respuestas, calificándolas de ridículas. Sin embargo, esta reacción solo evidencia la poca importancia que dan a los diversos casos de violencia que enfrentan las mujeres en todo el mundo.
Tres impactantes casos de violencia contra las mujeres en Francia, Kenia y Colombia se conocieron en menos de una semana.
Francia
“Violación no es la palabra correcta, es barbarie”, declaró Gisèle Pélicot en el juicio que avanza contra 51 hombres, incluido su esposo Dominique Pélicot, quien la drogaba, violaba y permitía que otros hombres lo hicieran. Ella se negó a que su juicio se realizara a puerta cerrada, “la vergüenza debe cambiar de bando”.
Las autoridades detuvieron, hace cuatro años, a Dominique Pélicot por grabar bajo las faldas de mujeres en un supermercado. Durante la investigación, la policía descubrió videos e imágenes de Gisèle siendo drogada y violada noventa y dos veces por distintos hombres que fueron a su casa entre 2011 y 2020.
Ahora bien, aunque se identificaron cincuenta agresores, serían 83 los violadores mientras Gisèle estaba drogada. Los perpetradores de la barbarie incluyen a profesores, bomberos, periodistas, estudiantes, obreros, enfermeros, jubilados, hombres que normalmente estarían lejos de la caricatura de monstruos que la sociedad suele imponer. Muchos de ellos ocultan su rostro, llegan tarde al juicio o se declaran inocentes durante las audiencias, alegan que pensaban que se trataba de un “juego libertino entre la pareja”.
Este caso en Francia ilustra claramente la violencia patriarcal y la urgencia de combatirla. Según Anne-Cécile Mailfert, de la Fundación de Mujeres en Francia, “hay una cultura de violación, una cultura patriarcal de violencia contra las mujeres. Esta cultura convierte a los niños en hombres que violan”.
Este juicio no solo es un proceso contra los violadores y el esposo, sino también una oportunidad para que la sociedad reflexione. El cambio también se logra a través de la lucha por la representación y en el uso del lenguaje.
Kenia
La demostración ante el mundo de la violencia contra la mujer es un paso importante para lograr un cambio, la defensa y las garantías de protección de la integridad de las mujeres.
Esto significa luchar contra el imaginario de “los cuerpos de las mujeres pertenecen a los hombres”, que se reproduce en la mentalidad de varios de ellos, aunque parezca sorprendente. Este debate se da en muchos ámbitos, por ejemplo, cuando se busca la prohibición del aborto, o cuando las mujeres son asesinadas por celos, o cuando no las dejan hablar en público.
Rebecca Cheptegei participó en los Juegos Olímpicos de París 2024; tenía el récord nacional en maratón. Ella fue quemada viva por su pareja Dickson Ndiema Marangach.
El feminicida roció cinco litros de gasolina frente a sus dos hijos de doce y trece años. La maratonista ugandesa sufrió quemaduras en el 80 por ciento de su cuerpo, permaneció en cuidados intensivos, pero falleció después de que sus órganos fallaron.
“Este fue un acto cobarde y sin sentido que llevó a la pérdida de una gran atleta. Su legado seguirá perdurando”, expresó, en la red X, Donald Rukere, jefe del Comité Olímpico de Uganda.
Con la muerte de Rebecca, los asesinatos de atletas mujeres, en Kenia, son tres. Agnes Tirop y Damaris Mutua fueron asesinadas, respectivamente, en 2021 y en 2022. Sus parejas también son los principales sospechosos.
Colombia
Nuestro país también ha estado en las noticias por la alta cifra de feminicidios. Según el boletín del Observatorio Colombiano de Feminicidios, se registraron 500 entre enero y julio de 2024. Solo en el mes de julio, las mujeres asesinadas alcanzaron la cantidad de 79.
Así pues, la violencia feminicida como expresión de poder sobre el cuerpo de las mujeres se ha cometido por hombres, tanto de manera individual como en grupo. El mismo Observatorio señala que “en julio de 2024, 38 de los 79 femicidios fueron cometidos por un (1) sujeto feminicida, en 17 no se cuenta con información del número de sujetos feminicidas, 11 fueron cometidos por dos sujetos, 10 por varios sujetos, 2 por 3 sujetos y 1 por más de 4”.
Aunque, en mayo, el presidente Gustavo Petro y la vicepresidenta Francia Márquez firmaron la Ley 2356 de 2024, la cual elimina los beneficios penales y endurecen las medidas para los feminicidas, las acciones no han sido suficientes. Las cifras son alarmantes; si sigue la tendencia, este podría ser para las mujeres uno de los años más violentos.
Los nombramientos de Luz Adriana Camargo al frente de la Fiscalía General de la Nación, Iris Marín como la primera mujer en la Defensoría del Pueblo y Ángela María Buitrago en el Ministerio de Justicia, son importantes avances en la representación femenina en entidades defensoras de los derechos humanos. Por ello, se espera de estas instituciones implementar más acciones para la protección de la vida de las mujeres, que se hace a través de un estudio al sistema de justicia.
América Latina y el Caribe registraron 10.548 feminicidios entre enero de 2021 y en lo que va del 2024, según cifras del Mapa Latinoamericano de Feminicidios, MLF.
La lucha feminista continúa fortaleciéndose cada día más en contra de la violencia patriarcal en el mundo. No más madres llorando a sus hijas asesinadas, no más hijas buscando a sus madres desaparecidas. No más una sociedad en silencio ante las injusticias patriarcales.