viernes, abril 19, 2024
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Poca presencia femenina en Festival de Cine de Cartagena

El aporte de las mujeres al cine amerita un serio reconocimiento.

mujercine Cartagena 1

Renata Cabrales

El reconocimiento de la participación de las mujeres en diferentes campos del arte se ha dado siempre de forma tardía, no sin antes haber alzado éstas la voz para darse a conocer en un mundo de hombres. Su incursión en el campo de la cinematografía no ha sido la excepción, si de poca memoria se habla.

El aporte de las mujeres al cine amerita un serio reconocimiento. Éstas han participado en la industria del cine, no sólo frente a la cámara sino también detrás de ésta. Durante los años 60 y 70, hubo directoras cuya posición fue esencialmente feminista y, así mismo, se enfocaron en el cine documental. Lo cual ha servido como herramienta para contar la historia de las mujeres que ha sido silenciada.

Como todos los campos en los que las mujeres han incursionado, el cine no deja de ser difícil para ellas, pero, debido a las menciones que muchas han recibido, han demostrado que sus aportes son de gran importancia para la industria.

Las más destacadas

En América Latina son muchas las mujeres que han obtenido logros en la industria cinematográfica y algunas han obtenido galardones por su trabajo, éstas son: la brasileña Carmen Santos, las mexicanas Mimí Derba, Dolores Elhers, Adela Sequeyro y Elena Sánchez Valenzuela; la argentina María Luisa Bemberg, fue nominada a dos Oscar por Camila (1984); la venezolana Margot Benacerraf, con dos premios en Cannes por su película Araya (1958); la brasileña Suzana Amaral, con La hora de la estrella y obtuvo el Oso de Plata a la Mejor Actriz en Berlín en 1986.

Por otro lado, la colombiana Marta Rodríguez, directora de Chircales (1966-1972), acerca del cine producido por mujeres y citada por la investigadora Patricia Torres San Martín afirma: “En mi caso, nunca pertenecí a ningún movimiento de cine feminista que surgió en los 70. Trabajé con mi marido Jorge Silva. Pienso que la mujer en el cine sí tiene un papel muy importante, porque le permite penetrar en ámbitos muy íntimos, como en Chircales, donde estuve cinco años con la familia Castañeda y logré penetrar al mundo de la mujer, de la sexualidad, de la violencia familiar. Pienso que las mujeres cumplimos un papel, porque al hombre no le queda tan fácil que tengan tanta confianza”.

Las colombianas y el cine

Es un hecho, entonces, que las mujeres en el cine, en Colombia, en América Latina y en el mundo entero, han hecho su gran aporte, lo cual amerita más reconocimiento.

En cuanto a producción cinematográfica, las colombianas no se han quedado atrás y hay un gran número de realizadoras que, como Martha Rodríguez, han aportado valiosos trabajos a la industria del cine. Resaltamos entonces a Gabriela Samper, la primera realizadora de cine en Colombia, quien durante los 70 dirigió varias producciones como El hombre de la sal, Los santísimos hermanos y Festival folclórico de Fómeque.

Así mismo, se le rinde homenaje a la ya mencionada Martha Rodríguez, quien es la directora con mayor recorrido en el cine nacional y es, además, la pionera del cine político y de denuncia. Una de las primeras películas que realizó fue donde trató el tema de la recolección de basuras en Bogotá. También se destaca el liderazgo en este medio de mujeres como Camila Loboguerrero y Teresa Saldarriaga.

En los noventa resaltan los nombres de María Amaral, Jéssica Grossman y Libia Gómez, Catalina Villar y Patricia Cardoso, quien recibió el Óscar de la Academia en la categoría de estudiantes universitarios. Libia Stella Gómez, quien sobresalió por recrear problemáticas sociales en su obra El baúl rosado (2005).

La presencia de las mujeres en el Ficci 2015

A pesar de todo este recorrido de las mujeres, desde su incursión en el séptimo arte, aún es muy pobre su presencia en estos escenarios. En el Festival de Cine de Cartagena en su edición 55, se contó con la presencia de pocas mujeres cineastas. Ellas son: Malgorzeta Szumaeska, la polaca ganadora del Oso de Plata de la Berlinale a mejor directora por su película Body, presentada en el FICCI; la colombiana Laura Mora, directora de Antes del Fuego, presentada en el Festival; y a Daniela Abad, que estuvo en el Ficci con el documental ‘Carta a una sombra’, sobre la vida de su abuelo Héctor Abad Gómez.

Daniela Abad rinde homenaje a su abuelo defensor de DD.HH.

Daniela Abad, en una entrevista con VOZ, nos cuenta cómo ha sido su corta trayectoria por el difícil, pero sugestivo, camino de la industria cinematográfica.

–En este nuevo milenio, ¿qué papel cree que juegan las mujeres dentro de la industria cinematográfica?

–Creo que aún nos falta mucho. Seguramente la industria cinematográfica cuenta en este momento con más mujeres haciendo cine, pero todavía es difícil para una mujer ser reconocida en este campo. Llega a serlo, pero con mucho más esfuerzo que un hombre.

–¿Qué logros han conseguido las mujeres cineastas dentro del festival?

–Personalmente, ganarme junto a Miguel Salazar dos India Catalina. Creo que es un gran logro. Una de las invitadas del festival fue la polaca Malgorzeta Szumowska, quien participó con su película ganadora en Berlín “Body”. Otro gran referente para mí de mujer directora es Laura Mora, también invitada al festival. Laura participó con una película de encargo que no es tan representativa de su trabajo, precisamente por no ser completamente suya. Sí lo es, en cambio, su cortometraje “Salomé” o su codirección de la serie sobre Pablo Escobar.

–El Ficci 2015 le apuesta a la paz y a la memoria. ¿Cree que el cine constituye una gran herramienta de transformación social en aras de la construcción de una paz verdadera?

–Yo creo que todo lo que uno hace es político, pero personalmente la política me aburre. Creo que hay que hacer política sin hacerla. En “Carta a una sombra”, Miguel y yo le apostamos a una historia que hacía política simplemente hablando del amor de un padre por un hijo, de valores básicos como el respeto por los otros seres humanos, como el valor de decir y hacer lo que se piensa. Hablar del amor es muy político, aunque no lo parezca, pues es la falta de afecto la que en últimas genera conflictos.

–Carta a una sombra contribuye a la construcción de la memoria, ya que es acerca del asesinato por paramilitares de su abuelo Héctor Abad Gómez. ¿También saldrá el 9 de abril a las calles, por la memoria de todas las víctimas de este conflicto armado?

–A mi abuelo le gustaban las marchas, y creía en ellas. Yo prefiero quedarme en la casa e intentar hacer una película honesta.

–¿Cuáles serán sus aportes en los siguientes eventos o festivales de cine en general, con el fin de hacer posible una participación más equitativa de las mujeres en el medio cinematográfico?

–Creo que debo seguir haciendo cine, aunque sea más difícil como mujer. Considero que todo es una cuestión de costumbres. Poco a poco, la industria irá acostumbrándose a ser dirigida por una mujer. Intento también olvidar esas divisiones entre lo femenino y lo masculino, pues lo único que hacen es recordarlas y, cada vez más, reiterar que existe el machismo.

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