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Democracia y constituyente

Alfonso Conde

En la Suiza actual, en los cantones Appenzell Rodas Interiores y Glaris, se realiza una vez al año la Asamblea Cantonal (Lansdgemeinde) para aprobar leyes, el presupuesto y reformas constitucionales. La asamblea es de todo el pueblo que ejerce, de manera directa, el poder supremo.

Pueblo reunido pag teoria

No se trata de una experiencia nueva; es una tradición de los pueblos germánicos, semejante en cierto modo a la muy anterior de la isonomia y la democracia griega (Solón, Clístenes, Pericles) que instauró la ekklesia o asamblea popular de los ciudadanos mayores de dieciocho años (hablan de 43.000 en el siglo V aC) para definir, entre otras cosas, la legislación ateniense. Todos los ciudadanos, eupátridas (nobleza) y demos (pueblo) tenían igual derecho a proponer, a deliberar (isegoria) y decidir.

La agenda de la ekklesia era preparada por el Consejo Popular (Boulé) integrado por quinientos ciudadanos, cincuenta de cada una de las diez tribus, renovados cada año, escogidos por sorteo entre los voluntarios inscritos. El Consejo recogía las propuestas legislativas (probouleuma) de los ciudadanos, las estudiaba y agendaba para la ekklesia que era la llamada a su debate y aprobación.

La isocracia, igualdad en la toma de decisiones, que reivindicaba el derecho de todos a participar en todo, era considerada por Aristóteles como un ingrediente esencial de la civilización. Isocracia, isonomia, igualdad ante la ley e isogonia, igualdad de todos para intervenir en la administración, eran las características de la democracia de Atenas.

La democracia

El pueblo (demos) ejercía el poder (kratos); él era el soberano.

La historia siguió dando tumbos y los poderosos impusieron más tarde su poder. En la edad media se volvió a establecer la monarquía o gobierno de uno, supuestamente el mejor de los nobles que, siendo “el mejor”, sólo podía ser ungido por un ser superior. Así se impuso, por la fuerza y por el mito, la idea de que la soberanía reside en el monarca, proviene de dios y es hereditaria, lo mismo que la tierra. Hoy todavía existe tal tipo de gobierno en algunas sociedades y en otras, como entre nosotros, hay aún quienes se creen ungidos para decidir sobre todos los demás y con derecho casi exclusivo sobre la tierra.

La declaración de independencia de los Estados Unidos de América (1776) y la revolución francesa (1789) marcaron el retorno a la idea de la voluntad popular como fuente de legitimidad del poder teniendo como límite los derechos de los ciudadanos. Poco tiempo después, Abraham Lincoln expresó su definición de democracia: es el gobierno del pueblo, por el pueblo, para el pueblo.

La democracia hoy “se define como una forma de gobierno en que el poder político del Estado, la soberanía, pertenece por derecho a todo el pueblo, entendido como el conjunto (casi) universal de ciudadanos, sin exclusiones por razones de sexo o clase social, y no a un grupo específico y limitado del mismo. Su finalidad última es que los ciudadanos controlen, intervengan y definan objetivos en relación con ese poder político. Se entiende que el gobierno debe reflejar y expresar la voluntad del pueblo, interpretando de este modo las nociones tradicionales de soberanía popular y gobierno popular.” (B. Rodríguez y P. Francés). Es evidente que entre nosotros la democracia es inexistente y debe ser construida.

Tipos de democracia

Se hace referencia a diversos tipos de democracia:

En primer lugar la llamada “directa o pura”, semejante a la griega, en la cual la asamblea del pueblo soberano ejerce el poder y aprueba o deroga leyes y elige o destituye a los funcionarios públicos. No existen representantes del pueblo pero pueden existir delegados de la asamblea que actúen como sus voceros.

En segundo lugar, la democracia representativa, en la cual el pueblo se limita a elegir representantes quienes son los llamados a deliberar y adoptar decisiones. En ellos reside el poder. La separación real y creciente entre representantes y representados es ocupada por grupos de poder como las corporaciones financieras lo que aleja al modelo de gobierno del supuesto democrático del poder popular.

Otras formas como la democracia deliberativa constituyen mecanismos de apoyo consultivo a las decisiones que se adoptan por vía representativa.

Las relaciones entre los poderes del Estado y entre ellos y los ciudadanos, incluido el modelo de democracia a aplicar, se definen en la constitución de la nación. La construcción de tal constitución es una tarea política y no jurídica y por tanto no puede encontrarse ninguna norma que regule ese proceso.

La constitución busca garantizar al pueblo sus derechos y libertades. Ella debe ser originada por la voluntad popular, en uso de su soberanía. Según dice F. Calzada: El poder constituyente ha sido definido como la “voluntad originaria, soberana, suprema y directa que tiene un pueblo, para constituir un Estado dándole una personalidad al mismo y darse la organización jurídica y política que más le convenga”.

Con frecuencia actúa como poder constituyente originario una asamblea o congreso, cuerpo colegiado investido por el pueblo de tal poder para construir la nueva constitución, norma a la cual deben someterse todas las instituciones públicas.

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