Rubén Darío Arroyo Osorio
Con su demagogia natural, el presidente de la república sigue diciendo que el proceso de paz con las FARC va bien, pero le gustaría que fuera más rápido. Mientras tanto sigue distrayendo a los universitarios con mensajes ambiguos acerca de la reforma de la Ley 30 del 92, y las universidades del país demuestran que la crisis se ha profundizado más.
Por ejemplo el aumento de matrículas en pregrado en las 32 universidades públicas pasó de 159.218 estudiantes en 1993 a 529.487 en 2011,es decir un 232%, y los recursos del estado apenas han crecido en un 80%, según lo confirma el presidente del SUE. Además los presupuestos de las universidades públicas aumentan en pesos constantes, por eso han tenido que ser actualizados con el IPC. Estos presupuestos solo reciben un 55% de dineros del estado y el restante 45% provienen de recursos propios. Resaltando nosotros que algunas universidades sobrepasan estos límites en su propia autofinanciación.
La MANE tiene la palabra, pero también los docentes, los empleados de las universidades públicas y los padres de familia que a la postre ven truncada la esperanza de tener a sus hijos estudiando en una universidad pública de calidad y con garantías para la culminación de sus estudios, un posible puesto de trabajo y un alivio a sus exiguos salarios.
La reforma al sistema de salud no ha dado ningún resultado favorable a los pobres, ni a los ancianos, ni a los hijos de los trabajadores. Continúa la cadena de fallecimientos por el paseo de la muerte, falta de medicamentos, ambulancias, médicos especialistas, hospitales y puestos de salud con relación al número de pacientes.
Aún los colombianos no terminamos de digerir la reforma tributaria y ya el gobierno de Santos anuncia la nueva reforma del sistema pensional so pretexto de ampliar la cobertura del 28% de los trabajadores del país que cotizan al sistema pensional colombiano, y ayudar a los pobres ancianitos desprotegidos con nuevos y mejores subsidios que mejoren sus condiciones de vida por curso de la solidaridad del resto de pensionados que sí cotizan, es decir el gobierno garantiza que 1.650.000 pensionados aumentaría gradualmente.
Otras opiniones como la de Asofondos dice que: “de los afiliados al régimen público apenas un 13% se va a pensionar, ya que los subsidios del régimen de prima media están mal focalizados, mientras que en el privado se jubilarían entre el 30% y el 40%, cifra que es mayor, pero tampoco cubre a la mayoría de la población… Una de cada tres personas mayores de 65 años tiene una pensión de vejez, nueve de cada 100 cotizantes se jubilaría en régimen de prima media y alrededor de 11 de cada 100 colombianos lo haría en el régimen privado…”.
¿Dónde está la equidad? ¿Por qué el gobierno insiste en imponer reformas sin consultar y menos concertar con los afectados con dichas reformas? Así las cosas, siguen llegando reformas que matan.