La ofensiva del movimiento Hamás y las particularidades del conflicto con la respuesta desproporcionada de Israel, han sepultado, de momento, un proceso de normalización de las relaciones entre la entidad sionista con varios de los Estados árabes
Alberto Acevedo
A pesar de que el desarrollo del enfrentamiento entre Israel y las fuerzas de la resistencia palestina viene reportando un costo terrible en materia de muertos, heridos y destrucción material, particularmente en la Franja de Gaza, hasta el punto de que crece la probabilidad de que la conflagración se extienda a una guerra generalizada en el Oriente Próximo; el conflicto logró captar la atención del mundo, después de un largo periodo en el que se seguían cometiendo las mismas matanzas y violaciones a los derechos humanos por parte de Israel, pero el mundo se mostraba indiferente al destino de los palestinos.
Además, la ofensiva del movimiento Hamás y las particularidades del conflicto con la respuesta desproporcionada de Israel, han sepultado, de momento, un proceso de normalización de las relaciones entre Israel con los Estados árabes. Estos dos aspectos, señalados en un artículo reciente por el politólogo ruso Prójor Tebin, hacen parte de una serie de cambios en la geoestrategia regional del Medio Oriente y de Occidente, que impone el conflicto en Gaza.
Para otros observadores, la crisis actual en Palestina es una etapa más de un proceso de realineación mundial, que comenzó a principios del presente siglo. Las guerras en Europa Oriental, las del Cáucaso y ahora el conflicto en Oriente Medio, son expresiones principales de ese reacomodo. En el Cáucaso se presentaron conflictos en Nagorno Karabaj, entre Armenia y Azerbaiyán, en Osetia del Sur. Tras la caída de la URSS, esa región, donde hay más de cincuenta grupos étnicos, ha sido escenario de varios conflictos.
Campos minados
Tras la caída de la Unión Soviética, de una estructura bipolar del mundo se quiso pasar a una unipolar, hegemónica, que ahora se hace añicos. Tras la caída del Muro, quedaron varios ‘campos minados’ que no logran desactivarse, uno de los cuales es el que explota ahora entre Israel y Palestina, en una nueva dimensión de la guerra.
Según Prójor Tebin, una de las características distintivas de los conflictos militares actuales, que también se puede observar en el transcurso de la guerra palestino-israelí, es la difuminación de las fronteras entre la guerra y la paz, “el fenómeno de la guerra en vivo” y la sensación de “transparencia máxima de las hostilidades”, vinculado con “la omnipresencia de los smartphones, las redes sociales e internet”.
La inesperada acción de Hamás provocó la condena en buena parte del mundo. Pero la brutal y desproporcionada respuesta israelí también fue objeto de una condena mayor por parte de muchos países. La barbarie sionista provocó el aumento de un sentimiento antiisraelí en el mundo, que se expresa en manifestaciones multitudinarias en apoyo al pueblo palestino, el llamado a consultas de embajadores por parte de muchos gobiernos y la ruptura de relaciones con Tel Aviv por parte de otros.
Guerra regional
Otro aspecto a tener en cuenta es que, ante la barbarie israelí, que conmueve a muchos sectores de opinión, existe el riesgo de que el conflicto en Gaza se convierta en una guerra regional, asunto que depende de Israel y de otros actores, como Estados Unidos, Alemania, Francia y varios países de la Unión Europea.
Esta situación es advertida por el representante del movimiento Hamás en el Líbano, Ahmed Abdul Hadi, quien afirmó que la batalla del Diluvio de Al-Aksa tendrá importantes repercusiones estratégicas en el conflicto con la ocupación y cambiará las reglas del juego y ecuaciones en la región. “La posibilidad de una guerra total es real”, precisó el líder de la resistencia islámica.
En esta perspectiva, se acentúan las contradicciones con Israel y las grandes potencias y surgen otras nuevas, en un proceso de atomización de la región y del mundo, creando una nueva realidad geoestratégica. Por ejemplo, Irán amenaza con asestar un “duro golpe” a Estados Unidos, si permite y tolera el avance de Israel sobre la Franja de Gaza y no facilita un corredor humanitario.
Polarización
El gobierno turco de Recep Tayyip Erdoğan, miembro destacado de la OTAN, condenó el “bárbaro ataque” de Israel contra un hospital de Gaza, que dejó al menos quinientos muertos y decenas de heridos, y aseguró que tales hechos tendrán “represalias”. El gobierno israelí acusó, a su vez, al turco de alinearse con Hamás y defender el terrorismo. Este incidente escenifica la polarización que ya existe en esa parte del mundo y, en general, en Occidente.
El gobierno de Yemen anunció que apoyará la resistencia palestina en su lucha contra la ocupación de Gaza y el genocidio del pueblo palestino. El Frente Popular para la Liberación de Palestina, FPLP, destacó la semana pasada la decisión de Yemen de apoyar la resistencia en su batalla contra Israel.
El movimiento extendió un saludo a la hermana nación, a su ejército y resistencia, “cuya histórica decisión de entrar en el conflicto en solidaridad con Palestina refleja los principios morales, humanitarios y árabes del pueblo de Yemen y su firme liderazgo”.
