viernes, julio 26, 2024
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Cien días de cambio

El Gobierno nacional gana el pulso en el Congreso de la República, pero enfrenta dificultades en lo político y una aguda guerra comunicacional

Hernán Camacho
@camachohernan

En sus primeros cien días de mandato, que se cumplen el próximo 15 de noviembre, el Gobierno nacional ha sabido jugar a la política con las reglas del Establecimiento y sus formas de hacer gobierno. Pero una cosa es orientar la política, otra negociarla con los gremios en el parlamento y otra lidiar con la opinión adversa al gobierno que se construye día a día en la unanimidad editorial desplegada por los medios de comunicación tradicionales.

El Gobierno ha decidido acompañarse de las fuerzas políticas que lo llevaron a la victoria. La izquierda, unos sectores con mayor o menor participación en los altos cargos del gobierno, pero en general, todas las fuerzas políticas con personería jurídica que conforman el Pacto Histórico están en cargos de dirección. Asimismo, a personalidades democráticas y organizaciones sociales también se le han asignado responsabilidades en la rama del poder ejecutivo.

Gabinete presidencial

La elección del gabinete ministerial del primer gobierno de izquierda en la historia está cargada de representatividad e intencionalidad política. El presidente Petro ha elegido hombres y mujeres con legitimidad probada en los sectores donde el ejecutivo necesita abnegados liderazgos.

Para dar algunos ejemplos, para sacar adelante el estatuto del trabajo eligió a Gloria Inés Ramírez, destacada dirigente sindical y militante comunista con experiencia parlamentaria; para cultura, escuchó el consenso al interior del sector y nombró a una institución en el ámbito artístico como la maestra Patricia Ariza. En el Ministerio del Deporte el liderazgo proviene de una campeona olímpica hecha a pulso como María Isabel Urrutia. Para reformar el sistema de salud, la elegida es la galena y politóloga Carolina Corcho.

Cada ministerio tiene una impronta, incluso aquellos que no hacen parte del Pacto como el Ministerio de las TIC en manos del Partido de la U, los liberales con Vivienda e Interior, Educación para sectores verdes y centro, o los conservadores con Transporte. Hasta ahora esta distribución responde al cálculo no solo en la conformación de mayorías para el parlamento, sino fundamentalmente para una gobernabilidad tranquila.

La elección del gabinete es un mensaje de confianza para la realización del programa ‘Colombia, potencia mundial de la vida’. Por ejemplo, la cartera de Minas y Energía evidencia la voluntad de cambio en la política energética del país privilegiando los derechos de la naturaleza. Y para ratificar la narrativa en defensa de la naturaleza, el propio presidente ha perfilado en escenarios internacionales, como la Asamblea General de la ONU o en su reciente participación en la COP27, el horizonte político ante una problemática estructural como el cambio climático.

La política del parlamento

En el Congreso de la República tanto la bancada del Pacto Histórico como el Gobierno nacional se han puesto en la tarea de liderar la hoja de ruta para aprobar proyectos estratégicos, como la llamada ley de “Paz Total” y la reforma tributaria, el reajuste en el Presupuesto General de la Nación y la ratificación del Acuerdo de Escazú.

A pesar de algunas críticas, el Ministerio del Interior viene cumpliendo con la agenda legislativa, pues trabaja no solo los proyectos ya nombrados sino también reformas como la política, la Jurisdicción Agraria o la reducción de los altos salarios que ostentan los congresistas.

Por su parte, la reforma tributaria tiene particular significado no solo por ser radicada con mensaje de urgencia en cabeza del ministro de Hacienda José Antonio Ocampo, sino por ser el proyecto fiscal del cambio, instrumento necesario para ir saneando las finanzas públicas y así saldar la deuda social con el pueblo colombiano.

Al respecto, los gremios económicos le apostaron desde el principio a deslegitimar el proyecto fiscal del gobierno Petro. Si bien el Gobierno nacional fue criticado por la demora en la radicación del proyecto, la negociación entre partidos políticos, gremios de la producción y sectores económicos se alargó hasta el último día del debate final, que entre otras cosas se prolongó por casi 30 horas de discusión.

A propósito de lo anterior, es necesario identificar que en el Congreso hay bancadas multipartidistas que representan sectores económicos que tienen claros intereses en los temas que se tramitan al interior del parlamento. Un ejemplo de ello, son los congresistas patrocinados por los ingenios azucareros que, sin importar partido, rechazaron el impuesto a las bebidas azucaradas y los alimentos ultraprocesados.

Más allá de las tensiones, la reforma tributaria es el tema más importante en la actualidad política del país. Por eso su reciente aprobación en el Congreso de la República, fruto de un complejo proceso de negociación política, es una incuestionable victoria política para el ejecutivo.

La oposición política

En los primeros cien días de su gobierno, Petro reconoció en Álvaro Uribe al principal interlocutor de la oposición. Lo recibió en dos ocasiones, una como presidente electo y otra en la Casa de Nariño, este último encuentro a propósito de los debates derivados del proyecto de reforma tributaria.

De igual forma, ha negociado la compra de tierra productiva para la reforma agraria con un gremio hostil como la Federación Colombiana de Ganaderos, Fedegan, liderada por el dirigente de extrema derecha José Félix Lafaurie.

La oposición política al Gobierno de Petro la hacen Cambio Radical y el Centro Democrático que buscan cohesionar un mensaje de derecha para quedarse con una parte del electorado decepcionado con los partidos políticos tradicionales que, como el conservador, hoy hacen parte del gobierno. El expresidente Germán Vargas Lleras ve en la división del Centro Democrático una oportunidad de cara a las elecciones locales del próximo año para así ganar la vocería única de la derecha.

La otra oposición

En la disputa por la agenda mediática la cancha está desequilibrada. Mientras el Gobierno ajusta su estrategia de comunicación, no deja de enfrentar a diario ataques ante las debilidades, los ruidos innecesarios en contratación y salidas en falso por parte de funcionarios inexpertos.

Aún hay decisiones pendientes en cargos estratégicos. La dirección del Sistema de Medios Públicos, RTVC, aún es interina. Este sector es importante por la proyección de las emisoras, canales de televisión y su fuerza en redes sociales que servirá de apalancamiento para construir una política de medios alternativos, populares e independientes que desarrolle el sector y facilite democratizar el acceso a la información en el país.

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