Era el único hospital que funcionaba en Kunduz, ciudad en disputa entre talibanes y tropas afganas. En este centro de Médicos Sin Fronteras había 105 pacientes. El ataque fue «prolongado», según la organización. La aviación norteamericana anuncia una investigación de estos “daños colaterales”.
Al menos 19 personas han muerto y otras 37 han resultado heridas en el bombardeo de la aviación de Estados Unidos sobre el hospital de Médicos Sin Fronteras en la ciudad afgana de Kunduz, según el último balance de la propia organización. Entre los muertos hay 12 trabajadores de MSF y siete pacientes, entre ellos tres niños. Entre los heridos hay 19 trabajadores de MSF, además de 18 pacientes y cuidadores.
La ONG ha advertido en su último comunicado que este ataque supone una «grave violación del Derecho Internacional Humanitario» y pide todos los datos sobre el bombardeo y una investigación independiente de lo ocurrido.
El hospital fue objeto de un ataque aéreo estadounidense entre las 2:08 y las 3:15 am. El edificio principal del complejo hospitalario, que acoge la unidad de cuidados intensivos, las salas de urgencias y el ala de fisioterapia, fue «atacado de forma reiterada y precisa» cada 15 minutos, mientras que los demás edificios quedaron indemnes.
«Las bombas impactaban y después se podía escuchar al avión haciendo círculos», ha explicado el responsable de Programas de MSF en el norte de Afganistán, Heman Nagarathnam. «Hubo una pausa y después cayeron más bombas. Para cuando salí de la oficina el edificio principal del hospital estaba ya envuelto en llamas. Quienes pudieron corrieron a los dos búnkeres del edificio, pero los pacientes que no pudieron escapar murieron calcinados en sus propias camas», ha relatado.
MSF denuncia que habían enviado hace días las coordenadas GPS del hospital tanto a la OTAN como a las autoridades afganas, pese a lo que el bombardeo continuó «durante 30 minutos después de que se informara a responsables militares de Kabul y Washington».
Tras el ataque, el equipo de MSF improvisó un quirófano en una de las estancias que no había sido dañada e intentaron salvar la vida a los heridos. Algunos de los heridos más graves fueron trasladados al hospital de Puli Jumri, a dos horas de distancia por carretera.
«Además de causar la muerte de nuestros compañeros y pacientes, este ataque ha cercenado el acceso de la población de Kunduz a una atención sanitaria urgente por traumatismos en un momento en el que estos servicios son de los más necesarios», ha destacado Nicolai. «Una vez más, pedimos a todas las partes en contienda que respeten a los civiles, las instalaciones sanitarias y al personal médico en conformidad con el Derecho Internacional Humanitario», ha añadido.
El hospital de MSF en Kunduz ha tratado a casi 400 personas en los últimos días, marcados por la ofensiva talibán que permitió a los insurgentes hacerse con el control de la ciudad de Kunduz.
Cuando se produjo el ataque aéreo sobre el hospital a primera hora del sábado había en el centro 105 pacientes, sus cuidadores y más de 80 miembros nacionales e internacionales de MSF.
«Daño colateral» al único hospital de la zona
El portavoz de las tropas estadounidenses en Afganistán, el coronel Brian Tribus, reconoce que el bombardeo al hospital puede ser un daño colateral causado por sus aviones. Hubo un «ataque aéreo en Kunduz a las 2.15 hora local (21.45 GMT del viernes) contra individuos amenazando al contingente». «El incidente está bajo investigación», indicó Tribus.
Kunduz es una ciudad estratégica para las comunicaciones del norte del país. Desde el lunes es escenario de combates entre los talibanes y las tropas afganas, que cuentan con apoyo aéreo estadounidense.
La OTAN, que como parte de la misión Apoyo Decidido cuenta con alrededor de cuatro mil militares en tareas de asistencia y capacitación, también ha participado en la campaña en apoyo sobre el terreno a las tropas afganas. Estados Unidos mantiene una misión de combate en el país con una dotación de 9.800 soldados que tiene previsto permanecer en Afganistán hasta final del año.