La resolución emitida por el Consejo Nacional Electoral que aprueba la fusión del Pacto Histórico es limitada y con exclusiones. Aunque la decisión del organismo modifica la ruta, el movimiento político trabaja en alternativas para garantizar el derecho a la participación de la principal fuerza política del país
Simón Palacio
@Simonhablando
Una vez más el Consejo Nacional Electoral, CNE, es protagonista del escenario político. En una polémica resolución, el organismo decidió dar luz verde a la fusión de varios partidos en el movimiento Pacto Histórico. Sin embargo, lo hizo con condiciones, pero fundamentalmente con notables exclusiones.
En resumen, las condiciones se basan en el cumplimiento de ciertos requisitos legales, como la resolución de procesos administrativos y sancionatorios, que cursan contra las colectividades que pueden ser fusionadas. Según varias fuentes al interior del Comité Político Nacional del PH, este punto era previsible y ya se viene trabajando los acápites que sustentan este condicionante.
Las exclusiones
No obstante, el quid del asunto se encuentra en las exclusiones. En la citada resolución, el CNE margina de la fusión al partido Colombia Humana, al movimiento Progresistas y a la Minga Indígena, Social y Popular. Esto significa que de recogerse en la decisión de la autoridad electoral, el movimiento Pacto Histórico estaría conformado tan solo por el Partido Comunista Colombiano, el Polo Democrático Alternativo y la Unión Patriótica.
Para llegar a esa conclusión el CNE diferencia las razones. Para el caso de la Colombia Humana, el ente identifica irregularidades en el cumplimiento de las disposiciones estatutarias, específicamente se cita la inobservancia del quórum necesario en la asamblea nacional de la colectividad en octubre de 2024 que tomó la decisión de fusión. Al interior del PH este punto se ha identificado como el polémico artículo 72 de la CH.
Por otro lado, a propósito del movimiento Progresistas que lidera la senadora y precandidata presidencial María José Pizarro, el organismo no acredita la fusión ya que la personería jurídica de este colectivo está condicionada a la ejecutoria “de los actos administrativos que decidan los procesos sancionatorios adelantados contra el Movimiento Alternativo Indígena y Social, MAIS”.
Finalmente, se excluye a la Minga Indígena, Social y Popular porque esta organización no cuenta con personería reconocida por el CNE y esto impide jurídicamente que sea incluida en el acuerdo de fusión.
Voluntad política
Frente a esta bomba que amenaza con destruir la unidad, las reacciones no se hicieron esperar. Una vez se conoció íntegramente el contenido de la resolución del CNE, no solo se duplicó la actividad al interior del Comité Político Nacional, sino que los partidos y movimientos empezaron a moverse.
Por el lado de la Colombia Humana, varias fuentes dicen que la exclusión se basa en una mala interpretación del artículo 72 y que ya se están buscando los caminos para dar la batalla jurídica. Y si bien las directivas convocaron a una reunión extraordinaria, al cierre de esta edición no se han informado las conclusiones del espacio asambleario.
Sobre el movimiento Progresistas se ha conocido que existe una estrategia jurídica donde se han interpuesto derechos de petición, recursos y tutelas para garantizar el derecho a la participación de esta colectividad política. También es importante citar que al interior del partido MAIS existe una buena disposición para finiquitar exitosamente la escisión y así permitir que sea reconocida la personería jurídica en disputa.
“Aunque tiene ese clásico tufillo jurídico del país legalista, es innegable que la decisión del CNE tiene la intención de dividirnos”, dice una fuente del Comité Político que prefiere reservar su nombre. Sin embargo, según este testimonio, pese al duro golpe que significó para la hoja de ruta acordada, las fuerzas que firmaron el documento inicial de fusión siguen manteniendo la voluntad unitaria.
También se hizo pública una fotografía en la Casa de Nariño entre el presidente Gustavo Petro con miembros del Comité Político del Pacto Histórico, integrantes de la iniciativa Unitarios y dirigentes del MAIS. “El presidente esta al tanto de la situación. En esas reuniones que han sido muy amplias, él ha insistido en que la clave de la victoria fue, es y será la unidad”, comenta la fuente.
Las estrategias
El reto por ahora es salirle al paso a las dificultades. La primera medida es ganar tiempo. Por lo tanto, al cierre de esta edición se hizo pública una misiva firmada por los cinco representantes legales de los partidos que conforman el Pacto Histórico donde se solicita al CNE la modificación del cronograma electoral para las consultas internas que definirán la candidatura presidencial, así como la lista nacional al Senado y las listas territoriales a Cámara.
Lo que pide puntualmente el movimiento político es que la nueva fecha para la consulta sea el 23 de noviembre, ajuste que permitiría un proceso más ordenado, participativo y con las condiciones adecuadas para el desarrollo de la campaña.
En segunda instancia, la prioridad es preservar la voluntad política de la fusión. “En este momento el Pacto Histórico tiene claro que este proceso de unidad es colectivo y no de individualidades. Es nuestra potencia. Por eso, Polo, Unión Patriótica y Partido Comunista hemos dicho que no aceptamos la fusión sin Colombia Humana y Progresistas”, comenta Claudia Flórez, secretaria general del PCC.
Para la dirigente comunista, esto significa explorar distintas estrategias y caminos: “En la práctica estamos trabajando sobre varias posibilidades. En la mesa no descartamos ninguna, ya sea insistir jurídica y políticamente en la fusión, decantarnos por un ejercicio interpartidista o en última instancia buscar medidas cautelares de carácter internacional que garanticen nuestro derecho a la participación política”.
Por último, el Comité Político sabe que las últimas noticias han producido incertidumbre y confusión en las estructuras que ya están en las calles haciendo campaña, y por eso es imperativo enviar un mensaje a las militancias.
“El mensaje es que confiemos en este proceso unitario. La responsabilidad es muy grande porque no somos una izquierda marginal pensando en ser oposición, sino un proceso colectivo, más allá de lo electoral, que quiere darle continuidad a las transformaciones sociales que viene impulsando el Gobierno del cambio y que todas las fuerzas quieren profundizar”, dice Claudia con vehemencia.