Venezuela ha recibido a millones de colombianos desplazados por diferentes motivos, quienes buscan las garantías dignas de vida que no les brinda el Estado colombiano
Juan Carlos Hurtado Fonseca
@aurelianolatino
Gladys Oliveros es una barranquillera quien desde hace 10 años salió desplazada hacia Caracas. Era dirigente social y sindical, diputada del departamento del Atlántico por la Unión Patriótica, UP, y por el Movimiento Ciudadano, desde 1994 hasta 1999. Las amenazas fueron después de salir de su representación. Ahora, en el vecino país, coordina con la oficina nacional de refugiados para ayudar a quienes llegan de Colombia.
VOZ habló con ella para conocer aspectos sobre cómo el Estado del vecino país ha atendido a los colombianos.
–¿Cómo recibe el Estado venezolano a los colombianos?
–Muy bien, porque allá ha habido una política de protección. Trabajamos con el director Nacional de la Oficina del Refugiado, que coordina con la Acnur y allí hemos podido lograr una amplia participación de las personas.
En 2010 teníamos mil familias, hoy se calculan 10 mil. Nosotros vimos que durante esa guerra el gobierno nunca se pronunció y que Venezuela no reclamó, porque hacía allá pasaba la gente por el río solo la ropa que llevaban puesta. Era doloroso ver a familias sin nada. Me dediqué a atender a la gente que no llevaba nada, que llegaron con sus hijos, que les habían matado a sus familiares desplazados por la guerra. Eran especialmente de Arauca, Antioquia, Urabá, la Costa y el Chocó. Teníamos que buscarlos para darles el alimento, ellos nos ayudaban para vincularlos a unos sitios para que durmieran el primer día y después orientarlos para que pudieran permanecer allá. Llegaban 300 personas diarias a Venezuela.
–¿Cuando llegaban a Caracas, qué beneficio tenían por parte del Gobierno venezolano?
–Lo primero que se hacía era brindarle protección, y darles el documento del refugiado para que las autoridades les respetaran su movilización. Con este podían tramitar una cédula por un año y después de tres años tramitar la nacionalidad. Además, entraban al programa constitucional del Gobierno donde les entregaban servicio médico, medicina, derecho a universidades, colegios, planes de vivienda, Mercal -que son los alimentos subsidiados por el gobierno con el 50%- todo totalmente gratis.
Lo mismo se hacia con los nacionalizados colombianos que son cinco millones seiscientos mil, con cédula. Por otra parte aquellos que llegaron solo con pasaporte que iban a trabajar o como turistas y se quedaban, ellos son los que están ilegales pero también tienen derechos a estos servicios, hay muchos que están sin pasaporte no porque no lo tengan, sino porque lo dejaron vencer y la estadía es de tres meses.
Exportación de “paras”
–¿En sectores de la sociedad venezolana hay algún rechazo hacia los colombianos, más en tiempos de polarización política?
–Hay colombianos que hacen cosas que ponen en entredicho nuestra honorabilidad. Primero, en el gobierno de Uribe se fomentó una ofensiva para matar al presidente Chávez. Encontraron a 122 jóvenes en la finca Daktari de los hermanos de Conchita Alonso, estaban en cambuches, alimentados, sostenidos por los paramilitares colombianos para asesinar al Presidente. Les hicieron el allanamiento, los encontraron, los llevaron a Palacio les regalaron helados y llamó a sus madres para que los recogieran allá. No los metió presos ni los asesinó. Esto fue en el 2004. En 2002 el golpe de Estado a Chávez estaba dirigido desde Colombia, desde aquí están unidos con toda la caverna de la extrema derecha y con las políticas de apoyo norteamericano para desestabilizar.
–¿Qué otros casos de violencia paramilitar conoce?
–El asesinato del fiscal Danilo Anderson fue dirigido por paramilitares de Colombia. Está comprobado. El otro caso es el del diputado Robert Serra, el autor material es un hombre conocido como “el Colombia”, y el autor intelectual fue un colombiano de apellido Vélez. Allá llegan y masacran a familias, están haciendo el descabezamiento en los asesinatos, están incinerando a personas con ácido, los matan y después les echan ácido. Están asesinando sistemáticamente a dirigentes del Gobierno, han asesinado concejales, guardaespaldas de los diputados, compañeros de los consejos comunales.
–¿Cómo han afectado estos hechos a la economía venezolana?
–Se han nutrido de la divisas y han hecho daño en el sentido en que importan con un dólar de 12.80 bolívares y la mercancía no la miden por esos valores, sino que esa divisa que ellos adquieren para comprar mercancía en el exterior la llevan al mercado nuevamente y las venden a precios de dólar negro. O sea a precio de dólar ilegal que está hoy entre 600 y 700 bolívares. Ese es el gran negocio.
Pero tienen otro negocio más fuerte: las remesas. El Gobierno Bolivariano nos autorizaba a cada persona mandar a sus familiares en Colombia 300 dólares por cada familiar; incluía al papá, la mamá, los hijos, los hermanos, esto sumaba 3.000 o 4.000 dólares mensuales. Pero tuvieron que reducir eso porque las mafias de Cúcuta contrataron a personas muy pobres, en buses los llevaban al Táchira y los ponían a mandar giros y eran capos enviando giros a 50, 100, 200 y hasta a 300 familias. O sea había un saqueo de la divisa y fueron las cifras tan altas que llegó un momento en que el Gobierno dijo solamente pueden tener derecho los hijos y los padres.
Está la especulación. Están importando con dólar oficial y todo lo miden con dólar negro, entonces se ha generado una carestía y han creado una bolsa de valores en Cúcuta, La Guajira y Arauca que no tiene nada que ver con el cambio nacional.
Saqueo de artículos
–¿Qué piensa de quienes insinúan guerra con el vecino país?
–¿Una guerra qué va a generar?, pues el regreso de los colombianos, porque allá les van a decir “ustedes se tienen que ir de aquí”. Pero Venezuela hoy no está sola, ha fomentado unas buenas relaciones internacionales no solamente para cuando crea la Unasur, sino que ha creado la Celac. Han hecho relaciones con Rusia, China, Irán, Sur África, con los países petroleros del Medio Oriente, hay una serie de apoyos y relaciones comerciales y políticas que no le van a permitir a Colombia declararle una ofensiva. Pero hay que recordar que Venezuela fue la primera en salir en apoyo para que la guerrilla se sentara a la mesa, que América Latina está pendiente de que haya paz y se está logrando con este apoyo.
–¿Sabe del saqueo por las fronteras de productos subsidiados?
–Conozco de la traída de leche en polvo, que es la que vende el Gobierno; el arroz que viene por el llano, se empaca y se vende en pesos; el saqueo del azúcar, del aceite, los refrescos, la cerveza, el cemento, el hierro, el aluminio. Pero también han traído ganado de buenas especies que el Gobierno venezolano le ha comprado a Brasil y Uruguay. Todo lo hacen con la ayuda de sectores del Estado que son corruptos; los hay en los ministerios, la Guardia y el Ejército, quienes le hacen el favor a la derecha. Algunos ya están presos. Pero son miles de toneladas que al pasar a Colombia no las aprovecha la gente pobre, sino que queda en manos de los dueños de los grandes negocios.
