La selección Colombia femenina disputó una histórica final contra Brasil, en Quito. Aunque no logró el título, su actuación se destaca en el camino hacia la paridad en el deporte y la proyección olímpica. Marta, ícono brasileño, fue figura clave del encuentro
Anna Margoliner
@marxoliner
El fútbol femenino en América Latina continúa enfrentando obstáculos estructurales: bajos presupuestos, escasa visibilidad mediática y precarización laboral. Sin embargo, las mujeres futbolistas han demostrado que, a pesar de estas barreras, pueden llegar tan lejos como lo permita su talento y disciplina.
En ese contexto, la participación de la selección Colombia en la final de la Copa América Femenina 2025, celebrada el 2 de agosto en la ciudad de Quito, representa mucho más que una destacada campaña deportiva. Es un testimonio del crecimiento del fútbol femenino colombiano, una reafirmación del lugar que las mujeres merecen en el deporte de alto rendimiento, y un paso firme hacia los próximos Juegos Olímpicos.
El camino de Colombia hasta la final
Colombia integró el Grupo B del torneo, comenzando con un empate 0-0 ante Venezuela. Luego goleó 4-1 a Paraguay, con un doblete de Linda Caicedo y goles de Mayra Ramírez y Leicy Santos. El siguiente partido fue una contundente victoria 8-0 frente a Bolivia. Cerró la fase de grupos con otro empate sin goles ante Brasil, clasificando a semifinales en el segundo lugar.
En semifinales, la Tricolor empató 0-0 contra Argentina, logrando el pase a la final tras vencer 5-4 en la tanda de penales. Este fue el cuarto subcampeonato continental de Colombia (tras 2010, 2014 y 2022), consolidando al equipo entre las mejores selecciones del continente. Además, selló su clasificación directa a los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 2028.
Colombia llegó a Quito con una mezcla de experiencia y juventud, encabezada por figuras como Linda Caicedo, Leicy Santos, Daniela Arias y Catalina Usme. El equipo mostró solidez defensiva, capacidad ofensiva y una clara mejora táctica, elementos que abren nuevas posibilidades para el futuro.
Marta: leyenda viva y figura de la final
La final entre Brasil y Colombia fue un partido vibrante, lleno de emociones y goles. Colombia se puso en ventaja en tres ocasiones, pero la estrella brasileña Marta fue determinante para empatar el encuentro, anotar en el tiempo extra y definir la serie.
En rueda de prensa, Marta declaró: “Cuando el equipo me necesita, yo doy lo mejor”, sintetizando su entrega y liderazgo. Además continuó: “Cuando comencé a jugar, no tenía una ídola del femenino. Ustedes no mostraban fútbol femenino. ¿Cómo se suponía que lo iba a ver, que iba a imaginar que podría llegar a la selección, convertirme en lo que soy, en una referencia? Hoy salimos a la calle y la gente no para de hablar, nos dicen: “mi hija te adora, ella quiere ser como tu” Y no es solo con Marta, es con otras jugadoras también. Hoy tenemos nuestras propias referencias.”
Con dos goles en la final y una destacada actuación durante todo el torneo, Marta reafirmó por qué sigue siendo un referente del fútbol mundial. Su experiencia, temple y calidad técnica fueron determinantes para que Brasil se coronara campeón una vez más, manteniendo su hegemonía en el continente con nueve títulos en diez ediciones.
El marcador final fue 3-3 en el tiempo reglamentario, con una paridad lograda por Leicy Santos a través de un tiro libre brillante. En la tanda de penales, la arquera brasileña Lorena atajó el cobro de Jorelyn Carabalí, dando la victoria 5-4 a la Canarinha.
Ligas femeninas en América Latina
A pesar de los avances de selecciones como Brasil, Colombia, Argentina y México, las ligas femeninas de la región siguen enfrentando retos serios. Muchas jugadoras aún no cuentan con contratos estables, acceso a condiciones dignas de entrenamiento o garantías laborales.
México se destaca con su Liga MX Femenil, que ha logrado atraer grandes audiencias, inversiones y visibilidad. Por su parte, Colombia ha dado pasos importantes con la Liga Femenina Profesional, aunque sigue pendiente su sostenibilidad a largo plazo. Otros países enfrentan contextos más adversos, con torneos cortos, bajos salarios y limitada cobertura.
Es claro que el talento existe. Lo que falta es un compromiso estructural por parte de federaciones, gobiernos y medios para darle al fútbol femenino el lugar que merece. La Copa América Femenina 2025 evidenció un crecimiento deportivo notable, pero también una deuda pendiente con las mujeres que hacen parte de este deporte.
Más que un torneo, una reivindicación
La participación de Colombia en la final de la Copa América Femenina no solo visibilizó el potencial de sus jugadoras, sino que renovó el llamado a fortalecer el fútbol femenino en todos sus niveles. Apostar por la equidad en el deporte no es un favor ni una concesión: es un derecho y una urgencia.
Los escenarios deportivos femeninos deben ser fortalecidos desde lo institucional, económico y cultural. Invertir en el fútbol de mujeres es apostar por sociedades más justas, diversas e inclusivas. Cada vez que una selección femenina alcanza una final continental, no solo disputa un título: disputa también un lugar en la historia que durante mucho tiempo le fue negado.