viernes, abril 19, 2024
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15 Congreso de la JUCO: A juntar rebeldías para mirar hacia la paz

Con el lema “Vencer la guerra y los cien años de soledad, juventud unida para un Macondo en paz”, la Juventud Comunista Colombiana realiza su máximo evento de dirección para ajustar sus planes, elegir nueva dirección y preparase para continuar en la construcción de la unidad

Juan Carlos Hurtado Fonseca
@aurelianolatino

“Muchos años después han transcurrido, desde que el coronel Aureliano Buendía se encontró frente a un pelotón de fusilamiento. (…) Macondo y sus tragedias pareciera ser una ficción pero es más bien nuestra cruda realidad. La crisis civilizatoria del sistema capitalista no termina de agotar nuestros grado de asombro. Crisis y destrucción son los sinónimos de la actual etapa que vivimos”.

Así inicia su presentación la cartilla de las tesis que discutieron en el 15 Congreso de la Juventud Comunista Colombiana más de 300 jóvenes delegados de todo el país, con asistencia de organizaciones hermanas de otros países. Y es la manera como la organización política juvenil más grande e importante de Colombia ve la realidad de la nación y el mundo. Una realidad que no aceptan y a la que han decidido enfrentarse para transformarla a favor de los débiles y los excluidos.

Del 6 al 8 de diciembre, en Bogotá, los delegados discutieron las más de 330 tesis que contenían argumentos de análisis acerca del contexto mundial y la crisis capitalista; el proyecto de Santos: la paz de la prosperidad neoliberal; el crecimiento y consolidación en varias regiones de la organización juvenil; las peleas que vienen para el conjunto de los jóvenes; y ajustaron su sistema educativo. También eligieron una nueva dirección nacional, conformada por William Monsalve, quien fue ratificado como secretario general; Marcel Guarnizo; Deisy Aparicio; Cindy Pérez; Jhony Marín; Ivanovich Jiménez y Omar Gómez.

En su acto de inauguración recibieron saludos de organizaciones juveniles revolucionarias de Brasil, Ecuador, Chile, Cuba, Argentina, Perú, México, y de procesos nacionales como Marcha Patriótica y las Juventudes Socialdemócratas del Partido Liberal, entre otras.

Algunos saludos

La delegada de las Juventudes Comunistas de Chile, Paz Carmona, saludó a su organización hermana y destacó el aporte que debe hacer la juventud a las transformaciones que se dan en América Latina, y el cuidado a tener con la derecha que se moviliza para recuperar terrenos perdidos.

“Existe un orden que se resiste a caer. La derecha y las distintas fuerzas reaccionarias se movilizan en las calles, en la prensa, se aferran para mantener sus privilegios. Debemos buscar una mayoría política y social transformadora. Para ello debemos ser más, más organizados, más alegres.”

El saludo de la Unión de Jóvenes Comunistas de Cuba (UJC) estuvo a cargo de Jesús Rafael Mora, quien explicó cómo hay una contraofensiva del imperialismo que quiere detener los avances de la izquierda en América Latina, con nuevos métodos de guerra no convencional para colonizar ideológicamente y dividir, métodos que deben ser enfrentados si se quiere lograr una definitiva independencia.

Carlos Lozano, director de VOZ, saludó a nombre de la redacción del periódico y de los voceros nacionales de Marcha Patriótica. Hizo énfasis en la terquedad que hay que tener para sacar adelante el proceso de paz, pues cada vez más hechos demuestran que éste no tiene solución militar. Destacó cómo crecen los sectores que apoyan y exigen la continuidad del proceso, aun con las grandes contradicciones que hay en la mesa donde se enfrentan los intereses de la derecha y los del pueblo colombiano que busca una sociedad con justicia social.

“Santos ha propiciado el proceso pero cree que conversa con una guerrilla derrotada por lo que le da más importancia a la desmovilización que a los cambios democráticos”, explicó Carlos Lozano.

Llamó a la JUCO a ayudar en la construcción del Frente Amplio como movimiento alternativo con opción de poder, que garantice la paz por medio de un gobierno democrático.

Retos

A su turno el secretario general del Partido Comunista, Jaime Caycedo, destacó el momento de cambios que se desarrollan en América Latina y la necesidad de ahondar en los sucesos del ámbito internacional ya que no se está ante una época de cambios sino ante un cambio de época, para entender que eso compromete a Colombia y la ubica en ese contexto de luchas sociales.

Explicó cómo el imperialismo intenta reconstruir un bipolarismo para enfrentarse a los países que no se sujetan a sus pretensiones, e invitó a analizar los cambios en Latinoamérica ya que se han arreciado los intentos de la derecha para frenar avances. “No vemos una América Latina ni rendida ni arrodillada ni a la defensiva, al punto que nuestro proceso de la búsqueda de la paz es ponderado en el continente como parte de una lucha por cambios profundos.”

Esclareció que la salida hacia cambios democráticos pasa necesariamente por la solución política de una forma de guerra civil prolongada o modelo contrainsurgente anticomunista, que ya fue derrotado en Latinoamérica pero que rige la vida política de Colombia a un alto costo humano y económico. Pero que, además, amarra al país a un colonialismo norteamericano que hace ver a los colombianos como enemigos internos y hace que se maten entre hermanos.

Anotó que gracias a la presión social e internacional hay conversaciones en La Habana a favor del desescalamiento de la guerra, punto que ha tenido que ser aceptado por el gobierno.

Llamó a la JUCO a reflexionar sobre la necesidad de que el Frente Amplio tome la iniciativa de abrir un diálogo con toda la sociedad colombiana, y de tomar distancia de todas las formas de la politiquería para participar en unidad en las elecciones locales del año 2015. Además, hacer un esfuerzo explicativo para desde la base desarrollar formas de organización y movilización popular. De esa manera, encontrar formas de cogobierno que exijan cambios para una paz duradera.

