Son 25 familias, entre las que se cuentan 60 niños y niñas de comunidades desplazadas de Risaralda y Chocó. Aunque el secretario de integración social de Bogotá comprometió ayuda, siguen durmiendo en la calle.
El pasado 15 de diciembre 25 familias de comunidades indígenas embera provenientes de Risaralda y Chocó fueron expulsadas de un alojamiento conocido como ´pagadiario´ de la localidad de Los Mártires, en la zona centro – sur de Bogotá. De las 105 personas, un numeroso grupo aún continúa deambulando con sus pocas pertenencias a cuestas por la ciudad.
El secretario de Integración Social de Bogotá, Jorge Rojas, manifestó días atrás que desde la Alcaldía esperaban “que con la Unidad de Víctimas y la Alta Consejería de Víctimas del Distrito se pueda buscar una solución de fondo para la ubicación en condiciones dignas de estas personas”. Sin embargo, para muchas de esas familias la solución aún no llega.
Un grupo de al menos 55 personas, entre ellas 8 niños y niñas, permanecían el sábado en las calles. “Nos han ayudado con algo desde la Alcaldía, alimentación un poquito, pero el techo no”, explicó a Colombia Informa una persona de nombre Alfonso, quien se mostraba como vocero del grupo. “El vecino aquí de la localidad nos ha ayudado, esta mañana vino un señor del restaurante y nos regaló 55 almuerzos”, agregó.
Desde la Unidad de Víctimas del Distrito dijeron a Alfonso y al grupo de familias que permanece con él que “el próximo martes” irían a buscar un lugar donde alojarlos temporalmente, para que no sigan permaneciendo en las calles.
