La décima edición de la Muestra Itinerante de Cine Africano, Muica, llegará a Bogotá como un espacio que celebra las voces, estéticas y resistencias de este continente a través del cine. La ciudad será escenario de proyecciones, encuentros y diálogos que invitan a mirar África desde sus narrativas
Flora Zapata
Bogotá será sede de una experiencia cinematográfica única del 21 al 25 de mayo: la décima edición de la MUICA, Muestra Itinerante de Cine Africano. Este festival, pionero en Colombia y referente en América Latina, ofrece una ventana vibrante y diversa a los lenguajes del cine africano contemporáneo.
A través de películas de ficción, documentales, animaciones y obras de realidad virtual, la MUICA desafía estereotipos y propone otras miradas sobre África, conectando sus historias con las del sur global y haciendo del cine un territorio de encuentro, reflexión y resistencia cultural.
Salym Fayad, gestor cultural, periodista y fotógrafo colombiano radicado en Johannesburgo, es el director de la Muestra Itinerante de Cine Africano (MUICA), un proyecto pionero que desde 2015 ha transformado el panorama cultural del país al abrir una ventana sostenida y diversa al cine africano contemporáneo.
En entrevista con VOZ, Fayad comparte los retos, aprendizajes y horizontes que han marcado estos diez años de itinerancia, y presenta la programación especial que se llevará a cabo en la capital de Colombia.
Horizonte africano
MUICA nació ante la ausencia casi total de plataformas dedicadas al cine africano en Colombia y en la región. “Cuando empezamos, muchos dudaban de la existencia de una industria cinematográfica africana consolidada, creativa y madura. Incluso algunas autoridades cinematográficas nos miraban con sospecha”, cuenta Fayad.
Sin embargo, esta resistencia inicial se transformó en motivación: la muestra se propuso desmontar estereotipos y visibilizar un cine comprometido, diverso en formatos, géneros y voces, que cuestiona las narrativas dominantes sobre África.
Para Fayad, el cine africano es inseparable de los procesos históricos y políticos del continente. “Está profundamente ligado a las luchas de independencia y a las preguntas del poscolonialismo. Desde los años 60 y 70, ha sido una herramienta de afirmación identitaria, pero también de crítica a los propios procesos de independencia”.
Películas como Ciudad Madre, que estará en esta edición, exploran las grietas de esas victorias proclamadas: el apartheid terminó, pero Sudáfrica sigue siendo una sociedad profundamente desigual. Así, muchas películas africanas funcionan como espejos incómodos, como reflexiones críticas que cuestionan la herencia colonial y los fracasos del presente.
Con los años, MUICA ha logrado sintonizar con los públicos colombianos. Fayad destaca cómo ha cambiado la percepción del cine africano en Colombia: “El consumo cultural sobre África ya no es una rareza. Ahora es habitual encontrar secciones de cine africano en festivales grandes del país, y sentimos que hemos acompañado y aportado a esa evolución cultural”.
La muestra ha trabajado para ampliar el acceso a estos contenidos, tanto desde el punto de vista técnico ─como la traducción y la subtitulación de películas al español─ como desde la itinerancia misma: llevar películas a zonas rurales y urbanas que nunca han contado con una sala ni acceso al cine no comercial.

Conectando desde el cine
Las ediciones realizadas en ciudades como Buenaventura y Tumaco han demostrado la profundidad de las conexiones entre el cine africano y las realidades de las comunidades afrocolombianas. Fayad comenta que: “Desde el principio, fue muy fuerte la identificación de los públicos con películas que hablaban de la tierra, de la cultura en tiempos de crisis, de paz.
»La respuesta fue tan poderosa que decidimos continuar programando en estas ciudades en alianza con líderes e instituciones locales”. Estas alianzas han permitido una curaduría sensible y pertinente, en diálogo con los contextos específicos y las audiencias locales.
La programación de MUICA también ha buscado romper con las representaciones unidimensionales sobre África, apostando por géneros que van más allá del drama social o histórico. Fayad enfatiza que “hay películas de vaqueros, de ninjas, de terror, de animación, de realidad virtual… que abordan temas complejos desde la imaginación y la creatividad”. Esta apuesta ha influido incluso en cineastas colombianos, quienes encuentran inspiración en estos lenguajes para narrar desde otras claves las problemáticas del país.
Uno de los grandes aportes de MUICA es su capacidad para poner en diálogo experiencias y formas de resistencia del sur global. Fayad resalta que las conexiones entre África y América Latina van más allá del vínculo histórico de la diáspora africana: “Tanto en Nairobi como en Buenaventura, vemos cómo el arte y la cultura se convierten en formas de resistencia frente a las desigualdades, la pobreza, los conflictos. Y este paralelo lo queremos resaltar en la programación, incluyendo también películas afrodiaspóricas y afrocolombianas”.
Una invitación
En su décimo aniversario, MUICA no solo celebrará en mayo con una programación especial en Bogotá, sino que lanzará una retrospectiva con las cinco películas más queridas por el público en ediciones anteriores. Esta retrospectiva, compuesta por largometrajes de ficción de la sección Hecho en África, estará disponible desde junio para entidades culturales y gestores locales en todo el país, en un esfuerzo por seguir expandiendo el acceso al cine africano.
Finalmente, Salym Fayad extiende una invitación a todo el público: “La MUICA se celebrará en Bogotá del 21 al 25 de mayo con una programación vibrante, crítica y creativa. Son películas que cuestionan, emocionan, movilizan. Es una oportunidad para mirar a África desde otras perspectivas, más cercanas, más humanas, más diversas. Los esperamos para compartir esta fiesta del cine africano en nuestro décimo aniversario”.