José Ramón Llanos
“Cuando suenan los cueros y acompañan las maracas y también se oye una trompeta, las muchachas enloquecen.” Y los muchachos aprovechan, agregamos nosotros. Los pies parecen uncidos al piso, las caderas se arrebatan las parejas se funden en un sólo torbellino, y semejan uno. Entonces se produce lo que los barranquilleros llaman “el amacise fecundo.” El ambiente se alborota y toda la comunidad parece electrizada, como posesa de los dioses de la rumba. Esta alegre barahúnda, todos los años se vive en el Carnaval de Barranquilla. Pero de pronto, oh maravilla, se trasladó a Bogotá, el 15 de agosto de 1985, durante el Séptimo Festival de VOZ, cuando cantaron Celina y Reutilio, el dúo que suena como un trío, pero que incita a bailar como cualquier orquesta, cuando aparece en el escenario su conjunto Campo Alegre.

Con una guaracha conquista La Habana
Una de las voces más célebres de la canción guajira cubana, paradójicamente hace su entrada afortunada en el mundo musical de la tierra de Nicolás Guillén, no con una composición del punto cubano, sino con una guaracha. Fue con una canción de letra original del dúo titulada Santa Bárbara, nombre de una socorrida deidad caribe, que siempre le responde milagrosamente a sus creyentes. Creencia o certeza, el hecho evidente, es que Santa Bárbara, sin que mediara palabra o plegaria alguna, le hizo el milagrito al periódico de esos supuestos ateos comunistas y les repletó el Coliseo El Campín.
Por cierto, el Festival de VOZ fue la puerta de entrada de Celina por primera vez a Colombia. Después se pasearía siempre guapachosa por el amplio escenario del territorio nacional.
Orquestas, danzas y cantantes a tutiplén
Una multitud abigarrada, paseaba sus emociones y encantada, casi abrumada por la presentación estelar de un mundo de artistas: Daniel Viglieti, intérprete de canciones de contenido social y románticas, que trajo a la altiplanicie bogotana el susurro de su voz y el seductor carisma de su personalidad, desde tierras australes. Cuando en su voz se oyeron La memoria de Camilo y A Desalambrar, la colectiva alegría dio paso a una gran emoción. Desde las lejanas tierras de Pushkin, las voces e instrumentos del conjunto de Vladimir Nazarov, nos sedujeron con los sonidos de canciones populares de su folklor.
El prestigio en Colombia y América del Festival de VOZ, lo valida la amplia gama de artistas, orquestas y conjuntos de música que cada año desfilan por los escenarios del evento del periódico de los comunistas. Nos perdonan los lectores el extenso listado, pero debemos mencionar a todos, aparte de los ya citados, participaron en el evento: Delia Zapata Olivella y su grupo; Papayera del Tecal, Danzas de la Universidad Nacional, Alexis Urbina; Caña y Santana, Canto Rodado; Grupo Liberación, Los Cachifos; Ballet Quimbaya, Tierra Colombiana; Los Cachilapos. El Dúo de Amparo y Mario; Gustavo Vivas, Jaime Quintero y su guitarra, Después de Todo, Ayllú 2001, Grupo Latinoamérica, los Hermanos Polo y la Charanga de la Candela.
Música y músicos ecuatorianos
El país de Rafael Correa se hizo presente en el Séptimo Festival con una delegación de artistas muy representativa de la canción protesta y de los ritmos de salsa. Los conjuntos Pueblo Nuevo, Promesas Temporales; Liberación y Rumbasón, hicieron gala de su calidad y gran profesionalismo en todas sus actuaciones. Este último conjunto es un intérprete de élite de salsa y de música que engalana todos los rumbeaderos donde ejecuta sus ritmos.
No es posible por cuestión de espacio y tiempo rememorar otras actividades del exitoso Séptimo Festival de VOZ, sin embargo consideramos que lo escrito puede convertirse en una invitación para reeditar ese evento memorable, en el 29 Festival en agosto del presente año. Los Cincuenta de Joselito y el Burro Mocho, con su larga experiencia garantizan una jornada musical muy movida. Anochecerá y nos moveremos.