jueves, abril 18, 2024
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Darío Fo y el teatro comprometido

Por: José Ramón Llanos

Darío Fo, quien como Bertold Brecht, Santiago García y Enrique Buenaventura, hicieron del teatro su arma contra la injusticia social, abandonó este mundo mortal hacia el tránsito de la inmortalidad, embarcado en la nao de su obra, sus actuaciones y la valerosa lucha contra los expoliadores de la humanidad. Había nacido en Italia el 24 de marzo de 1926 y murió  el 18 de octubre de 2016 en Milán.

Darío Fo recorrió los principales escenarios del mundo montando su numeroso repertorio teatral, generalmente escrito por él o su compañera Franca Rame. Es seguramente el más destacado actor, director y escritor satírico contemporáneo, los analistas y críticos de teatro agotaron los adjetivos elogiosos sobre la calidad de su obra y su calidad histriónica. Uno de los rasgos más destacables de su obra es el hecho de hacer un teatro comprometido, político, de altísima calidad estética. Darío Fo siempre tuvo en cuenta lo que opinaba Mao Tsetung frente a los hombres de teatro y que  él recordaba en1982: “Si al escribir una obra de teatro os resulta un mitin, lo mejor es que cambies de profesión”.

Dario Fó
Dario Fó

En los años cincuenta después de abandonar el ambiente del cine de Roma, Darío Fo empieza a escribir guiones basados en la llamada farsa italiana, pero escritos subvirtiendo elementos de la farsa clásica, incluso algunos consideran que esos textos expresaban una influencia de Samuel Beckett y del rumano Ionesco. Las cuatro obras escritas y montadas en esa época fueron: No hay ladrón que por bien no venga; El hombre desnudo y el hombre de frac; Los pintores no tienen recuerdo y Los muertos se facturan y las mujeres se desnudan. Algunos críticos consideran que son obras casi surrealistas y con un toque de ironía. Posteriormente, en los años sesenta y setenta, Darío Fo rompe con este tipo de teatro y se acerca más al teatro de Bertold Brecht y su compromiso político.

Carol Matteini, una de las intelectuales que mejor conoce la obra del satírico italiano, ya que fue la traductora al español de sus obras de teatro, valoraba así una de las obras más leídas y representadas a nivel mundial, Misterio bufo: “es un texto político, de los más claros y afilados, y también punto de inflexión entre las décadas de los cincuentas y sesentas, años de comedias brillantes y apariciones televisivas, y el camino de teatro de denuncias que Fo emprende en los turbios años setenta italianos”.

La obra Misterio bufo surgió del estudio profundo de las obras de los juglares medievales, textos sacados de las escrituras sagradas católicas y utilizadas para para montar piezas satíricas contra la corrupción y el poder excluyente del papado. La investigación de los textos de la juglaresca medieval a lo largo de veinte años y recreados y reescritos por Darío Fo, le permiten hacer una crítica sistemática a “la cultura aristocrática, elitista y ajena a la realidad”, según la crítica de Carol Matteini. En cambio el satírico italiano destaca la fuerza y la autenticidad de la cultura popular y su articulación con la realidad. Misterio bufo es una pieza magistral de la satírica contemporánea y constituye, además una de las obras más representadas del rico repertorio de la compañía del finado Darío Fo, incluso más representada que La muerte accidental de un anarquista.

La muerte accidental de un anarquista, constituye una denuncia del crimen de Giuseppe Pinelli perpetrado por la policía italiana y presentado como un suicidio. La obra la escribió Fo en 1970, para evitar censuras y señalamientos, el autor dijo que la obra estaba basada en un caso similar ocurrido en los años veinte en los Estados Unidos. En realidad la obra la escribió casi inmediatamente había ocurrido el hecho en Roma, al respecto el autor en una entrevista contó: “Ustedes conocen el tema: es la muerte de Pinelli que cayó extrañamente por una ventana. Los abogados tenían la vista del juicio por la mañana. Hacia las seis de la tarde nos contaban lo que había ocurrido en el tribunal, y por la noche la gente venía al teatro a verlo escenificado. Salíamos a escena con la noticia, naturalmente acompañada del comentario irónico y sarcástico, y la gente se enteraba de lo ocurrido en el juicio antes por el teatro que por los periódicos”.

Por la calidad de su obra dramática y también por los años de su vida dedicados al teatro en 1997, Darío Fo recibió el premio Nobel de literatura.

Bibliografía.

Darío Fo. Misterio de la Juglaría Popular. Ediciones Siruela- 1998- No hay ladrón que por bien no venga y otras comedias- Ediciones Siruela 1998.

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