El pasado 6 de junio se celebró un nuevo aniversario de esta colectividad. Desde 1966, varios artistas e intelectuales se propusieron fundar un movimiento teatral independiente. VOZ conversó con cuatro de sus integrantes para conocer su historia y legado
Valentina Bolaño Senior
@Vale_BoSe
La Candelaria se caracteriza por ser un grupo de producción de obras con la metodología de la creación colectiva. Patricia Ariza señala: “Hay varios aspectos de La Candelaria que son verdaderamente paradigmáticos, como la categoría grupo, el cual ha ido desapareciendo por el modelo neoliberal que ensalza el individualismo, por eso, el grupo es lo que nos ha mantenido en la creación de una dramaturgia propia nacional y latinoamericana”.
Patricia Ariza es cofundadora del Teatro La Candelaria y presidenta de la Corporación Colombiana de Teatro, acompaña la celebración rodeada de varias flores que han sido traídas especialmente para la ocasión.
El colectivo está en el momento en el ensayo de Nayra: la memoria, una obra que dirigió Santiago García, cofundador del Teatro. Los artistas caminan, cantan y estiran sus cuerpos en preparación; están nerviosos, es una obra de celebración por su existencia. “Ser artista en Colombia es una práctica de la libertad con responsabilidad, nos preocupamos mucho porque nuestras obras le lleguen al público, y que ayude a transformar el imaginario de la gente. Por eso, hemos permanecido tanto tiempo porque lo que hacemos es útil para la sociedad”, explica Ariza mientras observa a su alrededor.
“No es fácil porque el apoyo para las y los artistas ha sido muy precario, y sostener una sala en un teatro y montar una obra en muy costoso. No ha habido la consideración suficiente porque muchas veces las personas de la política están distanciadas del arte, si estuvieran más vinculadas tendrían mayor afecto por el arte.
»En este gobierno, están cambiando cosas, por supuesto, pero todavía falta, como otorgarle a la paz la dimensión cultural, faltan cosas que estamos construyendo desde la sociedad civil”, continúa Ariza.
Ha sido un reto ser la directora del Teatro La Candelaria, ya que “también hay patriarcado en el teatro y, por eso, hacemos el Festival de Mujeres en Escena por la Paz, porque estamos en la época de la demolición del patriarcado y se presentan espasmos muy violentos de la derecha y, por ello, seguimos resistiendo desde el arte”, finaliza Patricia Ariza.
La memoria

El ambiente festivo sigue. Rafael Giraldo, conocido como “Paletas”, camina el lugar saludando a todas las personas presentes. Él es miembro de planta de La Candelaria desde hace 41 años. Lo dice con orgullo, mientras sonríe: “Es un honor pertenecer a esta institución porque he compartido muchos momentos felices con compañeros y compañeras durante años”.
Aunque no todos los momentos han sido buenos, “no es fácil tener compañeros que por su edad desaparecen, y tener que acompañarlos a su última morada, como fue el caso de Pachito Francisco Martínez, quien militó durante toda su vida, también fue periodista y murió prácticamente en escena.
»También el maestro Santiago García, nuestro fundador, siempre lo acompañamos en su espacio, y hoy lo extrañamos mucho. Es, por eso, que en estos 59 años recuerdo a mis compañeros que hasta el último día de su vida compartieron con La Candelaria”, señala Giraldo.
El arte en Colombia ha estado marcado por las dificultades económicas. Aun así, el artista es perseverante y luchador: “Nos mantenemos firmes en proyectos como La Candelaria, sacrificando incluso nuestro bienestar económico. Somos muchos los artistas que así sea con las uñas continuamos nuestro quehacer creativo”, concluye “Paletas”.
Generar cambios en las personas
Han pasado unos minutos después de la entrevista con Giraldo. Las voces de los artistas en pleno ensayo se escuchan con más fuerza, cuando de pronto se abre una puerta y aparece John Franklin Hernández Vidal ─o ‘Franco’, como lo llaman sus amigos─, un hombre con más de treinta años de trayectoria en el teatro. Se sienta, nos saluda y confiesa: “Estoy nervioso, y es buena señal. Siempre debe haber nervios antes de las obras”.
Empezó a trabajar desde 1998 en la Corporación Colombiana de Teatro, lo que cambió su vida. Por tal razón, desde su quehacer artístico busca “es una oportunidad de generar cambios en los pensamientos, me interesa que las personas cuando vean mi trabajo reflexionen sobre lo que están haciendo y viviendo. Y eso es el arte.
»Cuando el público entra y se deja llevar por la magia, y a la vez lo pone a pensar para que den su opinión, es lo más importante de nuestro quehacer como artistas”.
Está contento por ser parte de la celebración de La Candelaria, pues es uno de los grupos más antiguos en Colombia. Finaliza la conversación expresando: “Nunca hemos pensado que esto debe parar, al contrario, pensamos que esto seguirá por muchos años, porque cada integrante que ingresa al grupo aporta grandes valores, y ayuda a que se mantenga el legado que nos dejó el maestro Santiago García”.
La juventud y el arte
En ese instante llega Judy Moreno, una de las artistas más joven de La Candelaria. Se graduó en diciembre de la Facultad de Artes de la Universidad Distrital y, aunque sus nervios son aún mayores, estira el cuerpo con una sonrisa que le cruza el rostro. “Ser artista es una experiencia muy bonita, el arte me ha cambiado como persona. He podido conocer otras culturas, me he abierto a las emociones, al saber qué es el ser humano y tratar de ser aún más de lo que soy”, afirma con entusiasmo.
Judy es una mujer joven que asume con compromiso la responsabilidad de contar historias a través del teatro. “Es un honor compartir escenario con más mujeres”, afirma con una fuerte convicción. Su paso por La Candelaria apenas comienza, pero ya es parte de la creación colectiva: “Aquí las obras se hacen en colectivo, no se imponen, porque todas las voces son importantes”, concluye.
La creación colectiva ha marcado un hito en el arte colombiano. Por esta razón, la ministra de la Cultura, Arte y Saberes, Yannai Kadamani, anunció el inicio del proceso y la ruta para que esta metodología, desarrollada por el Teatro La Candelaria, sea incluida en la Lista Representativa del Patrimonio Inmaterial del Ámbito Nacional.