A Gladys Siabatto
Soy a la vez tu río y tu navegante,
el amante callado y halagüeño;
el esclavo al que tratas como a un dueño,
el compañero de tu día radiante.
Soy a la vez el dócil y el errante
que indómito se escapa de tu sueño;
el sumiso, el despótico, el pequeño
y el colosal icono suplicante.
Soy el que crees que soy en lo que eres,
el mago que prodiga sus quereres
a tu vida en la torre o el abismo.
Soy tu presente sin tiempo pasado
y con mañana, soy tu enamorado
sin condiciones, el de siempre, el mismo.
José Luis Díaz-Granados