viernes, marzo 29, 2024
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“Castrochavismo” y deporte

Ya es normal ver el oportunismo de burócratas y politiqueros cuando sacan pecho con los triunfos internacionales de los deportistas que no han apoyado. No hay políticas serias para la formación de atletas. Inversión para atletas: Vergüenza colombiana.

Juan Carlos Hurtado Fonseca
@aurelianolatino

Cuando un deportista colombiano triunfa en el exterior, lo primero que hace es agradecer a Dios, a su familia, a sus seguidores y pedir ayuda para el deporte nacional. El último en hacerlo fue el ciclista nariñense Darwin Atapuma, quien el pasado 23 de agosto, al obtener la camiseta de líder de la Vuelta a España en la cuarta etapa, dijo: “Pido a mi país más apoyo al ciclismo. Últimamente se ha visto que el ciclismo colombiano está en lo más alto en Europa y en cualquier parte del mundo, y nuestras escuelas necesitan más apoyo para conseguir más campeones”.

Pero fue igual de vergonzoso para el Estado que los competidores olímpicos en las pasadas justas de Río de Janeiro hicieran pronunciamientos que muestran el desdén con el que los gobernantes miran el deporte nacional. La medallista de bronce en boxeo femenino, Íngrit Lorena Valencia, comentaba que aspiraba subir al podio también pensando en ir asegurando el futuro de su hijo; el medallista de oro en boxeo, Óscar Figueroa, dijo al término de su competición que el presidente de la República, Juan Manuel Santos, le había incumplido con la construcción de un coliseo, como se lo había prometido cuando fue medalla de plata en los Olímpicos de Londres. El apoyo a los deportistas llega cuando estos ya han obtenido triunfos, pero no para su formación.

De monstruos y libertades

Por otra parte, en Venezuela -una de las cunas de ese monstruo de siete cabezas que avanza sobre América Latina para plagarla de atraso y miseria, que los grandes intelectuales y politólogos colombianos han llamado “castrochavismo”-, el pasado 22 de agosto, el presidente Nicolás Maduro accionó un plan para que cada uno de los 1.500 deportistas de alto rendimiento de esa nación reciba viviendas dignas, y otorgó los recursos necesarios para un ambicioso plan de preparación de los atletas que participarán en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020.

El plan incluye la masificación de la práctica de todas las disciplinas y el aumento en 50% de las becas deportivas para atletas de alto rendimiento. “Tenemos que masificar el deporte, captar a muchos más jóvenes talentosos para que sigamos demostrando que Venezuela es grande; por eso, cuenten con mi apoyo para crear nuevos espacios, centros e instituciones deportivas que recluten a las nuevas generaciones”, dijo el mandatario.

Pero el mismo 22 de agosto, en Colombia -el país de la democracia más antigua de Latinoamérica, de las libertades y el progreso-, Coldeportes anunció que para el año 2017 habría un recorte para el deporte en el presupuesto nacional.

La directora de esa entidad, Clara Luz Roldán, dijo que en 2015 se recibieron en inversión y funcionamiento 436 mil millones de pesos, mientras que para 2016 le fueron asignados 412 mil millones y ahora el techo que les dieron inicialmente es de 299 mil millones; cerca de un 27,5% menos.

El anuncio cayó como un baldado de agua fría para los atletas aficionados y profesionales, más después de que el país hizo su mejor presentación en Juegos Olímpicos al haber ganado tres medallas doradas.

El jefe de la misión de Colombia en los Juegos de Río, Ciro Solano, dijo que el recorte hará graves daños al deporte nacional si se tiene en cuenta que con el actual hay federaciones que reciben muy poco. “Por ejemplo: la de atletismo recibe 150 mil dólares al año, unos 450 millones de pesos. Eso es evidentemente insuficiente: la sola participación en el Mundial Juvenil es del orden de los 200 millones de pesos”. Añadió que desde antes de la cita en Brasil tenían conocimiento del recorte e hicieron su mejor esfuerzo para ver si los congresistas reaccionaban y cambiaban su decisión. 

El malestar general que causó la decisión, expresado en redes sociales y en algunos medios de comunicación, sumado a la incorporación de alrededor de 150 deportistas más al programa Deportista Apoyado, en el que están quienes se proyectan como medallistas, hizo que el pasado 31 de agosto el presidente Juan Manuel Santos anunciara que no recortará sino que incrementará en 50 mil millones de pesos el presupuesto para 2017. Lo que, según entendidos, es ínfimo.

Deporte bloqueado

En Cuba, la otra cuna del monstruo, la práctica del deporte a nivel recreativo y competitivo hace parte vital de las políticas sociales del Estado, porque es reconocida como un derecho del pueblo, capaz de transformar costumbres sociales y ayudar en el desarrollo integral de los seres humanos. Es por eso que la Isla le destina grandes recursos, al punto de haberlo convertido en una de sus prioridades.

Inmediatamente después de la toma del poder por parte de los revolucionarios, se inició un proceso para la incorporación de todos los sectores de la población a la educación física, el deporte y la recreación saludable.

Los resultados han sido reconocidos por organismos internacionales como la Unicef. José Juan Ortiz, representante de esa entidad en Cuba, expresó: “El deporte es una escuela para la vida, fragua de valores y hoy no todos los niños tienen derecho al juego, a la educación física escolar; hemos visto que Cuba y su sistema social priorizan esta vital actividad para el desarrollo infantil”.

En medio de las dificultades generadas por el bloqueo económico, los cubanos han desarrollado una importante infraestructura. La inversión ha servido para que ese país con menos de 12 millones de habitantes haya obtenido altos estándares de salud y 72 preseas de oro en Juegos Olímpicos desde 1959, sin haber participado en los de Los Ángeles (Estados Unidos) en 1984 ni en los de Seúl (Corea) en 1988.

Urge inversión

El periodo de posguerra que está iniciando en Colombia debe ser la oportunidad para que la sociedad exija a sus gobernantes programas integrales para la promoción y masificación del deporte en todos sus niveles, desde recreativo hasta de alto rendimiento.

Lo que pasa por multiplicar los presupuestos para educación y deporte, con infraestructura para escuelas en todas las disciplinas a lo largo y ancho del país. Recursos que pueden salir de los necesarios recortes que hay que hacer al presupuesto del Ministerio de Defensa.

De no ser así, los futuros medallistas tendrán que seguir haciéndose solos, vendiendo loterías o empanadas, haciendo bingos y recibiendo el apoyo de sus familias para poder ir a triunfar, pensando en mejorar sus condiciones de vida.

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