En solo un año, gracias a la organización, las condiciones laborales de cientos de trabajadores de la extracción de gas han mejorado sustancialmente
Juan Carlos Hurtado Fonseca
@aurelianolatino
Hace dos años, ante los abusos laborales que soportaban cientos de trabajadores, Andrés Manuel Hoyos Madera consiguió el número telefónico de un dirigente nacional de la Unión Sindical Obrera, USO: “Lo llamé para comentarle la problemática que estábamos viviendo: nos maltrataban, nos ultrajaban, si uno iba a reclamar una hora extra lo echaban o le terminaban el contrato, no pagaban el sueldo que era. Anteriormente, pagaban un sueldo miserable que era de un millón 270 mil pesos mensuales”, explica este dirigente sindical, quien ahora es tesorero de la subdirectiva de este sindicato en La Guajira.
El líder obrero se refiere a la situación que vivían trabajadores de firmas como la empresa de mantenimiento de estructuras Massy Energy, la empresa Seguridad Oncor; Compass Group, firma británica de alimentación y la empresa de aseo Aseocolba; entre otras.
Algunos abusos
Estas empresas contratan sus servicios con la filial de Ecopetrol Hocol, encargada de extraer y recibir gas en el campo Ballena de las plataformas marítimas Chuchupa A y Chuchupa B, para limpiarlo, adecuarlo y sacarlo al mercado. Plataformas que también son operadas por Hocol.
A estos puntos en el mar son llevados diariamente casi 40 trabajadores como ingenieros operadores de los campos, de mantenimiento y seguridad. “Salimos de Riohacha tipo 5 y 30 o 6 de la mañana y estamos regresando a las 5 o 6 de la tarde. Hacemos todo el trabajo para que unas plantas grandes extraigan el gas que es enviado a Ballena por medio de tuberías bajo el mar”, describe Andrés Manuel Hoyos.
Estos pozos tienen más de 40 años produciendo, aunque por mucho tiempo estuvieron en manos de Chevron y desde el primero de mayo de 2020 pasaron a manos de Hocol. Solo hasta hace un año fue posible la conformación del sindicato: “Los compañeros que estaban anteriormente, estaban como oprimidos, porque si usted iba a reclamar una hora extra u otra cosa, enseguida lo echaban”, comenta el tesorero de la USO, La Guajira.
Fue así que, con el acompañamiento de la Junta Nacional de la USO se realizó la primera reunión en Riohacha, en la que hubo 49 afiliaciones. Los primeros en organizarse en la nueva subdirectiva fueron los obreros de Massy Energy quienes eran los de peores condiciones, como lo expresa el líder sindical guajiro: “Si nos querían dejar trabajando toda la noche allá en las plataformas marítimas, nos dejaban; no reponían las horas extras que laborábamos, pero gracias a Dios y gracias a la ayuda de la Unión Sindical Obrera se nos dio todo, porque se hizo una reunión con la empresa, la junta nacional y dos trabajadores y, con el sindicato las cosas comenzaron a cambiar”.
Según la dirigente nacional de la USO, Martha Lucía Orozco, por muchos años se intentó la creación de esta subdirectiva, pero todas las empresas del departamento se coordinaban para no permitirlo, incluso, despidiendo a cualquiera que hablara de organización sindical.
Cambios sustanciales
Las reacciones patronales no se hicieron esperar, apenas iniciaron con la organización Massy Energy despidió a 45 trabajadores, incluido un líder sindical que luchó por la creación del sindicato. Hasta el momento han logrado la reincorporación de un 80% de ellos, aunque no del dirigente.
Entre las mejoras está que los salarios básicos fueron incrementados de un millón 270 mil a un millón 800 mil, con retroactivo a cinco meses, y les pagan la alimentación, entre otros aspectos. Aunque después, con la convención colectiva el básico se incrementó a dos millones 300 mil pesos.
Muchos trabajadores vieron los cambios obtenidos con la pelea, la organización y la afiliación a la USO, lo que provocó un incremento en las afiliaciones: “Los trabajadores hoy en día nos felicitan, están contentos con este sindicato porque les mejoró las condiciones laborales y el trato digno”, anota el dirigente sindical.
En este momento hay una convención colectiva con Massy Energy, ejemplo que sirvió para que trabajadores de las otras empresas se empezaran a afiliar a la USO y a mejorar las condiciones laborales en sus empresas, como en el caso de la firma de alimentación donde la situación ha mejorado en un 80%, como lo asegura Andrés Manuel Hoyos, y en aspectos salariales y de contratación porque ya no existen los contratos por 10 o 15 días.
Crecimiento y consolidación
“Cuando empezamos en el sindicato, Hocol -que es la filial de Ecopetrol- nos miraba con desprecio porque logramos muchas cosas que nos estaban quitando. También la empresa Eseco limitada, que hace trabajos locativos, pagaba cada 45 días o dos meses a los trabajadores a quienes afiliamos, nos reunimos con el gerente quien no nos recibió bien y se declaró en quiebra. Hubo una mesa de diálogo con ellos y Hocol y hubo el compromiso por parte de Hocol de restituir a esos trabajadores en Massy Energy”, manifiesta Andrés Manuel Hoyos.
Actualmente, en estas empresas hay alrededor de 350 trabajadores de los cuales 200 están afiliados al sindicato, y esperan que se respeten sus derechos y crezcan las afiliaciones; justamente cuando Hocol tiene una licitación para los trabajos locativos y de mantenimiento en la que el sindicato exige que, si no sigue Massy Energy, los trabajadores que hay sean contratados por quien gane la convocatoria.
De esta manera, en la primera semana de octubre, esta subdirectiva celebra su primer año de haber sido creada, oportunidad para que Andrés Manuel Hoyos Madera enviara un mensaje a quienes no se han afiliado: “Los invito a que se afilien para que hagan valer sus derechos, para que como sindicato estemos dando la pelea hasta que la dignidad se vuelva costumbre”.