William Monsalve, secretario general de la JUCO, cerró el evento con unas reflexiones de las que se publican algunos partes: “Cien o más años de soledad han pasado por estas tierras indómitas, mágicas y de telúricas convulsiones sociales y políticas. Los siglos de colonialismo, interrumpidos por la fuerza de valerosos hombres y mujeres que nos quisieron adelantar al futuro de libertad e independencia, rápidamente fueron sacudidos por una nueva guerra perpetuada por más de dos siglos. Los nuevos ricos de la expropiada colonia, ahora administran la débil república traicionada por la codicia, la ambición del lucro, la barbarie y el despojo. La guerra para favorecer la riqueza desmedida de unos pocos es la soledad de este Macondo.

(…) “Vencer la guerra es ganar nuestra joven generación para la lucha por la paz y edificar un presente vivo, creador, alegre y rebelde. Vencer la guerra es arrebatar a nuestros jóvenes del círculo vicioso de la mediatización frenética de los grandes emporios virtuales que idiotizan y desunen el colectivo humano, que rompen sus imaginarios y proyectos culturales creadores que dan sentido ético y político de vivir con dignidad.

“Vencer la guerra, es ganarle a la muerte y salvar vidas, sobre todo de jóvenes condenados por las balas de los poderosos que impactan contra sus sueños y necesidades, condenándolos al olvido y la desaparición en campos y ciudades. Vencer la guerra es ganar jóvenes para luchar por la cultura y la educación, por trabajo digno, contra el militarismo, contra la estigmatización, por una generación con derechos y sobre todo por el derecho a vivir dignamente”.

(…) “La solidaridad con nuestros sueños, la amistad y el amor por la humanidad comprometen a la JUCO a seguir recuperando el sentido ético de vivir y luchar por la paz y construir en conjunto de las fuerzas juveniles y democráticas, la realización de un mundo posible para la justicia social, la democracia y el socialismo. Esta obra de amor que nos inspira la impronta de Blanca Villamil y Alejandro Gómez, ejemplos de lucha y creatividad que nos acompañan en las horas duras y aciagas de las batallas por la dignidad de nuestros jóvenes y nuestro pueblo.

A todos nuestros mártires, a los presos políticos, a los combatientes insurgentes, a los hermanos de organizaciones revolucionarias y democráticas del orden nacional e internacional, les saludamos con afecto y reiteramos nuestro compromiso y lealtad con la lucha por las transformaciones de nuestro pueblo, porque nos resistimos a otros cien años de guerras y soledad, tenemos derecho por fin y para siempre a una segunda oportunidad sobre la tierra”.

Hablan delegados

Luego de horas de viaje para arribar a la capital del país, algunos de los delegados hablaron con VOZ acerca de qué organización debe salir del Congreso.

Sara López de Popayán, Cauca: “La JUCO que salga de este Congreso debe ser más aguerrida, articulada con organizaciones juveniles que hoy están de manera espontánea realizando actividades, para que trabajemos hacia la paz con justicia social, más allá del proceso de La Habana”.

Lina María Ramírez, de Pereira: “Debe salir una JUCO con esperanza, lista para participar en la renovación y transformación del país, con visión nueva y juvenil. Que se una con todas las luchas sociales y populares no solo de Colombia sino del mundo, una juventud para la paz con justicia social”.

Margarita Sánchez, delegada por Bogotá: “Esperamos que salga una organización con proyecciones claras para lo que se viene. Atravesamos una coyuntura política fuerte que requiere de toda nuestra disciplina, concentración y esfuerzos para aportar a la paz. Debe salir una juventud con metas muy claras en torno a la unidad”.

Al cierre de esta edición, los delegados hacían profundas discusiones políticas, filosóficas y planeaban derroteros. Fortalecían su organización para seguir siendo la cantera de cuadros de la revolución colombiana, para seguir siendo esa organización reconocida y respetada; esa organización crítica, creadora, soñadora, propositiva, romántica y combativa. Una JUCO de miles de jóvenes que no renunciarán a la revolución, al socialismo ni a la alegría.

Por eso, en sus tesis reconocen y entienden los anhelos, sueños y el sentir de los jóvenes colombianos:

“Esa generación de jóvenes aguerridos que vencieron a pedalazos en su animal metálico de dos ruedas, la cima gélida de Los Alpes y Los Pirineos; es la juventud pobre de las costas tristes del Chocó y Antioquia, que no se amilanó ante los competidores del mundo y levantó con dignidad las pesas que rompieron el viento con grito olímpico en Inglaterra; es el salto atlético de tigre en la plana arena, con el que logramos el bronce olímpico en el país del Atlántico Norte; esa juventud que en la arrugada pista de subidas y bajadas estrepitosas se puso el oro en el cuello y las espinas en la frente; es también el juvenil onceno tricolor de fútbol nacional que nos devolvió la confianza de unirnos y festejar con una sola bandera que se fundió en cantos al unísono de nuestro himno en los estadios brasileños, en el mundial que se celebró recientemente, lo cual fue una demostración de esperanza que nos enseñó que en el deporte también podemos encontrar una comunicación social y un tejido de país nuevo, glorificado en su esfuerzo y solidaridad colectiva.

“Es también esa juventud de la lucha por la educación pública, contra el militarismo, por el derecho a la participación, al deporte, a la recreación, a la cultura, a la diversidad sexual y de género, por un trabajo digno, por los derechos de los jóvenes, campesinos e indígenas y afrodescendientes. Es decir, esa juventud que se resiste a ser condenada como estirpe en la soledad del mundo oprobioso y que reclama por fin su derecho a ‘tener una segunda oportunidad sobre la tierra’”.

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